El miedo se monta en el AVE a Madrid

R.G.R
-

El miedo se monta en el AVE a Madrid. Miles de vallisoletanos viajan todas las semanas a Madrid para trabajar. Lo hacen en vagones de Ave y Avant «hacinados» y «sin cumplir las medidas de seguridad». En Madrid se enfrentan también al confinamiento

Un tren de alta velocidad entra en la estación de Valladolid. - Foto: Jonathan Tajes

Miles de vallisoletanos viajan cada semana a Madrid para trabajar. En la mayor parte de los casos lo hacen aprovechando la alta velocidad. Pero lo están pasando «muy mal». Lo hacen en vagones «hacinados sin mantener la distancia de seguridad» e incluso con la incertidumbre de no conocer si podrán comprar billetes para determinados trayectos. Y a esta situación se ha sumado el hecho del confinamiento de la capital de España, lo que también les complica un poco más su día a día. 

El presidente de la Asociación de Usuarios de la Alta Velocidad, Carlos Perfecto, asegura que Renfe ha reducido las frecuencias de ida y vuelta a Madrid y a eso hay que sumar que se han reducido el número de vagones de cada uno de los trenes. Esta circunstancia ha ocasionado que en los primeros viajes de la mañana los trenes «vayan completos» y que en ocasiones no exista ni siquiera la posibilidad de comprar un billete. 

La Asociación de Usuarios ha solicitado al Ministerio de Transportes que se reduzca la ocupación de los trenes en un 50 por ciento para evitar los posibles contagios que se puedan producir. Alertan de que algunos pasajeros se ponen a comer y a beber en el interior de los vagones y se  quitan la mascarilla delante del resto de pasajeros. «No entendemos cómo puede pasar esto en trayectos que no superan la hora de viaje», apunta Perfecto. 

Desde la Asociación son perfectamente conscientes de que se trata de una cuestión de dinero, pero solicitan a las administraciones que tengan en consideración la situación «de riesgo» que viven cada día los usuarios del tren. «No entendemos cómo nos permiten viajar prácticamente sin ningún tipo de separación entre los pasajeros en un sitio cerrado». Consideran que se deberían duplicar los convoyes para que los usuarios pudieran mantener la distancia de seguridad necesaria para evitar contagios. Algunos de ellos tienen la sensación de que se juegan la vida cada vez que se montan en el tren y encima tienen que ir a Madrid, en pleno confinamiento y con las decisiones judiciales que no aclaran la situación. 

Solicitan tanto a la Delegación del Gobierno como a la Junta de Castilla y León que se pongan manos a la obra para que se amplíen los vagones o para que Renfe aumente las frecuencias de viajes, tanto a primera hora de la mañana para aliviar el hacinamiento como a media tarde, ya que aseguran que algunos de ellos se ven obligados a volver más tarde de Madrid al no haber billetes ni trenes. También consideran que la política de abonos «está mal diseñada», ya que algunos de ellos se han visto obligados a perder los billetes por la fecha de caducidad tan reducida que impone Renfe.

A esta situación complicada en los viajes se suma el destino. La mayor parte de las empresas madrileñas donde trabajan estos vallisoletanos está recuperando poco a poco el trabajo presencial, al igual que el resto de compañías de la capital de España. Una vez en Chamartín, tienen que coger otros transportes públicos hasta llegar a su destino. «En algunas líneas de metro vamos muy juntos también y no hay forma de mantener las distancias», relatan. 

Durante esta semana también se ha cerrado la posibilidad de acudir a bares y restaurantes a la hora de la comida por temor al contagio y eso provoca que algunos no tengan otro remedio que llevar la comida de casa y bajar los bancos de parques y jardines para poder comer de una forma más tranquila al aire libre. «No hemos detectado mayor presencia policial desde que se ha decretado el confinamiento, pero sí menos gente que antes. Sí existe una cierta sensación de miedo en las calles, pero ya lo tienes interiorizado», relata un usuario.