El fin del covid reduce los pacientes 'hiperfrecuentadores'

A. G. Mozo
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Los crónicos están fuera de un perfil que agrupa a «hipocondríacos» y «oportunistas». Los llamados 'hiperfrecuentadores' (diez o más visitas en un año) acapararon 1.231 citas en 2022, un tercio menos que en 2021 y lejos de las 21.000 de hace dos

Centro de salud de Delicias. - Foto: J. Tajes

La pandemia del coronavirus aún da sus últimos coletazos, incluso se habla de vez en cuando de nuevas variantes y hasta se reactivan las alarmas al escuchar los rebrotes que hay en China, pero la realidad es que casi todo ha regresado a una normalidad que ha costado más de dos años recuperar. También en el ámbito sanitario, el más castigado en esa lucha contra el covid-19 y que al fin empieza a ver mejorías en su cotidianidad. Los hospitales ya van limando una lista de espera quirúrgica y diagnóstica que se fue de las manos de parón en parón, a lomos de unas olas pandémicas que se llevaban todo por delante con su absorción sinfín de recursos y camas, mientras en el ámbito de la atención primaria, las cifras de pacientes y consultas se van amoldando también a las que se manejaban antes de que este virus lo absorbiese todo.

2022 se ha convertido en el año del final de la pandemia, pese a que todavía hubo un primer trimestre bastante condicionado por la sexta ola, la de la variante Ómicron y las 45.000 infecciones que acumuló en Valladolid solo en enero. Pero los datos de actividad de la atención primaria hablan claramente de una vuelta a la normalidad en la que se dejaron atrás las gruesas cifras de consultas, que superaron el medio millón en 2020, para bajar a las más de 382.000 de 2021 y situarse en el recién acabado 2020 en 362.880.

Los pacientes que acuden a su médico de familia, en cambio, no sufrieron una variación tan grande y se han ido moviendo estos tres años entre los 201.000 de 2021, a los 203.000 de 2022, hasta los más de 206.000 de 2020 en el que, pese a la percepción de la población, la realidad de los datos muestra que nueve de cada diez consultas fueron presenciales, mientras que en los dos últimos años se han dividido prácticamente al cincuenta por ciento, aunque con predominio de las telemáticas después de que se mantuviera la consulta telefónica tras la pandemia.

Lo que sí ha ido variando es el número de veces que acuden esos pacientes a su médico de familia, proporción que ha ido bajando desde aquellas (casi) tres consultas que, de media, se dieron en 2020, hasta las menos de dos del pasado 2022.

El 'hiperfrecuentador'

Pero el gran cambio que deja el final de la pandemia es el relativo  a un tipo de paciente muy concreto y que se le conoce en el ámbito sanitario como el 'hiperfrecuentador'. Es aquel que acude «diez o más veces durante un año al centro de salud», calificación sanitaria de la que se excluye al paciente crónico, «ese que sí tiene que ir con una cierta frecuencia, pero porque así se le ha pautado por un profesional», tal como explica el presidente del Colegio de Médicos de Valladolid, José Luis Almudí.

Por tanto, los crónicos no están dentro de ese perfil de paciente que suele agrupar, fundamentalmente, a «hipocondríacos» y «oportunistas». Almudí detalla que «hay personas con una cierta hipocondría que acuden a las consultas de un modo recurrente por patologías banales y que buscan que un médico les diga que no es un problema serio». «Son pacientes con una tendencia a la somatización, que suelen referir dolores abdominales y cefaleas por problemas que, en la mayor parte de los casos, son de origen psicológico», apostilla.

Almudí: «Hay personas con una cierta hipocondría que acuden a las consultas de modo recurrente por patologías banales y que buscan que un médico les diga que no es un problema serio»

Este médico de familia señala otro perfil de 'hiperfrecuentador' que es «ese paciente oportunista, que se salta las barreras de la cita previa», tanto en el ámbito de la atención primaria como en los PAC(puntos de atención continuada) como en los servicios de urgencias hospitalarias. «Son los tres grandes nichos del 'hiperfrecuentador': centros de salud, urgencias y los PAC. En los dos últimos casos es donde más aparece ese perfil del oportunista, que trata de saltarse la lista de espera para obtener una prueba diagnóstica o, incluso, que intentan provocar un ingreso para intentar agilizar una intervención quirúrgica a la que sí tienen que someterse pero que aún no tiene fecha», enumera el presidente del Colegio de Médicos, que añade un tercer perfil de 'hiperfrecuentador', algo más minoritario, que es el de «personas con problemas sociales que buscan refugio en el sistema sanitario, incluso simplemente, el estar en la sala de espera durante los día fríos».

Almudí reconoce el problema que supone el 'hiperfrecuentador' para el sistema sanitario, pero él tiene claro que no hay solución: «Si viene un paciente le tienes que atender y hacer una valoración, por mucho que exista el problema de consumo de recursos y por mucho que, en efecto, constituya un mal uso del sistema sanitario». En igual sentido, el médico reconoce que en  ocasiones el problema lo genera el propio atasco sanitario para ciertas pruebas que desemboca en ese tipo de 'hiperfrecuentador' calificado de oportunista porque «a veces, el sistema no da una respuesta a tiempo».

Mujer de 49 años

Sacyl no cuenta con un registro exclusivo en el que contabilizar la actividad de esos 'hiperfrecuentadores', aunque sí aparecen en las estadísticas del portal de Datos Abiertos, si bien desde la Junta se recuerda que esa cifra «puede ser incompleta», ya que solo se suman las visitas a su centro, no las que pueda hacer a un PAC o a urgencias. De los datos que constan en el registro de actividad a nivel medicina de familia en 2022, se descubre que el perfil más habitual del 'hiperfrecuentador' es mujer, con una edad media de 49 años. Es más, los tres casos en que se acumularon más visitas en el último año fueron mujeres, dos de 59 y 43 años que fueron 17 veces al centro de salud de Parquesol y una de 71 que hizo lo propio en el de Huerta del Rey.

En términos absolutos, siempre según las cifras de Datos Abiertos, hubo 109 pacientes que acudieron diez o más veces, monopolizando hasta 1.231 consultas en 2022. En todo caso, son un tercio de los 307 pacientes 'hiperfrecuentadores' que, en 2021, acumularon 2.375 citas y está muy lejos de los 1.833 que hubo en 2020 y que acapararon 20.958 visitas, con el caso extremo de un joven 'hiperfrecuentadora' de 20 años que sumó 26 consultas.

En el lado opuesto, los 90.000 vallisoletanos que no fueron ni una sola vez al médico el año pasado y los 112.605 que acudieron una sola vez en todo 2022 (60%). A las 362.880 consultas del año pasado en atención primaria habría que sumar otras 350.254 de pediatría (con un 65% que fue solo una vez) y 305.369 de enfermería (68%).