La economía de Castilla y León empieza a dar señales de alarma de forma más continuada. Si la semana arrancaba con el consejero de Economía y Hacienda, Carlos Fernández Carriedo, alentando el fantasma de la recesión y avisando de que la Comunidad se enfrenta a unos trimestres malos, ayer concluía con los datos del paro relativos al mes de noviembre, que vienen a constatar que el mercado laboral autonómico tiene un problema. Con noviembre ya son cuatro los meses consecutivos que Castilla y León arroja un incremento en el número de desempleados. En concreto, 1.554 personas más se apuntaron a las listas del paro, un 1,28 por ciento más, mientras que en España la tasa continúa bajando. Y es que, al mercado laboral regional se le está atragantando el final de este año, y, si analizamos los datos de desempleo de todas las comunidades desde el final del verano, Castilla y León es, junto a Asturias, la única que suma cuatro meses seguidos con el desempleo en número rojos; la segunda de España que más parados gana –con 5.500 más–, solo por detrás de Cataluña (+7.591); y la primera en este sentido si se tienen en cuenta cifras porcentuales y no totales, con un avance del desempleo del 4,61 por ciento.
En cualquier caso, la evolución del desempleo en Castilla y León sigue siendo positiva si se analiza todo el año 2022, con un descenso de 5.833 parados respecto al 1 de enero, lo que supone casi un cuatro por ciento menos. Unos datos que se soportan sobre un segundo trimestre histórico, donde casi 13.000 personas salieron de las listas del paro en la Comunidad. «Somos una región de servicios, y vemos que en este sector no se está creando empleabilidad y no se están reponiendo los despidos», reconoce a este periódico el presidente del Colegio de Economistas de Valladolid, Palencia y Zamora (Ecova), Juan Carlos de Margarida, que apunta a la «dependencia» de Castilla y León al sector servicios como culpable de la situación que vive la Comunidad desde el final del verano.
«Los servicios dependen de la riqueza que se crea alrededor, pero la riqueza la crea la industria, y ahora mismo está como está, y si esta se para la riqueza se para, los servicios migran y no hay empleo», resume De Margarida. Y es que el sector servicios acapara la práctica totalidad de nuevos parados de Castilla y León en el último cuatrimestre, hasta los cerca de 90.000 actuales. Otro grupo que también anota un crecimiento notable es el de aquellos que no tienen un empleo previo, es decir, que se incorporan al mercado laboral, con casi 12.000 al cierre de noviembre. «Las evolución actual del desempleo está muy ligada al parón dentro del sector industrial, que se traslada a los servicios. Es un tema momentáneo y coyuntural», insiste el presidente del Colegio de Economistas de Valladolid, Palencia y Zamora (Ecova).
Tampoco anota buenas cifras la contratación, y el mes de noviembre terminó en Castilla y León con la firma de 54.608 contratos , un 18,39 por ciento menos que en el mes anterior –unos 12.300 menos–. Al igual que ocurre en el caso del paro, aquí la Comunidad también presenta peores cifras que la media nacional, donde la caída fue tres veces menor, del 6,55 por ciento, al suscribirse 99.856 contratos menos y alcanzar una cifra total de 1,42 millones.
Cautela y críticas
Unos datos que, tras conocerse ayer, el secretario general de la Consejería de Industria, Alberto Díez, apeló a la «cautela» a la hora de interpretarlos, y aludió a la «difícil coyuntura» que atraviesa el mercado laboral y, especialmente, a «la gran incertidumbre generada por la inflación». «En noviembre finalizan muchas de las actividades estacionales, la mayor parte de ellas relacionadas con el sector terciario, y muchos contratos de sustitución terminan», resume. Una explicación que no compran patronal, sindicatos y oposición, que apuntan directamente a la gestión de la Consejería como causante de estas cifras. Tanto CCOO como UGT atribuyeron la subida del paro a la «nula política de empleo» de Vox; mientras la patronal urge un plan empresarial para reactivar la economía.