Los ayuntamientos se modernizan

Jesús Anta
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Imagen del Ayuntamiento.

El primer alcalde constitucional que hubo en Valladolid fue Vicente Martín Gómez. Elegido en enero de 1814, parece que ejerció todo el año. Y el parece viene a cuento de que no hay actas de ese año a partir del 24 de junio. Fue un año cargado de turbulencias políticas a causa de que en mayo regresó a España Fernando VII, lo que creó una profunda agitación social.

Aquel año 1814 comenzaron a ejercer los ayuntamientos emanados de las Cortes de Cádiz de 1812. Eso significó el fin de un modelo municipal feudal. Las reformas liberales supusieron que los concejales pasaran a ser elegidos mediante votación. Bien es verdad que un sistema democrático muy limitado. A partir de entonces, los ayuntamientos pudieron legislar en su ámbito, ejercer competencias en materias de sanidad, orden público, educación, recaudación de impuestos y tenían cierta capacidad de practicar la justicia en su ámbito mediante los jueces de paz.  Además, desapareció el representante del rey en la corporación.

De Vicente Martín sabemos que nació en Valladolid en 1771 y falleció en Madrid en 1834. El historiador Enrique Berzal, en un diccionario de alcaldes, indica que Martín se graduó como abogado en Valladolid en 1792 y ejerció como pasante en un despacho privado hasta que pasó a ser abogado de la Real Chancillería. Considerado un profesional brillante, llevó a cabo con éxito cuantas tareas le fueron encomendadas por la Chancillería. Además, ingresó en la academia de San Carlos de Jurisprudencia establecida en Valladolid.  Y ejerció como Magistrado entre 1821 y 1834.

En 1812 y 1813, en plena Guerra de Independencia, fue nombrado alcalde mayor interino y juez de primera instancia por las autoridades militares.

En enero de 1814 resultó elegido alcalde según la Constitución de Cádiz, lo que le convirtió en el primer alcalde constitucional de Valladolid. La Alcaldía se ostentaba solo durante un año, pues la ley había establecido que todos los años debía renovarse la corporación. Fue un año de infarto. La noche del 12 al 13 de mayo se procede a disolver el concejo constitucional por los partidarios de Fernando VII y, además se firman cartas de arresto de diferentes autoridades, entre ellas el alcalde. No obstante, el mismo Monarca da orden de parar aquellos excesos y de que se reponga a la Corporación destituida.  Así, el 26 de mayo de nuevo vuelven los concejales constitucionales a sus cargos. Desde luego, el 20 de junio Vicente Martín aún seguía siendo alcalde, pero no parece que concluyera su mandato anual, pues en el primer periodo absolutista de 1814 se exilió.

Repuesta la Constitución, volvió a España y en 1820 fue nombrado secretario del Gobierno Político de Granada, y poco después, oficial de la Secretaría de Estado y del Despacho de Hacienda. Su carrera política le llevó a ser nombrado secretario del Rey en 1822. Vuelta al absolutismo en 1823, de nuevo se exilió a Francia y perdió todos los empleos. A primeros de 1834, solicitó a Isabel II una plaza en la Audiencia de Valladolid, pero le fue dada en Asturias, justo dos meses antes de fallecer.

Fue miembro de la Sociedad Patriótica de amigos de la Constitución de la ciudad de Valladolid, que se constituyó en 1820 y que estaba dedicada a debatir los asuntos que sus socios consideraran convenientes al objeto de conseguir el bien común de los ciudadanos. También perteneció a la masonería. La foto es de la Casa Consistorial de entonces.