Una región clave para un futuro energético neutro

G. Arce
-

Tras el final del carbón, de las térmicas, de Garoña y el petróleo, Castilla y León sigue atesorando un gran potencial hidráulico y es referente en la producción de energías renovables

Una región clave para un futuro energético neutro - Foto: Diario de Burgos

Castilla y León es un territorio estratégico en la producción energética nacional. Lo fue en los tiempos pasados de la explotación del carbón en las cuencas mineras de León y Palencia, de las centrales térmicas, de la energía nuclear con Garoña y, en menor medida, de los pozos de petróleo de La Lora. Ahora es referente en el campo de las renovables (eólica, fotovoltaica y, en un futuro próximo, el hidrógeno verde) además de en la explotación hidráulica, energías claves en el proceso de transición ecológica al que obliga la lucha contra el cambio climático. 

Pero este sector económico, que mantiene en torno a 6.000 empleos directos, no solo se resume en números y producciones, también es un motor puntero de innovación e investigación, de desarrollo e inversión industrial, de empleo cualificado y progreso en un territorio especialmente castigado por el  mal  de la despoblación y el abandono del mundo rural. 

La energía también es un debate abierto y caliente en la sociedad castellano y leonesa, máxime en estos tiempos de costes disparados en la factura de los hogares y las empresas. 

Una región clave para un futuro energético neutroUna región clave para un futuro energético neutroPocas dudas caben en torno a la emergencia climática a la que se enfrenta el planeta y a la necesidad de que España sea más autosuficiente y no dependa en exceso de terceros productores, pero son muchas y crecientes las dudas que generan los macroparques eólicos y fotovoltaicos, la masificación de grandes infraestructuras en entornos naturales y de alto valor paisajístico, el uso indiscriminado del agua buscando la pura rentabilidad energética y, muy especialmente, el escaso reflejo que estas millonarias inversiones tiene en la revitalización de los pueblos que ceden sine die sus montes y valles para estos proyectos.

Las principales fuerzas políticas se han hecho eco de estas dudas en sus programas electorales, donde la palabra sostenibilidad se subraya con fuerza. Sostenibilidad entendida como respecto por el medio ambiente, al patrimonio, al paisaje, a la agricultura y ganadería y al mundo rural, sin olvidar tampoco la oportunidad de desarrollo y creación de riqueza y empleo que supone liderar el mapa de las energías limpias en plena era de las descarbonización. 

Producción

Castilla y León es la fuente del 7,5% de la energía primaria que produce España. En datos de 2020, los recogidos en el último boletín publicado por el Ente Regional de la Energía (EREN), son 1,8 millones de toneladas equivalentes de petróleo (tep) sobre los 24,5 millones del total nacional.

Una región clave para un futuro energético neutroUna región clave para un futuro energético neutroDe este sector, como decíamos al principio, han desparecido los combustibles fósiles (carbón y petróleo) y la nuclear, que todavía representa casi un 12% de la producción de energía primaria en España con las centrales aún operativas.

La Comunidad es clave en la generación de energía hidráulica, 687.350 tep, pues representan el 23,59% de la producción nacional, y, muy especialmente, en potencia eólica (más de 1 millón de tep, el 23,18% de lo que produce el conjunto del país).

El reparto de esta generación entre provincias es muy desigual. Los saltos de agua fronterizos con Portugal sitúan a Salamanca, con 427.764 tep, como la mayor productora de energía primaria, seguida de Burgos con los 387.397 tep generados por unos parques eólicos que, a día de hoy, no dejan de crecer en número y en potencia y tamaño de sus aerogeneradores. 

Zamora conjuga producción hidráulica y eólica para rozar los 300.000 tep. Le siguen Soria (224.780 tep), Palencia (160.065), Valladolid (147.357), León (134.296)  y, en menor medida, Ávila (64.787) y Segovia (17.640).

Eólico

Castilla y León genera el 9,7% de la energía eléctrica en España, gracias a su potencial hidráulico y, sobre todo, eólico, ya que es la primera productora de electricidad a través de la fuerza del viento con sus más de 6.300 MW instalados. Son, en datos de 2020, 24,8 millones de MWh de producción sobre un total nacional que supera los 255,7 millones de MWh. 

