«Es imposible trabajar. Estoy un día para descargar tareas»

R.G.R
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Lucía González, en Benafarces, e Iván Rodríguez, de Pedrosa del Rey, de Primero de la ESO, relatan las dificultades existentes en los pueblos más pequeños para continuar el ritmo de aprendizaje online

Lucía González, en su casa de Benafarces, donde no hay cobertura. - Foto: Jonathan Tajes

Los alcaldes lo llevan advirtiendo mucho tiempo. Los pueblos más pequeños tienen problemas de conectividad que merman las posibilidades de desarrollo, tanto económico como social. La pandemia ha puesto de manifiesto este problema en un grado aún mayor. Los estudiantes que residen en los municipios que apenas sobrepasan los cien habitantes se están encontrando con serios problemas a la hora de llevar a cabo las tareas. Los profesores están haciendo lo que pueden, con llamadas para intentar solventar los problemas, pero la situación es complicada. Los encuentros son deficientes y se hace completamente necesario una buena conexión tanto para los encuentros online como para las descargas de material que se mandan por correo. 

Iván Rodríguez reside en Pedrosa del Rey, un pequeño municipio en la comarca de Tordesillas. Estudia en el Instituto Virgen Niña de Valladolid y los ejercicios son continuos. «Tenemos deberes hasta de Educación Física», bromea. Sus padres se vieron obligados a modificar la tarifa del móvil del menor para incrementar los gigas de navegación para asegurar que Iván pudiera seguir cursando los estudios. Los problemas llegan a a hora de conectarse con sus profesores, ya que las reuniones se cortan «algunas veces» por los problemas de conexión. «Me toca esperar un poco y tengo que reengancharme de nuevo», explica. 

Los deberes son continuos e Iván se ha decantado por hacerlos directamente con el móvil a pesar de que tiene ordenador portátil en casa. «Me apaño mejor». Los profesores han marcado que los exámenes se realicen a través de formularios de Google. «La semana que viene empezamos con Matemáticas y Tecnología». Sus padres, Rosana y Luis Alfonso indican que desde el colegio mandan «muchos más deberes que cuando el niño iba a clase. Tres veces más». 

Iván Rodríguez se conecta con sus profesores a través del móvil. Iván Rodríguez se conecta con sus profesores a través del móvil. - Foto: Jonathan Tajestodo el día conectada. Lucía González también cursa Primero de ESO. Vive en Benafarces, un pequeño municipio, justo en el límite provincial con Zamora. Los problemas de cobertura son más graves. Los vecinos solo pueden contratar internet con una compañía. «Y encima los precios son carísimos», comenta su madre Amparo Calvo. Estudia en el Instituto Alejandría de Tordesillas, pero desde que se acabaron las clases «está siendo muy difícil». Sus padres tuvieron que instalar un amplificador en la vivienda para intentar mejorar la señal, pero no ha surtido efecto. 

«Hay días que va peor y estás ahí horas y horas para poder descargar los deberes». Los profesores envían las tareas «todos los días» y prácticamente de «todas las asignaturas», pero todo se complica a la hora de descargar el material. Su hermana mayor, María, ayuda y busca la manera de hacerlo lo más rápido posible.

Muchas ocasiones se decantan por hacer una foto con el móvil para después intentar reproducir de la forma más fidedigna posible en papel y hacer una nueva foto y enviarla por Whatsapp a la tutora. 

La red llega a través de una antena que está instalada en la localidad vecina de Tiedra y les han comunicado que son muchos usuarios y eso dificulta la conexión. Ahora, después de más de dos meses sin clases la velocidad ha mejorado, pero al principio del confinamiento era aún peor. «Tuvimos que llamar al instituto porque no podíamos hacer nada de nada». Eso ha ocasionado que Lucía tenga ahora bastante trabajo acumulado. «De matemáticas sobre todo, vamos bastante atrasadas», comenta Amparo.

Una vez que Lucía completa las diferentes tareas llega el momento más complicado. Mandar los ejercicios online. «Casi tardamos más en mandarlos que en hacerlos». Y así pasa los días Lucía, en casa, entre problemas de conexión, cuadernos y ejercicios. Una clara muestra de las desventajas de la brecha tecnológica.