El uso de la cirugía robótica crece un 52% en el Río Hortega

A. G. Mozo
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El hospital vallisoletano lleva a cabo más de 300 intervenciones al año a través del robot Da Vinci y ha superado el millar desde su implantación en 2018. Sacyl extiende su uso desde cirugía general y urología a ginecología, maxilofacial y otorrino

Cursos formativos de uso del Da Vinci en el Hospital Universitario Río Hortega. - Foto: HURH

La aplicación de la cirugía robótica va incrementándose año tras año, al mismo tiempo que se extiende su uso a nuevas especialidades quirúrgicas, hasta el punto de que en los tres últimos años se ha dado un crecimiento de las intervenciones robóticas efectuadas en Valladolid de un 52 por ciento, superando ya las 300 anuales.

El único hospital público que cuenta con esta tecnología en la provincia es el Río Hortega, que es uno de los cuatro de Sacyl que usan los robot Da Vinci y que han hecho más de tres mil cirugías robóticas en el último lustro. Fue en 2018 cuando esta tecnología llegó al HURH y el crecimiento de su uso ha llevado al centro vallisoletano a superar ya el millar de operaciones a través de estos modernos equipos. En 2022 se alcanzaban las 1.046 intervenciones con Da Vinci en el Río Hortega, una treintena más que las 1.013 que se han llevado a cabo en el hospital de Salamanca, las 607 del de León y las 507 de Burgos, que son los únicos cuatro hospitales de Sacyl que cuentan con los robot de cirugía.

2022 ha sido el año más prolijo para los cirujanos especialistas en el Da Vinci del Río Hortega, tras acumular 307 intervenciones y confirmar la tendencia al alza de los años anteriores. En el primero, en 2018, fueron 85 operaciones a través de esta tecnología, por las 202 de 2019, las 197 del pandémico 2020 y las 255 a las que se llegó en 2021.

Dejando a un lado el siempre complejo año del estreno, se ha acumulado ya ese incremento del 52% en las intervenciones después de ir aumentando sus usos desde aquellos iniciales de cirugía general y de aparato digestivo, y urología a todos los actuales, que incluyen también ginecología, maxilofacial y otorrino. 

«El Da Vinci lo utilizamos para todo lo que podamos hacer a través de cirugía mínimamente invasiva, que generalmente se corresponde con lo que se solía hacer antes por cirugía laparoscópica», especifica Vicente Simó, jefe de la Unidad de Coloproctología del servicio de Cirugía General y Aparato Digestivo del Hospital Río Hortega. «En el ámbito de la coloproctología se puede hacer ya cualquier tipo de cirugía oncológica, sea de recto o de colon. En mi unidad, el 30% de los procedimientos son ya con Da Vinci, por ejemplo», especifica.

La mitad, de cirugía general

Casi la mitad de esas operaciones robóticas efectuadas durante este lustro fueron llevadas a cabo por  los especialistas de cirugía general y digestivo, donde el incremento del uso ha sido incluso mayor que en el conjunto del hospital. Se ha pasado de las 22 que se llevaron a cabo el primer año, a las 76 de 2019 para subir a las 85 en el pandémico 2020, saltar a las 131 de 2021 y, en 2022, llegar hasta las 182. En total, 496 en cinco años de una evidente tendencia al alza. Todas las otras especialidades juntas suman 548 en este mismo periodo.

«Actualmente se va ampliando su utilización ya a prácticamente todos los ámbitos de la cirugía general: cirugía de la obesidad, la hepatobiliopancreática, cirugía de la pared, cirugía gástrica... Todo lo que sea mínimamente invasivo se puede hacer con el robot». Simó es uno de los especialistas del HURH en el uso del Da Vinci, quien explica que «el médico cirujano maneja virtualmente unas pinzas y logra una visión diez veces ampliada y en tres dimensiones»

«Tanto las laparoscópicas como las robóticas son dos tipos de cirugía mínimamente invasivas, es decir, que no necesitamos abrir al paciente para hacerlas. Pero las ventajas que tiene el robot con respecto a una laparoscopia es que el Da Vinci tiene un mayor grado de movimiento de los brazos, ya que gira para todos los lados y un cirujano, pues claro, tiene las limitaciones de movilidad que tiene; se elimina el temblor del cirujano, ya que con el robot no hay nada de temblor; y la visión es mejor, porque es 3D», detalla el jefe de la Unidad de Coloproctología del HURH. Otras ventajas para el paciente hablan de una reducción del sangrado operatorio, así como del dolor y el tiempo que se requiere en fase postoperatoria e, incluso, una mejor estética en las cicatrices quirúrgicas.

Operar sentado

En el caso de los cirujanos una de las principales ventajas es que el médico opera sentado en una consola desde la que maneja virtualmente esas pinzas que hay en los brazos del robot. «El Da Vinci es más preciso, por supuesto, pero también resulta más cómodo para el cirujano, ya que es mucho más ergonómico y eso también es muy importante porque el hecho de que estemos menos cansados, obviamente, se traduce en que todas esas cirugías serán mucho mejores también», añade Simó.

El cirujano recuerda, además, que este robot también reporta «una precisión mucho mayor que la cirugía laparoscópica, aunque desde el punto de vista del resultado, quizá no se vea tanto mejoría aún», ya que recuerda que eso se analizará dentro de unos años, ya que, cree que «posiblemente, esa precisión que tiene Da Vinci con respecto a la laparoscopia, se verá más a largo plazo, a través de los estudios de sus beneficios, para poder tenerlo demostrado científicamente».