Ganar en Madrid para hacer caer la Moncloa

Agencias-SPC
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Isabel Díaz Ayuso aspira a arrasar en las urnas como paso previo al 'renacer' en toda España del PP de Casado, quien la eligió

Ganar en Madrid para hacer caer la Moncloa - Foto: Mariscal

Desconocida para la mayoría de ciudadanos antes de ser candidata, en una apuesta personal de su amigo y líder de los populares, Pablo Casado, Isabel Natividad Díaz Ayuso (Madrid, 1978) tomó las riendas del Gobierno autonómico hace menos de dos años, el 14 de agosto de 2019. Desde entonces, esta periodista de carrera se ha erigido en peso pesado del PP y, desde marzo de 2020, en la defensora de una estrategia propia para luchar contra la pandemia que le ha enfrentado con el propio Gobierno de Pedro Sánchez. Circunstancia que la popular ha aprovechado para plantear estas elecciones como una confrontación directa con el jefe del Ejecutivo, ninguneando en muchas ocasiones al candidato socialista, Ángel Gabilondo. De hecho, tanto ella como la dirección del PP consideran que el 4-M puede ser el punto de inflexión que haga caer al Ejecutivo de coalición.

La presidenta, que se contagió y superó la COVID en la primera ola, llegó a su despacho de la Puerta del Sol tras una dura negociación con el líder madrileño de Ciudadanos, Ignacio Aguado, con quien desde entonces no dejó de chocar, y con un Vox que había irrumpido por primera vez en la Asamblea.

Mientras la popularidad de Ayuso crecía entre los ciudadanos y los empresarios por decisiones como mantener comercios y bares abiertos que le granjearon, eso sí, críticas y choques incluso con otros presidentes autonómicos, la pandemia agravó las malas relaciones con su socio, hasta el punto de provocar la dimisión de un consejero naranja. Con declaraciones contundentes, que han provocado que sus adversarios la califiquen de «ultra» o de «peligro», la candidata popular no ha perdido ocasión para reivindicar su estrategia contra el coronavirus, como cuando aseguró que era un «delito» tenerlo «todo cerrado» en Cataluña con su buen clima.

Mientras Aguado intentaba mediar entre Ayuso y el Gobierno central, la presidenta madrileña optó por ser el ariete del PP contra Sánchez, lo que tuvo repercusión en medios internacionales, hasta el punto de que el diario francés Le Figaro la describió como «la nueva musa de la derecha española y bestia negra» de Moncloa. En este sentido, hay voces que la erigen como la jefa de la oposición en lugar de Casado, pero en su entorno aseguran que está a disposición de lo que diga el líder del PP, que fue quien la aupó al puesto, y que no busca arrebatarle el liderazgo.

Con la pelea con Cs de fondo y crecida en las encuestas, Ayuso lleva meses barajando la convocatoria electoral. En verano, admitió que se lo había planteado, pero lo descartó en septiembre aludiendo a la crisis provocada por el virus. Sin embargo, «la traición» -como lo calificaron en el PP- de los de Arrimadas en Murcia, donde se aliaron con el PSOE para intentar derribar el Gobierno del popular Fernando López Miras, llevaron a la presidenta madrileña a llamar a los ciudadanos a las urnas para decidir el destino de la Comunidad.

Con logros como la apertura de Ifema como hospital de campaña, la inauguración del Zendal o peticiones a las que, finalmente, ha accedido el Ejecutivo, como la exigencia de PCR para entrar en España o los test de antígenos en las farmacias, Ayuso aspira ahora alcanzar el poder sin depender de otros partidos.