Cigüeñas sin nido

R.G.R
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La Diputación retiró 35 nidos de iglesias y ermitas en 2021 por riesgo de caídas o peligro de derrumbe de los edificios. El último caso fue la semana pasada, en Portillo, con cuatro ejemplares sin crías

Actuación de los bomberos de la Diputación en Olmedo para retirar un nido.

Por San Blas la cigüeña verás. Eso dice el refranero castellano, aunque es mentira. La tendencia alcista mundial de la temperatura, con inviernos más benévolos y la sobrepoblación por la abundancia de alimento, están ocasionado que las parejas ya no emigren de Valladolid, sino que permanezcan en sus nidos durante todo el año. No es para nada extraño ver a los ejemplares en lo alto de las torres en pleno invierno ni tampoco el cielo de la ciudad surcado por parejas en busca de comida.

Esta circunstancia está ocasionando que los nidos de las cigüeñas tengan cada vez mayor tamaño debido al trabajo continuado que hacen las parejas en busca de un mejor cobijo para las crías. Sin embargo, esta circunstancia tiene sus consecuencias. Los nidos cada vez tienen mayor peso, lo que ocasionada riesgos de consideración para las estructuras de los edificios y también supone peligro para los vecinos de las localidades, ya que pueden llegar a desprenderse y caer al vacío sobre la vía pública. 

Son los bomberos de la Diputación los encargados de la retirada de estos nidos cuando generan algún peligro. En concreto, durante el año pasado se retiraron 35 nidos en 18 actuaciones, en quince municipios. El diputado encargado del servicio en la institución provincial, Santiago Baeza, indicó que las actuaciones se realizan con sumo cuidado debido a las complicaciones que suelen presentar por el contundente peso de los nidos. «Se realizan a mano quitando los palos uno a uno y siempre se dejan algunos para que las cigüeñas puedan volver a construirlo». 

En la iglesia de San Juan de Portillo no tiene nidos desde hace una semana.En la iglesia de San Juan de Portillo no tiene nidos desde hace una semana. - Foto: Jonathan TajesSon los ayuntamientos, por norma a través de los párrocos de las iglesias y las ermitas, los encargados de solicitar a la Diputación una actuación del servicio de bomberos para tirar los nidos. Para ello, es necesario que la Consejería de Medio Ambiente remita una autorización para la retirada del nido debido a que puede ocasionar daños a las futuras crías. Una vez que el consistorio solicita la intervención, los bomberos de la institución provincial fija la fecha para la retirada. 

Son los parques de Medina del Campo o de Arroyo de la Encomienda los encargados de efectuar los trabajos correspondientes. De estas labores solo se encargan estos dos y no los tres restantes porque son los únicos que cuentan con una autoescala o un brazo con la altura suficiente para llegar en muchos casos a las partes más elevadas de los templos. Los bomberos suben en el interior de la plataforma y retiran uno a uno los palos hasta solventar el problema. Los palos se dejan caer directamente a la calle y en ocasiones los trabajos se prolongan durante horas. Sin ir más lejos, el año pasado la actuación que llevó más tiempo se realizó en Castrejón de Trabancos, donde los efectivos actuaron por espacio de siete horas y media (aunque un rayo había dañado el nido y la torre en este caso). También se han registrado otros casos, como en el municipio de Bobadilla del Campo y Traspinedo, donde se intervino durante seis horas. En la iglesia de San Martín de Tours en Traspinedo solo se trataba de un nido, mientras que en el caso de Bobadilla se prolongó al tratarse de cuatro nidos. Aunque no ha sido la única actuación que se llevó a cabo en este municipio el año pasado, sino que se realizaron otras dos. En total, siete nidos. 

Baeza indicó que las actuaciones se suelen repetir en un plazo de cinco o seis años, ya que en la inmensa mayoría de los casos las parejas reconstruyen el nido en el mismo sitio. «Lo normal es volver a actuar en unos años porque lo construyen de nuevo».  

en portillo. El último de los casos de retirada de nidos que han llevado a cabo los bomberos ha sido en la iglesia de San Juan Arcángel de Portillo hace unos días. Su alcalde, Juan Antonio Esteban, apuntó que se trataba de cinco nidos de grandes dimensiones que ponía en peligro el tejado del templo. «El párroco nos avisó de la existencia del problema y dimos aviso a Diputación con la autorización del Servicio de Medio Ambiente». Esteban indicó que la actuación se prolongó por espacio de más de dos horas para la retirada de cinco nidos. Explicó que especialmente uno de ellos era de gran tamaño y estaba situado en una esquina de la torre. «Había un doble peligro. Por un lado, el peso de los nidos hacía peligrar la estructura del tejado y se podía producir algún derrumbe y, por otro lado, también se podía venir abajo hacia la calle y caer sobre alguna persona que pasara en ese momento por ahí». 

Una vez que se retiraron los nidos por parte de los bomberos, llegó el turno de los operarios municipales para recoger todos los palos. «Sacamos cuatro camiones llenos de palos para llevarlos al punto limpio de poda. Calculo que podían pesar unos 3.000 kilos», recordó el alcalde. En esta iglesia de Portillo anidan dos parejas de cigüeñas que no se han marchado del pueblo, sino que continúan en la zona, se las ha podido ver en el tejado una vez que se han tirado los nidos. 

Sin embargo, desde la asociación Amigos das Cegoñas no se mostraron conformes con esta actuación, ya que entienden que las consecuencias son perjudiciales siempre. «Estamos comenzando la época de cría, esto supone un atraso en el ciclo, ahora deben ponerse manos a la obra para volver a construir su nido, puede que el trastorno produzca incapacidad de reproducción, puestas más pequeñas o fracaso reproductor por sufrir molestias», comentaron. ?