Se veía venir cuando saltó la noticia el pasado 10 de febrero: James Harden, una de las estrellas de los Brooklyn Nets, hacía las maletas rumbo a los Philadelphia 76ers. Las 'quinielas' dieron automáticamente a este equipo como uno de los favoritos al título. Y ayer se vio que es muy posible.   El jugador, que puede desenvolverse como base o escolta, debutó a lo grande, con una espléndida actuación y formó una gran pareja con Joel Embiid para destrozar a domicilio a los Minnesota Timberwolves (102-133).

Tras su muy comentado traspaso en el último día del mercado de fichajes de la NBA, Harden se estrenó por fin con su nuevo equipo y logró 27 puntos (7 de 12 en tiros), ocho rebotes y 12 asistencias.

El californiano, que salió de titular y cuya primera canasta con su nuevo conjunto fue un dos más uno, hizo un dúo temible junto al camerunés, que tras el All Star sigue a un nivel excepcional (suena como MVP este año) y que consiguió 34 puntos (10 de 18 en tiros), 10 rebotes y tres asistencias.

Por si fuera poco, los Sixers contaron también con un Tyrese Maxey excelente en la puntería (28 puntos con 12 de 16 en tiros).

De esta forma, Harden se anotó su primer triunfo con los Sixers en un partido que dominaron de principio a fin ante los Wolves.

La clave del encuentro estuvo en el acierto desde el perímetro, ya que los Sixers lograron un fantástico 48,7 por ciento en triples (19 de 39) mientras que los Wolves se derrumbaron con un pobre 23,1 (9 de 39). Karl-Anthony Towns fue el mejor de los locales con 25 puntos.