María Sánchez

La voz del portavoz

María Sánchez

Portavoz de Valladolid Toma la Palabra


Más y mejor política

09/12/2022

Quiero aprovechar estas líneas para despedirme, pues El Día ha decidido prescindir de esta sección que, creo, algunos grupos echaremos más en falta que otros.
Para mí tenía un valor especial por permitirme explayarme en una reflexión que llegaba de forma directa, sin intermediarios, a la ciudadanía, con una extensión y un registro diferentes a los habituales. Porque, a día de hoy, la actividad política está muy condicionada por la forma en que se transmite, por cómo se comunica.
La cultura del click y el like, algunas malas praxis periodísticas y nuestras propias prisas hacen que muchas veces nos quedemos en el titular, la frase llamativa o el corte de audio o vídeo de unos pocos segundos. Y si alguien quiere trasladar su mensaje a la sociedad se las procura apañar para que quepa en cualquiera de esos formatos, prescindiendo de reflexiones más pausadas.
En el menos malo de los casos, eso provoca que se abuse de la política de gestos, de tweets polémicos o de mensajes concebidos para ganar 'viralidad', en los que a menudo pesa más la forma que el fondo. Pero, demasiado a menudo, se cruza la línea que lleva a la provocación, el insulto, la bronca, que también generan importantes réditos en medios de comunicación y redes sociales. Tenemos perfectamente frescos ejemplos muy recientes en el Congreso de los Diputados o en las Cortes de Castilla y León, pero se suceden en todas partes.
Pero es que, además, esta banalización del mensaje político lleva a que los bulos y campañas de intoxicación encuentren cada vez menos resistencia para expandirse. Acostumbrados a ese formato,  cuesta mucho más esfuerzo buscar el texto legal o las declaraciones completas que compartir por WhatsApp cualquier 'noticia' que encaje con nuestras ideas preconcebidas, por descabellada que sea. Así que rara vez contrastamos o intentamos entender el contexto, lo cual es terreno abonado para que cualquiera nos cuele lo que le plazca.
Y lo peor no es lo que nos cuelan, sino sobre todo lo que nos perdemos. Por ejemplo, de todos los debates parlamentarios, apenas nos enteramos de los que han sido polémicos, y de ellos, nos quedamos con el momento de bronca y gritos. Y se acaba sacando como conclusión que eso es lo único a lo que se dedican sus señorías. Pero hay un montón de trabajo que apenas trasciende y que tiene una enorme importancia.
La debida y necesaria crítica al trabajo de los representantes políticos no está reñida con la valoración de la relevancia que ese trabajo tiene para nuestras vidas. El discurso de la antipolítica solo sirve a quienes pretenden aprovecharse de una ciudadanía que no se inmiscuya en los asuntos públicos para poder hacer y deshacer a su antojo.
Es nuestro deber ciudadano exigir más y mejor política. Y creo sinceramente que este tipo de columnas siempre son útiles para un diálogo más sincero y reposado, para huir de la cultura de la inmediatez y de la política de trazo grueso. Echaré de menos este espacio para hablar con ustedes; intentaremos seguir aprovechando cualquier otro cauce a nuestro alcance para que sigamos hablando.