En el último minuto y con polémica previa: Pedro Sánchez y Yolanda Díaz han llegado a un acuerdo que permite al presidente de gobierno salvar el principal escollo que se le presentaba antes del final de la legislatura: aprobar los Presupuestos Generales del Estado. Un respiro. Y respiro también para la vicepresidenta segunda, que no atraviesa su mejor momento porque su proyecto Sumar no alcanza el ritmo al que debe ir un proyecto que únicamente tiene sentido si puede presentarse a las próximas elecciones generales.

De no ser así, para mantenerse en primer plano a Díaz solo le cabe formar parte de una lista del PSOE, porque visto lo que ha ocurrido en los últimos meses, su desapego hacia Podemos y sus líderes Montero y Belarra, parece difícil que le vayan a pedir que sea la candidata a la presidencia del gobierno, como se había previsto en un principio. Aunque en política nada se puede dar nunca por definitivo.

El acuerdo presupuestario da estabilidad a Pedro Sánchez, aunque se verá si Yolanda consigue que dé también estabilidad a la coalición, con Podemos tan alejado de las siglas de Izquierda Unida. Pero profundiza en cambio en la brecha entre gobierno y PP, entre el presidente del gobierno y el líder de la oposición, con unas relaciones personales muy tensas que afectan a sus relaciones políticas y, por tanto, al futuro político.

Antes de que llegara al pacto presupuestario ya se vivía la batalla permanente entre gobierno y el principal partido de la oposición. Por las cuestiones relacionadas con la renovación del Consejo General del Poder Judicial y, también, por las diferencias de criterio respecto a las políticas fiscales, con importantes diferencias de criterio entre los gobiernos regionales. Varios de ellos presentaron propuestas que no coincidían exactamente con las que defendía Moncloa, y se han producido también rectificaciones del gobierno central respecto a la fiscalidad que defendían, y que cambió para alinearse con lo que defendía Núñez Feijóo… aunque evidentemente el gobierno ha negado categóricamente que se tratase de rectificaciones. En esa pelea, varios gobiernos regionales del PP amagan con acudir al Tribunal Constitucional porque consideran que algunas decisiones del gobierno central vulneran las competencias autonómicas.

El acuerdo presupuestario logrado por los equipos de Sánchez y Yolanda Díaz es por tanto buena noticia para el presidente de gobierno y su vicepresidenta segunda –es pronto para afirmar que se trata de acuerdo entre gobierno y Podemos- pero agudiza la batalla entre Moncloa y Génova.

El PP de Feijóo ha encontrado un hueco en el que tratará de poner a Sánchez contra las cuerdas: por sus rectificaciones, por su falta de atención hacia los problemas de la clase media -lo que niega el gobierno- y porque dispara aún más la deuda, ya que se trata de los Presupuestos más expansivos de la historia … en el peor momento, con una crisis energética, un gasto disparado y una inflación sin precedentes.

Lo dicho: PP y Moncloa afilan sus armas. Es la guerra.