La incertidumbre retrasa las compras de las comidas de Navidad

Óscar Fraile
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La subida generalizada de precios respecto al año pasado es más acentuada en el pescado que en la carne, aunque esto no hace que los clientes renuncien a los productos clásicos

Compras navideñas en el mercado El Campillo. - Foto: J. C. Castillo

Hace poco más de un año los titulares de los periódicos informaban de que las compras de cara a las comidas y cenas de la época navideña se estaban adelantando por el miedo que tenía la población a un posible desabastecimiento que nunca llegó. Este año el escenario ha cambiado por completo. La crisis inflacionista y el miedo generado por la guerra de Ucrania han generado justo el efecto contrario al de 2021. Es decir, este año las compras se están retrasando, ya sea por la precariedad de las familias o por la esperanza de que bajen unos precios que, por lo general, están más altos que el año pasado.

La diferencia entre estos dos años demuestra lo sensible que es la población al contexto general a la hora de planificar unas fechas tan especiales. «La gente está retrasando las compras por las comunicaciones que reciben de que está todo muy caro», señala Luis Galindo, de la pescadería Galindo Market del mercado de El Campillo. Según él, los precios son muy similares a los del año pasado, incluso «hay productos más baratos, como el gambón», aunque recuerda que estas cifras suelen fluctuar mucho. También reconoce que hay otros que van a subir «independientemente de lo que pase en el planeta», porque la demanda se dispara. Es el caso de la almeja. Galindo culpa a los medios de comunicación de propagar el «pánico» entre la población y de generar la sensación de que todo está muy caro. «Por ejemplo, el otro día, nada más abrir el puesto por la mañana, se acercó una señora y exclamó 'qué caro está todo'... y todavía no había puesto ni los precios», señala. Según él, «la gente sale de casa con ese chip».

En el puesto de enfrente, Carlos Dueñas confirma que este año se está vendiendo «una cuarta parte» que otras navidades, porque «la gente no tiene un duro» y «los precios han subido un poco». Lo más habitual en pescado para estas fechas es merluza, rape, mero, lubinas salvajes, etcétera. Y pese al encarecimiento, los que pueden se aferran a la tradición y no buscan alternativas que sean más económicas. En determinados productos es habitual anticipar las compras, porque todos los años se ponen por las nubes en los días previos a la Navidad. El mejor ejemplo es la almeja. «De estar a 20 euros pasa a treinta y muchos», explica Dueñas, quien asevera que la gente lo compra antes y lo congela, pero este año, en menor medida. Como su compañero de enfrente, este pescadero se queja de que la gente tiene interiorizado que todo ha subido muchísimo. «Y no lo ha hecho tanto, pero la gente ya está mentalizada», sostiene.

Varios clientes esperan su turno en un puesto de pescado del mercado de El Campillo. Varios clientes esperan su turno en un puesto de pescado del mercado de El Campillo. - Foto: J. C. CastilloDurante estas fechas el Ayuntamiento de Valladolid recoge cada semana los precios medios de los productos en El Campillo. Y al compararlos con los del año pasado se puede observar que hay una subida generalizada que es mucho más pronunciada en el pescado que en la carne. Aunque hay casos para todos los gustos. Por ejemplo, el kilo de langostino congelado grande se pagaba a principios de este mes a 17,35 euros, más del doble que el año pasado (8,80), aunque esa subida es mucho más moderada en el langostino cocido: de 12,19 a 16,77. La almeja babosa grande ha pasado de 25,92 a 33,47; la mediana, de 25,56 a 28,04, mientras que la de cultivo se mantiene en 16,80. Otros pescados típicos de esta época que han subido son la merluza de pincho (de 14,35 a 17,57), la de arrastre (de 7,53 a 9,40), el rape (de 29,86 a 32,22), el rodaballo (de 18,86 a 19,66) y el salmón (de 14,04 a 16,86). La subida más espectacular es la del besugo, que ha pasado de 21,90 a 59 euros.

«Hay alguna cosita que sí que está más alta, pero no tanto», opina Félix Galindo, un pescadero que asegura que, de momento, lo que más está vendiendo es merluza. Bien es cierto que hay algunos puestos que se convierten en la excepción. Miguel Alegre, de Pescados La Costa asegura que este año se está vendiendo anticipadamente «muchísimo más», sobre todo merluza, lubina, dorada, rodaballo y salmón.

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Una clienta observa los precios de una carnicería.
Una clienta observa los precios de una carnicería. - Foto: J. C. Castillo
El langostino es uno de los productos más habituales en la mesa en las celebraciones de Navidad.
El langostino es uno de los productos más habituales en la mesa en las celebraciones de Navidad. - Foto: J. C. Castillo

Los precios facilitados por el Ayuntamiento también demuestran que la carne ha subido de forma mucho más moderada que el pescado. El lechazo ha pasado de 15,92 a 16,21; el tostón, de 14,50 a 14,88; y el cordero, de 10,70 a 11,95. La excepción es el solomillo de ternera, que se ha disparado de 28,41 a 39,81. El carnicero Nikolai Petrov reconoce que no se está vendiendo «ni parecido» a otros años. «Creo que la gente está retrasando las compras porque los precios han subido, aunque nadie se va a quedar sin cenar», finaliza.