«El problema puede llegar si se colapsa la sanidad»

Alfonso G. Mozo
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Entrevista con el jefe de la Unidad de Microbiología del Hospital Clínico, servicio encargado de analizar los casos de coronavirus de Valladolid

Antonio Orduña, jefe de la Unidad de Microbiología del Hospital Clínico de Valladolid. - Foto: Jonathan Tajes

Catedrático y profesor de la UVa, el doctor Antonio Orduña es el jefe de la Unidad de Microbiología del Clínico, un hospital en el que entró el 1 de diciembre de 1977 y del que presume de ser uno de los más veteranos. Es el responsable del laboratorio que analiza esas cepas de coronavirus que están poniendo en jaque a la sociedad, en medio de una alerta sanitaria que él insiste en tratar de no confundir con «entrar en pánico». Su veteranía y experiencia le permite afrontar esta crisis con perspectiva y recordar que «ya hubo una situación de alarma parecida en la época de las intoxicaciones del aceite de colza»: «Pasó algo similar. Venía tal cantidad de gente que los servicios sanitarios se centraban en ellos y se nos escapaban pacientes con tuberculosis». Ahora, pide «plena confianza en el sistema sanitario».

¿Qué es el coronavirus Covid-19?

Es un virus que es capaz de entrar dentro de una célula, multiplicarse y originar la muerte de esa célula. La mayor parte de los coronavirus infecta solo a los animales, porque es capaz de reconocer sus células, pero como ocurre con el de la gripe, es un virus RNA, y puede mutar. Al mutar cambia la estructura de la proteína externa y, entonces, como ha ocurrido, deja de reconocer las células animales y sí que empieza a reconocer las humanas. Y saltó del animal al hombre, igual que pasó hace años con la gripe aviar o con el coronavirus del SARS.

¿Cómo se comporta en el cuerpo humano?

Al producir la infección de células humanas, provoca su destrucción y una respuesta inmunitaria que a veces es excesiva, lo que produce inflamación y desencadena todo ese proceso pulmonar, que tiene un gran componente de la propia infección y el resto, de la respuesta exagerada del individuo.

¿Es más contagioso y letal que la gripe estacional?

En estos momentos, parece que es más contagioso y que tiene mayor letalidad. Pero hay que entender que nosotros llevamos viviendo con la gripe toda la vida y tenemos un cierto grado de inmunidad que, aunque no nos protege del todo, sí hace que podamos sufrir la gripe de un modo más leve. Sin embargo, con el coronavirus no hay ninguna experiencia previa y, por ello, este virus se desarrolla de forma mucho más fácil, porque el organismo no reconoce ninguna estructura de ese virus para combatirla.

El gran riesgo de la infección por coronavirus es para los grupos de riesgo, las personas enfermas, los mayores, los inmunodeprimidos, con problemas pulmonares o de corazón... ¿Esto influye a la hora de la facilidad para contagiarse?

No, el coronavirus no distingue eso. Todo el mundo se puede infectar por igual, porque nadie tiene ningún tipo de defensa especial. El problema está en la reacción posterior, porque es un virus que afecta fundamentalmente al aparato respiratorio, igual que la gripe, pues está claro que cualquier persona que tenga algún proceso de tipo respiratorio, como asma o una atelectasia, el problema será más grave para él. Como además tiene un proceso inflamatorio importante, hay otras muchas enfermedades, como las cardiopatías. Y también los inmunodeprimidos, todos los que tengan linfomas, leucemias, los trasplantados... todos ellos son personas de mucho más riesgo.

¿Se trasmite igual que la gripe?

En el caso del coronavirus, aparte de que se pueda trasmitir por vía respiratoria y las manos, como la gripe convencional, parece ser que también se puede eliminar por las heces, es algo que todavía se está estudiando.

¿Es cierto eso de que el Covid-19 podía sobrevivir media hora fuera del organismo?

Sí, es real, pero eso prácticamente todos los virus, igual que la gripe, por ejemplo. Pero eso no es que el coronavirus sea especial, aunque sí parece que es algo más resistente al medio ambiente porque hay algún estudio que dice que puede estar hasta nueve días en superficies como el acero.

¿Qué tratamiento requiere?

Un paciente normal, que tenga una sintomatología menor que va a ser similar a la del catarro, lo único que tiene que hacer es quedarse en casa y se acabó; sin tratamiento, porque lo va a pasar como un catarro. Esto sucederá en más del 90 ciento de las personas. Cuando afecta a una persona con alguna patología o mayor de 65 años, es decir, que ya no tiene el sistema inmunitario en perfectas condiciones, pues ya hay tratamientos. Por una parte, el tratamiento sintomático y por otro, el tratamiento antivírico. En esto se está probando de todo, desde los retrovirales usados para el sida o la hepatitis C, a la cloroquina, que se usa para el paludismo... Pero no hay nada claro de qué hace más efecto.

¿Ha llegado para quedarse, como un tipo de gripe más?

