Valladolid pierde 1.307 comercios en once años

Óscar Fraile
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El cambio de modelo de negocio y las continuas crisis han hecho que los 6.910 pequeños negocios que había en 2010 se hayan quedado en 5.603

Local vacío en la calle López Gómez. - Foto: Jonathan Tajes

El comercio es uno de esos sectores que se ha tenido que enfrentar en los últimos años a varias crisis simultáneas. Las generales, como la financiera iniciada en 2007, la de la covid-19 y la de la guerra de Ucrania, y las particulares, encabezadas por un cambio de modelo de negocio en el que las ventas telemáticas no dejan de ganar terreno a las tiendas presenciales.

Una tormenta perfecta que ha provocado que el tejido comercial de Valladolid no haya dejado de perder tamaño en la última década, ni siquiera en los años de bonanza que se iniciaron en 2014, tras el fin de la crisis financiera iniciada en 2007.

Según los datos del Directorio Central de Empresas (Dirce) del Instituto Nacional de Estadística (INE), en 2010 había 6.910 pequeños comercios en la provincia, frente a los 5.603 a fecha 1 de enero de 2021, últimos datos disponibles. Es un 19 por ciento menos. Es decir, en este periodo ha desaparecido uno de cada cinco, con un goteo constante que no ha cambiado de tendencia ningún año. Una situación que ha sido generalizada en toda la Comunidad, tal y como se refleja en un reciente estudio de la Facultad de Comercio de la Universidad de Valladolid (UVa) y CEOE Castilla y León, donde se apunta que en el periodo de crisis 2008-2013 «la disminución fue generalizada y especialmente importante en las empresas más grandes». El informe añade que durante el periodo de recuperación 2014-2018 «siguió habiendo mermas de menor calado en el número de empresas activas» y, en los últimos años, «se resiente nuevamente el tejido empresarial, especialmente en las empresas de mayor tamaño y en las empresas sin asalariados». 

Tienda de hogar y decoración cerrada.Tienda de hogar y decoración cerrada. - Foto: Jonathan TajesLo que dicen las estadísticas se puede comprobar con un paseo por determinadas calles del centro donde proliferan los locales vacíos, muchos de ellos sin actividad desde hace años. Un ejemplo es López Gómez, donde languidecen antiguas ópticas, salones de belleza, tiendas de hogar y decoración y pastelerías que en otro tiempo dieron más lustre a esta calle. Allí hay más de diez locales disponibles, empapelados con carteles de 'Se vende' o 'Se alquila'.

A este funeral de  negocios hay que añadir otros locales que se quedaron sin actividad por los procesos de fusión de las entidades financieras y por la consiguiente reestructuración de sus activos inmobiliarios. Uno de los más visibles es el gran local que Bankia (ahora CaixaBank) dejó en el número 12 de Teresa Gil y que sigue cerrado.

Bien es cierto que hay otras calles que se han recuperado en los últimos años. Desde Avadeco señalan Platerías y Regalado como los mejores ejemplos. En esta última solo hay dos locales disponibles, uno de ellos ubicado en el antiguo edificio de Fórum Filatélico. Y precisamente en esa calle está ubicada desde hace siete meses una oficina de la inmobiliaria Pisolid, que tiene una amplia experiencia en la comercialización de locales. El director, Antonio Rodríguez, confirma que actualmente hay «mucha más oferta que demanda» de locales en las zonas semicéntricas, lo que ha hecho que los precios bajen «entre un 20 y un 25 por ciento» en esa zona. En el centro, toda vez que la demanda es más alta, la bajada de precio ha sido más moderada.

Local cerrado en la calle Cánovas del Castillo.Local cerrado en la calle Cánovas del Castillo. - Foto: Jonathan TajesEs un diagnóstico que coincide con el de la Agrupación Vallisoletana del Comercio (Avadeco). Su presidente, Alejandro García, sostiene que el número de locales vacíos se ha mantenido más o menos estable en los últimos años. Eso sí, los cierres de comercios tradicionales se sustituyen por «actividades de otros sectores», lo que, a juicio de Avadeco, «está haciendo que las calles comerciales vayan perdiendo atractivo para el consumidor al verse reducida la oferta». Esta «reconversión» se inició en el año 2008. «Desde entonces el comercio de proximidad ha ido perdiendo rentabilidad año a año, sobre todo en determinados subsectores, como el textil, donde la situación es muy preocupante», añade el presidente de Avadeco.

No existe un censo actualizado de locales cerrados. La Federación de Comercio y Servicios de Valladolid y Provincia (Fecosva) estima que «ha habido un ligero aumento durante la pandemia» provocado por aspectos como la falta de relevo generacional y los cierres bancarios.

Aunque hay empresarios que dan otros motivos. Por ejemplo, el abogado Francisco Suárez, gerente de Stark Comics, recientemente abierta en Teresa Gil, y de otros pequeños negocios en la ciudad. Él conoce a fondo el mercado de locales de la ciudad y opina que Valladolid se caracteriza por tener una «propiedad inmovilista», con familias propietarias de muchos locales a las que «no le importa» tenerlos alquilados o no, porque no tienen cargas financieras sobre ello. Y eso hace que sean mucha más reacias a bajar el precio, aunque el mercado lo pida.

Avadeco también incide en la falta de relevo generacional. Los hijos de los comerciantes ya no quieren ponerse delante del mostrador y prefieren buscar otras salidas profesionales. «Hay tiendas que se cierran por jubilación que, aun siendo viables, no encuentran relevo, se trata de un grave problema a medio plazo», finaliza García.