Pilar Cernuda

CRÓNICA PERSONAL

Pilar Cernuda

Periodista y escritora. Analista política


247 euros

14/04/2022

Luis Medina, famoso por apellido, pero sobre todo por su intensa vida social, ha dicho estos días que ya ha sido condenado por los medios de comunicación, pero que él confía en el fallo de los tribunales.

Será difícil que ese fallo le sea favorable, porque cuantos más datos se conocen sobre su operación, y la de su socio Luceño, para vender material sanitario chino al ayuntamiento de Madrid en los días más amargos de la pandemia, más se cierra un círculo que lo presenta como un hombre que no hace honor al apellido que llevaron importantes personajes de la historia española.

Cobró un millón de dólares de comisión -bastantes más su socio- y el juez ha ordenado el embargo de sus cuentas para que asuma sus responsabilidades económicas a la espera de que finalicen las investigaciones que determinarán si hay motivo para ser acusado de falsedad documental, blanqueamiento de capitales y estafa agravada. Solo una cuenta de Luis Medina tiene fondos: 247 euros, no embargable porque no llega a los 250 euros. Alguien, evidentemente, le está asesorando para que sus bienes queden a resguardo … Pero su prestigio ha quedado por los suelos.

Tiene razón cuando declara que la opinión pública ya le ha condenado, pero a medida que avanza la investigación se le ponen las cosas más difíciles, aunque como a todo el mundo hay que ofrecerle la presunción de inocencia.

La comisión cobrada por él y su socio supone casi la mitad del coste de la compra, el material no cumplía los requisitos obligados de calidad, y cuando el ayuntamiento pidió explicaciones no dudó Luceño en devolver varios de los millones que había recibido. El ayuntamiento había averiguado que el coste de mascarillas y guantes en el mercado era diez veces inferior al aplicado. Por no mencionar que ha habido falsificación de un documento que aseguraba que Luceño era el representante de la empresa malaya que intervenía en la operación de compra del material chino. Y por no mencionar también que, como ha dicho el juez, esa operación se realizó cuando en España morían a diario miles de enfermos de covid. Es decir, que además de las posibles irregularidades, o delitos, que se pueden haber cometido, no se puede dejar al margen el aspecto moral.

Flaco favor ha hecho Luis Medina a su estirpe. Y a la aristocracia, injustamente despreciada por un sector de la sociedad que la considera una clase de privilegiados que no pegan palo al agua, cuando en la mayoría de los casos se trata de personas que ejercen dignamente su profesión, y en algunos casos gestionan con eficacia el patrimonio de sus ancestros, tanto el económico como el cultural.

Luis Medina, con su cuenta corriente de 247 euros y la "desaparición" de los 200 mil dólares que destinó a compra de bonos, no es ejemplo de un español con señorío, más allá de lo que determine el juez.