Valladolid respira

D.V.
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La Auva 2030 promueve una ciudad más sana por medio de la aprobación del plan de calidad del aire

Cabina medidora de la contaminación instalada en La Rubia. - Foto: Ayuntamiento de Valladolid

Durante los últimos años se han realizado grandes esfuerzos para reducir las emisiones de contaminantes a la atmósfera. No obstante, se hace preciso seguir caminando hacia la adopción de nuevas medidas para proteger la salud de la ciudadanía.
La Ley de Cambio Climático determina la obligación de aquellas ciudades que contengan más de 50.000 habitantes a contar con zonas de bajas emisiones que, no solo limiten y regulen la entrada de vehículos contaminantes, sino que también deben facilitar una serie de fórmulas y alternativas de desplazamiento saludables para los ciudadanos, como por ejemplo el uso de la bicicleta, el fomento del transporte público o los desplazamientos a pie.
En este sentido, Valladolid se encuentra inmerso en ese proceso tras la aprobación del plan de mejora de la calidad del aire, un programa que consolida las políticas de calidad del aire que el Ayuntamiento lleva impulsando desde el año 2015. «Desde la concejalía de Medio Ambiente, consideramos que era necesario que la ciudadanía pudiera conocer los datos en abierto, a través de la página web o la aplicación gratuita para móviles Vallaire», señalan. Así, en febrero de 2017 se aprobó el plan de emergencia de la contaminación. Desde entonces, el plan ha sido activado en más de 70 ocasiones, en las cuales ha habido que tomar 16 medidas restrictivas debido a situación dos. En esta línea, tal y como dieron a conocer desde el Ayuntamiento, la ciudad experimentó una caída en los niveles de contaminación debido a la pandemia, que ha dado lugar a una menor cantidad de vehículos privados circulando, mejorando la calidad del aire que se respira.  
A pesar de la utilidad del plan, este puede resultar insuficiente,  pues se trata de una medida de último recurso ya que únicamente sirve para actuar cuando el mal ya está hecho. Así pues, la alternativa consiste en prevenir antes que curar; es decir: cambiar de hábitos. Y eso es lo la Agenda Urbana de Valladolid 2030 (Auva 2030), un plan para encaminar la ciudad hacia la transición ecológica y reducir su impacto ambiental que cuenta con la financiación de los fondos Next Generation de la UE, propone abordar a través del plan de calidad del aire y la nueva zona de bajas emisiones.
Esta medida, que entrará en vigor en los últimos meses del año 2023, plantea cómo puede cuidarse más la ciudad, con medidas estructurales que cambien los hábitos de movilidad de los ciudadanos pero también en otros, como el fomento de la eficiencia energética, que son los ámbitos sobre los que más directamente se puede incidir desde el Ayuntamiento. En definitiva, se trata de una serie de compromisos ya sellados en el acuerdo de gobierno y a los que, el Consistorio desea sumar al resto del pleno municipal y a la sociedad civil vallisoletana. 

Beneficios

La puesta en marcha de la presente acción permitirá un mejor aprovechamiento del espacio público para pasear y jugar, además de para otra serie de acciones relacionadas con la cultura o el comercio, por lo que se podría decir que el propósito es múltiple y atiende a varias necesidades.
Por un lado, se pretende actuar frente a la contaminación para preservar la salud de las personas que residen en Valladolid, así como tratar de reducir los desplazamientos en vehículo privado para disminuir la concentración de contaminantes que perjudican a la salud.
De igual forma, otro de los principales objetivos que se persigue con esta iniciativa hace referencia a  incorporar espacio público de la ciudad para el paseo, el juego infantil, el ocio, la cultura, el comercio, etcétera; y todo ello para lograr construir un espacio más seguro para toda la ciudadanía, con menos ruidos y menos humo, para cuidar y proteger la salud de los vecinos de la localidad. 

Favorecer la movilidad y transporte sostenible

El desarrollo del plan de mejora de la calidad del aire se alinea con varios objetivos estratégicos recogidos dentro del marco estratégico de la Agenda Urbana de Valladolid 2030.
Concretamente, esta medida enlaza directamente con el quinto eje de la Auva 2030, que se centra en fomentar una movilidad y un transporte sostenible para afianzar el compromiso de la localidad con el cuidado del medio ambiente. De este modo, esta línea trata de buscar fórmulas capaces de reducir el uso del vehículo privado, acondicionar las infraestructuras de transporte urbano e interurbano a las nuevas modalidades de movilidad eficientes y promover la accesibilidad universal urbana, entre otras acciones.