Los aerogeneradores son ya la principal fuente de generación eléctrica en España. Según datos de Red Eléctrica de España (REE), el 23,3% de la producción nacional está hoy en manos de la fuerza del viento (y, por extensión, Castilla y León), lo que supone un incremento del 10,5% en el último año y desbanca a la energía nuclear, que aglutina el 20,6%. 

Tras la eólica y la nuclear, en el mix energético se posicionan las centrales de ciclo combinado (17,6%), la hidráulica (11,3%), la cogeneración (10%) y la fotovoltaica, que solo reúne un 8,1% aunque es la tecnología que más ha crecido en el último año, un 37,7%. 

Estos números no recogen aún el impacto del incremento del parque de generación en España y también en Castilla y León, líder nacional en esta energía verde. Son, en total, más de 2.800 MW verdes los previstos en la Comunidad, principalmente liderados por parques eólicos y fotovoltaicos, que han triplicado su presencia en el sistema en los últimos 5 años.

En la región hay hoy 267 parques eólicos operativos, que permitirían cubrir el 87,7% de la demanda eléctrica de toda la Comunidad. 

Por citar algunos ejemplos, Burgos -la tercera provincia productora a nivel nacional- estrenará a principios de 2023 los aerogeneradores más potentes fabricados en España, con 6 megavatios (MW) y capacidad para abastecer a 5.000 hogares, lo que multiplica por más de 6 lo que podían generar las primeras turbinas que se levantaron en la provincia a principios de los años 90. Es un proyecto liderado por Iberdrola y Siemens Gamesa.

Con sus vientos fuertes y, sobre todo, estables, en Burgos no paran de levantarse 'molinos'. Hay en tramitación en torno a 500 MW en diferentes parques, una inversión multimillonaria enfocada a los compromisos marcados por el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (Pniec), que fija en un 42% la aportación de las renovables al consumo total en 2030.

La carrera por las energías verdes también se sucede a ras de suelo, en las grandes instalaciones fotovoltaicas, que pasarán de los 500 MW instalados actualmente en la región a 2.500 MW. Iberdrola ha iniciado el montaje de más de 145.300 paneles para una planta de 50 MW que se construye en Revilla-Vallejera (Burgos) y que abastecerá a una población equivalente de 26.000 hogares/año. 

La compañía eléctrica anuncia la instalación de 1.800 MW verdes para los próximos años, 1.000 de los cuales son fotovoltaicos y se distribuirán entre los proyectos de Ballestas (Burgos), Villarino (Salamanca), Otero (Segovia) y Velilla (Palencia).  

En las dos últimas décadas, esta   compañía de referencia en el mercado energético regional ha invertido 120.000 millones de euros en energías renovables, redes eléctricas inteligentes y almacenamiento energético. Su plan inversor a 2030 de 150.000 millones de euros le permitirá triplicar su capacidad renovable hasta casi los 100.000 MW.

Consumo

Castilla y León consume mucha menos de la energía que produce y el reparto de este consumo se focaliza en las provincias más industrializadas y pobladas.

En eléctrica son 11,7 millones de MWh, apenas el 5% nacional. Burgos y Valladolid acaparan el 20%, respectivamente, gracias a su peso industrial, que supera los 1,8 millones de MWh, respectivamente. En cuanto al doméstico, Valladolid y León superan los 500.000 MWh, respectivamente.

Por lo que respecta al gas natural, la región requiere el 5,9% de la demanda nacional (21,1 millones de MWh de 356,8 millones). Burgos asume el 30,5% del gas natural que demanda la región. Los 6,4 millones de MWh/año se destinan mayoritariamente a la industria. El segundo consumidor es Valladolid (4,7 millones de MWh, el 22,5%) y le sigue de lejos León (2,4 millones de MWh, el 11,4%).

Por lo que respecta a los combustibles vinculados a la movilidad y la calefacción (gasolinas, gasoleos y fuelóleos), Castilla y León representa el 8,06% nacional. De los 2,4 millones de toneladas gastadas en 2020, el 18,3% del consumo se focalizó en León, el 15,6% en Valladolid, el 14,25% en Salamanca, el 13,85% en Burgos y el 11% en Zamora. El resto de provincia consumen por debajo del 10%.

Por fuentes de energía, la más consumidas son las gasolinas, gasóleos y fuelóleos (46,98%), seguido del gas natural (33,15%), electricidad (18,46%) y gases licuados de petróleo (1,42%).