Editorial

El BCE apoya a la banca y se arriesga con más alzas en los tipos de interés

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La presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, lanzó este jueves un mensaje de confianza a los mercados, al mismo tiempo que confirmaba una nueva subida de tipos de interés, en esta ocasión de medio punto, que deja el precio del dinero en un 3,5 por ciento. No se ha dejado influir el BCE por el pánico del sistema financiero tras la quiebra de tres entidades en Estados Unidos y el hundimiento del Credit Suisse, que ayer también vivió su recuperación gracias al préstamo de 50.900 millones de euros concedido por el Banco Nacional de Suiza. Es trascendente esta decisión del BCE, porque si Europa tiene un problema económico, este tiene más que ver con el encarecimiento de precios que con la solvencia y solidez del mercado financiero, bastante fortalecido después de la crisis de 2008.

La inflación está lastrando el ritmo de crecimiento que podía estar adquiriendo la Unión Europea, porque hay numerosos recursos productivos que están dedicándose a la búsqueda de mecanismos para hacer frente al encarecimiento de precios. Además, ha emergido una situación de incertidumbre que parecía resuelta tras haber superado la crisis sanitaria producida por la pandemia. Y, por si fuera poco, la inflación desmotiva la inversión justo en el momento en el que el crecimiento había empezado a tomar impulso. La falta de certezas está conteniendo las inversiones que, a medio y largo plazo, servirían para dar alegría a la economía. A todo ello hay que añadir que la elevada inflación está poniendo en riesgo cada vez a más familias. Incluso la clase media española, la mayoritaria, ya está padeciendo una continua merma de su poder adquisitivo. Paradójicamente, el alza de tipos también castiga a las familias, ya que las hipotecas a interés variable se encarecen de forma notable. Por todo ello, las medidas frente al encarecimiento de precios deben ser muy meditadas. Lagarde insistió en que inyectará liquidez al sistema financiero de la zona euro si fuera necesario, pero con la convicción de que el sector bancario tiene capacidad de resistencia y posiciones de capital y liquidez sólidas. Si se equivoca, tendremos tres problemas en vez de uno: inflación, tipos muy elevados y crisis bancaria.

Los mercados han acogido con calma la decisión del BCE, hasta el punto de que el Ibex rompió la avalancha de ventas y volvió a colocarse en los 8.900 puntos. La apuesta de Lagarde es encarecer el dinero. Es decir, sitúa la inflación como principal amenaza y prevé seguir combatiéndola con los tipos, ya que las medidas de los gobiernos, especialmente en nuestro país, apenas están siendo eficaces, por mucho que se quieran vender con discursos políticos. El objetivo ha de seguir siendo bajar la inflación por debajo del 2%, pero tampoco se puede hacer a cualquier precio, nunca mejor dicho.