Una estrategia para apoyar el consumo de productos locales

Maite Rodríguez
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El Ayuntamiento impulsa una serie de medidas para fomentar la alimentación saludable y sostenible, además de potenciar la ecoagricultura del entorno y el comercio de proximidad

Una estrategia para apoyar el consumo de productos locales - Foto: Jonathan Tajes

Valladolid da nombre a la declaración de intenciones de un grupo de localidades comprometidas en promover e impulsar los sistemas alimentarios locales y sostenibles frente a riesgos globales como la emergencia climática global o pandemias como la actual. La red de ciudades por la agroecología apuesta por una batería de actuaciones para que los gobiernos locales pongan en marcha políticas públicas para fomentar una alimentación saludable y sostenible.
En el caso de Valladolid, el Ayuntamiento aprobó en 2018 su propia estrategia alimentaria. Esta iniciativa surgió de un proceso participativo en el que se contó con los grupos de consumo, las huertas comunitarias y los huertos ecológicos promovidos desde el Ayuntamiento, las organizaciones vecinales, los  productores locales e investigadores de la Universidad de Valladolid (UVa).
Los estudios previos demostraron que el 20 por ciento de los alimentos que se consumen en la capital proceden de otros lugares. Un porcentaje que se incrementa hasta el 90 por ciento si se centra en los pescados y mariscos congelados.

En el caso de las hortalizas, tradicionalmente producidas en la región, en la actualidad es Andalucía quien abastece mayoritariamente a Valladolid. Un ejemplo es que patatas regionales han pasado de representar un 78% a un 56%. Un diagnóstico que se extiende a la cadena de distribución, donde se han perdido un 20% de las tiendas tradicionales, aunque repuntan lo colmados. 
De hecho, la concejala de Medio Ambiente, María Sánchez, recalca que la pandemia ha motivado un aumento del número de personas con dificultades para acceder a una alimentación saludable y sostenible, además de poner en evidencia los problemas de abastecimiento alimentario que una emergencia mundial puede ocasionar en el actual modelo, con la mayor parte de la producción agrícola alejada de las zonas de consumo y dependiente de largos transportes y acuerdos de mercado internacionales.
Con esta radiografía en la mano se han ido poniendo en marcha distintos proyectos para apoyar y fomentar la producción de los productores locales. «La producción agroecológica local no solo aporta alimentos saludables y de calidad, sino que también proporciona empleo local, mantiene nuestras áreas rurales vivas, conserva patrimonio etnográfico y cultural, conserva biodiversidad y disminuye el uso de recursos y de gases de efecto invernadero, entre otros muchos beneficios·, recalca Sánchez. 
Así, el Ecomercado de la Plaza de España, fue una de las primeras acciones. Empezó a funcionar en septiembre de 2018  con puestos de productores ecológicos y locales, además de ofrecer una amplia gama de productos de alimentación ecológica.

Desde entonces se celebra cada segundo domingo de mes. Esta iniciativa surgió gracias al apoyo del Ayuntamiento de Valladolid, además de contar con una subvención de la Junta de Castilla y León dentro de su convocatoria de ayudas para la creación de una red de mercados locales estables para la venta de productos ecológicos y la realización de actividades de promoción de los mismos.
Este mercado está gestionado por Vallaecolid, la asociación de productores, elaboradores y tiendas ecológicas.

Esta asociación nació en mayo de 2019 para fomentar la producción agroecológica, el consumo local y responsable y la comercialización en circuitos locales.

Pero, ¿dónde se encuentran productos cultivados o criados en Valladolid o su entorno?¿Cómo se consiguen esos productos de temporada y ecológicos? Además de en el Ecomercado de la Plaza de España, Vallaecolid gestiona el centro de distribución de alimentos y hace reparto todos los miércoles por la ciudad.

Además, hay varios grupos de consumo que funcionan en la ciudad, que están formados por personas que se agrupan para hacer sus pedidos conjuntos a los hortelanos y productores de confianza de su entorno. Esto les permite establecer vínculos estables que van más allá del mero intercambio económico.

Suelen funcionar con plataformas digitales para facilitar la gestión, de forma que son prácticamente autónomos.