Sisinio González

Desde la banda

Sisinio González

Exjugador del Real Valladolid


Recta final

09/04/2022

Estamos a ocho jornadas de la conclusión de este campeonato liguero. Ocho partidos separan a los equipos de sus objetivos. Ocho semanas para que se dibujen en unos caras de alegría, satisfacción y felicidad por haber cumplido con sus expectativas; en otros, la indiferencia de haber pasado un año más por la categoría sin pena ni gloria; y en otros, los más desgraciados, caras de tristeza, fracaso e incluso alguna lágrima por haber perdido la categoría y dejar a una ciudad, a unos aficionados y a un club en la línea de un abismo largo y oscuro, donde la única claridad pasa por volver a la segunda división. 

El Pucela no va a caer a ningún agujero negro. En mi opinión, y tiene narices que tenga que recalcarlo en una columna precisamente de eso, de opinión, está haciendo una temporada magnífica. Es segundo en la clasificación. 64 puntos en 34 jornadas, mejor equipo local y conjunto con más goles a favor son algunos de los datos que avalan al conjunto blanquiovioleta y, a mi teoría, de que está cerca del sobresaliente. A veces nos volvemos tan exigentes con nuestro equipo, hacemos tan nuestro el objetivo del club y deseamos con tantas fuerzas el ascenso que perdemos la perspectiva de lo difícil que es ganar, de lo difícil que es ascender y semana tras semana mantenerse arriba. Llegamos a un punto que no perdonamos un mal partido, ni siquiera unos malos minutos y no entendemos ni aceptamos errores que son normales en el juego –«es que un jugador de ese nivel no puede fallar ese pase»–. 

Pero vamos con lo importante, que me lío. El Pucela está en la recta final y le quedan ocho pasos. Espero que, después de esos 8 largos y difíciles pasos, después del ultimo minuto, después de ese pitido final, estemos todos celebrando el ascenso directo. Pocas sensaciones he conocido en mi vida parecidas al minuto siguiente del final del partido: el árbitro pita, la gente estalla, salta, baila, se tira al suelo, se abraza, canta, ríe, llora, se emociona y se encuentra en una nube donde se consigue olvidar los problemas cotidianos de nuestro día a día. Esperemos que el Pucela lo consiga después de la fase regular, pero, si no lo hace, estoy convencido que lo logrará en el playoff. Sea cuando sea, espero encontrarles en el estadio y emocionarme con ustedes.