Las lluvias salvan la campaña de miel en Valladolid

R.G.R
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Los 13 apicultores profesionales de Valladolid trabajan ya en la ubicación, alimentación y limpieza de sus colmenas, que comenzarán en unas semanas la producción de miel

Virginia San José prepara una de sus colmenas antes de sacarlas al campo - Foto: J. Tajes

Todo está listo. Los apicultores de la provincia tienen todo preparado para afrontar una nueva temporada con la llegada de la primavera. Un año que se presentaba catastrófico por la sequía, pero que las últimas lluvias han convertido en esperanzador. Los 13 apicultores profesionales y los cerca de 150 aficionados están inmersos en labores de preparación de las colmenas para que las abejas comiencen la producción de miel durante las próximas semanas. 

Cada colmena pueda albergar unos 60.000 ejemplares y es necesario que 'sus casas' estén perfectamente limpias y desinfectadas para que comience la temporada. El presidente de la Asociación Vallisoletana de Apicultores (AVA), Benito Gonzalo, apuntó que cada vez hay más afición por la producción de miel, especialmente entre los más jóvenes. «Las media de edad entre los apicultores profesionales rondará los 35 años».  Se denomina profesionales a aquellos que tienen más de 150 colmenas, mientras que se considera aficionados a  aquellos que no llegan a 30. 

Los apicultores vallisoletanos están consiguiendo un hueco dentro del panorama mielero nacional debido «a la elevada calidad» del producto que elaboran. «Nosotros en la asociación somos 85 y tenemos unas 6.000 colmenas», comenta Gonzalo.  

Algunos apicultores llegan a recoger cuatro tipos de miel diferentes durante la temporada, aunque en el caso de Valladolid la principal llega durante los meses de julio y agosto. Algunos profesionales están despuntando con reconocimientos, tanto dentro como fuera de la provincia. Es el caso de Virginia San José, que produce en las inmediaciones de La Santa Espina Miel de los Montes Torozos. Se podría decir que se ha criado entre colmenas. Desde bien joven ayudaba de forma puntual a su padre, Foro, en las diferentes labores, y de esa especie de juego inicial ha pasado a dedicarse en cuerpo y alma a la apicultura.

Ahora mismo gestiona unas 800 colmenas y comercializa su miel a través de tiendas de proximidad en toda la provincia y en prácticamente todos los barrios de la ciudad.  Ha sido galardonada en varias ocasiones debido a su tesón y su amor por este «complicado mundo» que tantas alegrías le ha proporcionado. 

Trabajo no le falta. Gestionar a las pequeñas reinas del campo no es una tarea fácil. El momento más duro es, sin duda, es ahora. La preparativos son muchos. Las colmenas se han recogido para su limpieza y desinfección. Es necesario controlar a las reinas y su reproducción, que puede llegar a los 3.000 huevos diarios. «Es necesario enjambrar para que siempre haya espacio en la colmena». En el caso de que las trabajadoras observen que el hueco escasea expulsarán a la reina que partirá con buena parte de los ejemplares, algo totalmente inconveniente para el apicultor. Para evitar esto, se van retirando partes de la colmena repletas de animales jóvenes que se desplazan a otras colmenas.

Estas tareas llegan especialmente ahora. Una vez que llega el mes de junio, Virginia comienza a pensar en el proceso de extracción de la miel. Tres tipologías diferentes dependiendo del momento del año. La primera llega con el tomillo, aunque tal vez la más demanda sea la de lavanda o cantueso. La cercanía entre Tiedra y sus campos de lavanda, y La Santa Espina, hace que las pequeñas obreras obtengan unos rendimientos óptimos. «Fuimos los primeros en llevar las colmenas a las plantas de lavanda».

Virginia San José, bajo la atenta mirada de su padre, elabora la miel de la forma más artesanal posible. Será de las pocas productoras que no cuela su miel, sino que el proceso de elaboración se lleva a cabo por la adecuada temperatura, un proceso que consigue separar las impurezas de la miel. Ella misma se encarga de llevar a cabo todos los procesos y, con la llegada del invierno, comienza la distribución. 

La producción anual varía de forma considerable de un año para otro dependiendo de la floración y de otros muchos aspectos. La labor durante estos días también se basa en alimentar de forma artificial a las abejas para que consideren que la primavera es «fabulosa» y, así, con este pequeño engaño, la producción comience lo antes posible. San José, como el resto de apicultores, está sufriendo también el tremendo problema del aumento de los costes de producción. A sus 40 años, ve un futuro incierto debido a la situación, pero en ningún momento pierde la ilusión de continuar trabajando con sus pequeñas amigas amarillas.     

Exportar. Aunque son casos excepcionales, algunos apicultores de la provincia están experimentando con la exportación de sus mieles, especialmente en el mercado europeo. Los hermanos Óscar y Samuel Gato abrieron hace cuatro años Setentaynueve, en el municipio de Tiedra, de donde es natural su padre, Carlos. «Nuestra familia es del pueblo y hemos pasado aquí mucho tiempo. Vivíamos en Valladolid y dejábamos lo que estábamos haciendo para emprender en Tiedra». Los dos hermanos son ingenieros, pero vieron la oportunidad de comenzar un nuevo proyecto de vida en Tiedra. 

Los campos de lavanda son la base de su miel, pero no la única. Durante estas semanas están inmersos en la preparación de 'extensiones' para que las abejas siempre tengan espacio en sus colmenas. No se conforman con la producción de Tiedra, sino que buscan los mejores campos para conseguir sabores únicos en sus mieles. Durante estas semanas, han trasladado parte de sus 500 colmenas a una zona de la provincia de Toledo. Las Arribes del Duero son otra de las partes donde concentran su producción. Es ahora, en abril, mayo y junio porque cuando llega la lavanda todas las colmenas se concentran en Tiedra. 

Es la miel más cotizada de su empresa y la que ha conseguido incluso salir de las fronteras españolas. «Hemos llegado sobre todo a Alemania y Bélgica», comenta Óscar. No son grandes cantidades, pero es un camino a recorrer debido a la elevada capacidad económica del consumidor extranjero. 

Han conseguido galardones importantísimos con esta miel, como  el London Internacional Honey Quality Competition de 2021. «La ilusión por el proyecto es enorme y tenemos claro que en esta empresa está nuestro trabajo para siempre», aclara Óscar. La inversión realizada ha sido grande para poder competir en un mercado cada vez más competitivo.

?Nuevos e ilusionantes proyectos que potenciar los campos, páramos y praderas de la provincia de Valladolid que convierten la floración de la primavera es un exquisito manjar cada vez más posicionado y buscado que llega a los consumidores de manos de pequeñas trabajadoras y jóvenes emprendedores.