Yo creo que sí, pero no sé cuál va a ser su distribución. Tenemos ya la experiencia de dos coronavirus anteriores, como el SARS y el MERS, que se han quedado solo en Asia y Arabia, respectivamente, y que apenas dan casos. En éste el desarrollo ha sido mucho mayor, ha afectado a cientos de miles de personas en todo el mundo... ¿Qué es lo que va a pasar? No lo sé, pero yo pienso que sí ha venido para quedarse, aunque seguro que cada vez tiene menos importancia, ya que a medida que todos vayamos entrando en contacto con él, pues hay gente que solo se va a coger un catarro y no lo va a tener nunca más. Hasta que se llegue a un nivel de protección del 70 o el 80% de la población infectada y, entonces, el virus desaparecerá.

¿Cuándo habrá vacuna?

En el caso del coronavirus, tenemos la ventaja de conocer las otras dos cepas anteriores, el SARS y el MERS. Tener el sustrato de la vacuna es un aspecto relativamente fácil, pero para poderla aplicar hay que llevar a cabo una serie de estudios para, por ejemplo, demostrar que es una vacuna eficaz y que no provoca un problema al individuo. Tiene que haber ensayos y eso lleva tiempo. Puede ser entre seis meses y un año.

¿Es cierto que la llegada del buen tiempo minimizará los efectos del coronavirus, por aquello que se ha dicho de los 25 grados?

Eso es algo que siempre pasa con las infecciones respiratorias, ya que en invierno nos vamos al cine o a la discoteca y no salimos a la calle por el frío, por lo que el contacto es muy cercano. En cambio, con el buen tiempo, abrimos ventanas y vamos a la calle, mayor distancia entre las personas... Se seguirá trasmitiendo, pero no será tan fácil. Pero no por el hecho de la temperatura exterior, entre otras cosas, porque nosotros estamos a 37 grados y ahí vive.

¿El riesgo de esta pandemia es que pueda llegar a colapsar el sistema sanitario del país?

En efecto, este es el problema más grave. Un país como el nuestro tiene suficiente capacidad para poder contener la infección y responder a los pacientes que estén enfermos con cierta gravedad. El problema puede llegar si el número aumenta tanto que colapse la sanidad, por ello la gente debe ser consciente de que si tiene un proceso leve, menos de 65 años, sin factor de riesgo... no hace falta que vaya a Urgencias, basta con una llamada al teléfono de aviso y se manda un equipo a hacer la prueba. Porque si se nos colapsan Urgencias surge un doble problema: si hay alguno infectado, puede llegar a infectar a otros que no lo están y que están en Urgencias por otros problemas, pero es que, además, se desvía la atención. Si tienes un catarro y fiebre, llama a Epidemiología y ellos, si lo estiman, te enviarán a una dotación para hacerte el estudio.

Evitar la ya famosa ‘curva’ y que se disparen los casos en dos semanas...

En Epidemiología hay dos tipos de curvas. Una es la prosodémica, que es aquella que avanza casi de uno en uno, aumentando los casos poco a poco. Y otra es la holomiántica, que es aquella en la que se infecta a muchísima gente en un momento determinado y que crece de forma exponencial. Esto es lo realmente peligroso y lo que nos bloquearía.

¿El ejemplo italiano sirve más de ayuda que el chino, por todas las similitudes entre España e Italia? ¿O aquí se podría llegar a levantar un hospital en diez días?

Técnicamente, seguro que España lo podría hacer, pero la pregunta es para qué querríamos otro hospital si no tenemos profesionales con los que atenderlos. Y es que es uno de los problemas más serios al que nos podemos enfrentar, el de la falta de personal existente y futura. De los seis primeros casos registrados en Valladolid [la entrevista se realizó el jueves por la mañana], uno era el iraní, otra era una estudiante de Enfermería que estaba haciendo las prácticas en el Río Hortega y que se infectó en una visita a una amiga de Vitoria, y una médica que trabaja en Madrid y que presentó síntomas al volver a Valladolid. Y de los últimos hay más casos médicos y ese es el problema importante, porque en Atención Primaria están directamente con el paciente.

¿Qué papel juegan los niños?

El portador más peligroso desde un punto de vista epidemiológico es aquel que no muestra ninguna sintomatología. Los niños sufren de un modo muy leve esta enfermedad o, incluso, sin ningún síntoma, pero embargo están infectados y lo están diseminando. Pero el problema ya no son los niños en sí, sino cualquier persona sin síntomas.

¿Qué importancia tiene la medida de cerrar colegios para contener la pandemia?

Los niños se pueden infectar y los colegios no dejan de ser focos de aglomeraciones y, claro, si entra un niño infectado puede infectar a muchos más y eso también puede infectar a las familias; y como en muchos casos no hay síntomas... Porque desde que uno se infecta hasta que empieza a tener clínica, puede variar entre cinco y catorce días. En ese periodo de tiempo sin sintomatología, sí esta eliminando el virus y lo puede contagiar, pese a que el proceso tarde en aparecer.

¿El cierre de colegios es entonces una medida prudente?

Sí, por supuesto. Los niños pueden infectarse y luego van a sus casas, con sus familias, infectan allí, y eso es una cadena imparable.

Y eso a pesar de que usted cree que el pánico está injustificado...

Yo lo entendería en determinados grupos de población y tampoco el pánico, porque la letalidad en este momento está en la franja del 2-3% y en esos grupos de riesgo, sobre todo. Y hay que tener en cuenta que ese porcentaje es sobre los casos clínicos, que son los que conocen. Está claro que si estás dentro de los grupos de riesgo, hay que tomar una serie de medidas como evitar aglomeraciones o lavarse las manos con frecuencia.