Cinco vallisoletanos en la carrera por el Max de teatro

Óscar Fraile
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La compañía Teloncillo opta al premio al mejor espectáculo para público infantil; Lucía Miranda, a la mejor adaptación; Lady Veneno, al espectáculo revelación, y Alberto Velasco y Alfredo Noval, a mejor actor

Candidatos vallisoletanos a los premios Max.

El Gran Teatro Falla de Cádiz será el escenario el  próximo 17 de abril de la XXVI edición de los Premios Max de teatro. En las 20 categorías que se repartirán hay seis candidaturas con presencia de vallisoletanos. Por ejemplo, la de Alberto Velasco, que opta a los premios a mejor actor y mejor labor de producción por Sweet dreams, un espectáculo que estrenó en mayo del año pasado con el que ha cosechado un gran éxito de público en Madrid. Se trata de un monólogo en el que la danza tiene mucho peso y que trata sobre «las ganas de vivir», pese a que la vida no sea un camino de rosas. «Todo el sistema está sustentado en mentiras y a nosotros nos empujan a tener unos sueños que no son los nuestros», dice Velasco. El intérprete sostiene que «en cada individuo se ponen unas esperanzas que son demasiado altas» y aboga por luchar por los sueños propios. Sobre esto versa Sweet dreams, con hilos conductores como el amor, el humor y la danza. Velasco opta a su segundo Max con esta obra después de conseguirlo en 2016 como director con Danzad malditos, aunque ha participado en más montajes que han obtenido la preciada manzana en otras categorías.

Otro vallisoletano que es candidato al Max a mejor actor es Alfredo Noval, por su papel de Segismundo en La vida es sueño, dirigida por Declan Donnellan y diseñada por Nick Ormerod. «Es un personaje con el que parece que cae todo el peso de la tradición teatral sobre ti, porque es el texto más existencialista del Siglo de Oro y el que más hemos exportado al resto de países... es como nuestro Hamlet», dice. Desde el respeto, Noval ha conseguido dotar a Segismundo de muchas cosas propias, y el personaje le ha devuelto el regalo con creces. «Con un grandísimo aprendizaje, por la forma de trabajar que traían Donnellan y Ormerod», añade. Después de llenar teatros por varias ciudades de España, el montaje saldrá en los próximos meses a países como Francia, Reino Unido, Italia, Hungría y Bulgaria.

También está en la carrera de este premio la dramaturga Lucía Miranda por La cabeza del dragón, una adaptación del texto de Ramón María del Valle-Inclán que puso sobre las tablas del teatro María Guerrero, sede del Centro Dramático Nacional. Miranda ha conseguido transformar «un básico de la literatura», con sus príncipes y princesas, en una propuesta para todos los públicos. «Un cuento de hadas para adultos», tal y como lo define. Con él, traslada a la obra el cuestionamiento que hace Valle-Inclán de las tradiciones heredadas. «En la obra se cuestiona la monarquía y las normas establecidas, el quién decide qué», señala. La dramaturga opta al premio a mejor adaptación o versión de obra teatral, aunque el montaje está presente en seis candidaturas. Además, es finalista al Premio de Mejor Dirección de la Asociación de Directores de Escena.

Por su parte, la compañía Teloncillo Teatro vuelve a estar nominada en la categoría de mejor espectáculo para público infantil. En esta ocasión, por Coser y cantar, una obra para niños de entre seis meses y cinco años. Es un homenaje «a todas esas mujeres 'tejedoras' que nos rodean, mujeres que con sus mágicas manos han tejido una parte de nuestras vidas», señala la compañía. Un relato sobre la «memoria afectiva que todos tenemos en nuestra infancia», dice la codirectora, Ana Gallego, quien es muy consciente de la dificultad de conseguir el Max al competir con «la primera división de espectáculos de gran formato», aunque no pierde la esperanza de ganar en la que es su tercera nominación.

En la categoría de mejor espectáculo revelación figura Champán por las tetas, un anecdotario vital escrito por Verónica Serrada y Héctor Matesanz sobre el alter ego de este último, Lady Veneno, bajo la dirección de Carmen Bécares. La drag queen hace un repaso por algunas de sus vivencias y establece un juego con los espectadores para que distingan entre verdad y mentira y para que adivinen qué anécdota está protagonizada por Lady Veneno y cuál por Héctor, nacido en Segovia, pero vallisoletano de adopción. «En la obra se abordan muchos temas, desde el tipo de homosexual que eres hasta lo difícil que es ser drag, una profesión que tiene un por qué, no es algo vacío de contenido», explica Matesanz. El hilo conductor de la obra es el humor, aunque también hay espacio para la reflexión, algo que «el público agradece».

En la lista de candidatos hay 168 espectáculos distribuidos en 20 categorías. De ellos saldrán los finalistas, que se conocerán a principios de marzo. Y, entre ellos, los que muerdan la manzana el próximo 17 de abril en Cádiz.