Una campaña sin el tirón de lo local y en clave estatal

R.G.R / M.R.I.
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Los comicios del 13-F centran por primera vez el foco en el Gobierno regional, sin entrar en juego los ayuntamientos, con la incertidumbre de la posible desmovilización de una parte del electorado y el papel protagonista de nuevas formaciones

Las urnas volverán a las calles el 13-F.

Valladolid vive una campaña electoral inédita de cara a las elecciones autonómicas del 13-F. Por primera vez, Castilla y Léon y los problemas concretos de la región se sitúan en el epicentro político nacional, donde las grandes formaciones y los partidos minoritarios se esfuerzan en movilizar al electorado para paliar el posible efecto abstencionista que puede registrar el no coincidir con las municipales. 

En la provincia se presentan 13 candidaturas, dos menos que en los comicios de 2019, que se repartirán quince de los 81 procuradores que componen hemiciclo de las Cortes regionales. Aunque casi todas las encuestas presagian que quizás solo sean cinco las formaciones que pueden contar con representación. Además, aquí se da la particularidad de que varios de los cabezas de lista aspiran a la Presidencia de la Junta de Castilla y León. Parece que la capitalidad oficiosa ha motivado que algunos hayan elegido esta circunscripción frente a la suya originaria para tener más protagonismo. Este es el caso de los canditados de Vox y Podemos, Juan García-Gallardo, residente en Burgos, y Pablo Fernández, que hasta ahora era procurador por León, una circunstancia que también se produce en formaciones más pequeñas como la coalición Partido Castellano-Tierra Comunera- Recortes Cero (PCAS-TC-RC), Domingo Hernández Araico.

Por su parte, PSOE y PP apuestan por políticos locales. Los socialistas repiten la lista que les llevó a ganar las pasadas elecciones, encabezada por la viceportavoz del grupo parlamentario, Patricia Gómez Urban. La procuradora, que se estrenó hace dos años, ha sido una de las voces más beligerantes de la bancada socialista frente a las políticas del Gobierno de coalición PP-Ciudadanos. En este equipo ha estado el cabeza de lista del Partido Popular, Jesús Julio Carnero. El consejero de Agricultura, que en los pasados comicios optaba a la Presidencia de la Diputación, tiene ahora como objetivo conseguir que su formación recupere el terreno perdido en 2019 y sume, al menos, dos procuradores más.

El tercero en discordia, entre los grupos con representación, es Francisco Igea, cabeza de lista de Ciudadanos y exvicepresidente de la Junta de Castilla y León. Igea ya ocupaba un escaño por Valladolid y el reto que asume en estas elecciones es el de que el partido naranja no se quede sin procuradores después de haber sido llave de gobierno para el Partido Popular en 2019. Una tarea nada fácil teniendo en cuenta los estudios demoscópicos. La formación naraja se juega gran parte de sus bazas en estas elecciones. 

las claves.Varias serán las claves que puedan decantar la balanza hacía la mayoría absoluta a la que aspira el PP o para que el PSOE pueda reeditar la victoria agridulce de hace dos años, aunque no llegó a gobernar. La batalla electoral está en evitar la abstención y subir la participación, algo que parece primordial en base a los intereses de PP y PSOE. Parece claro que los dos grandes partidos quieren que se supere una participación del 64% para diluir el efecto que puedan jugar los partidos minoritarios, a la que luchan por la dispersión del voto en sus respectivos espectros. Un porcentaje que supondría que formaciones como Por Ávila,  Partido Castellano Tierra Comunera, Ciudadanos, Podemos e incluso VOX tengan complicado tener representación o sumar el segundo procurador. Incluso la 'España Vaciada' tendría más difícil contar con un procurador, ya que con una elevada participación, estas formaciones deberían tener un mayor número de votos para llegar al cinco por ciento necesario para contar con un representante en las Cortes regionales.

Los dos partidos mayoritarios saldrían favorecidos si se alcanza o supera este porcentaje que, a su vez, dependerá de otros factores. Uno será un buen clima. Aunque puede parecer un detalle menor, el tiempo que traiga el 13 de febrero puede resultar muy importante para animar al electorado, especialmente el de mayor edad, a salir a la calle para acudir a los colegios electorales. Y otro se basa en el, el voto por correo. Hasta el próximo miércoles, 3 de febrero, se puede efectuar el sufragio a distancia, algo que marcará el grado de participación.

El papel que jugará VOX en la campaña será también una nota fundamental en estos comicios. La formación que dirige Santiago Abascal es el partido de moda y las encuestas le dan representación en todas las provincias, incluso en alguna podría obtener el segundo procurador, como en Valladolid. Ya han anunciado su intención de entrar en el Gobierno en el caso de sumar mayoría en el hemiciclo. Ahí puede estar una de las claves. En el caso de que el Partido Popular sume más que el resto de fuerzas del bloque de izquierdas, los de Juan García-Gallardo podrían verse en la tesitura de tener que votar en contra de la investidura de Alfonso Fernández Mañueco para un gobierno en solitario, algo que se antoja posible según los sondeos publicados en los últimos días.

En Podemos mantienen la expectativa de un segundo procurador. El hecho de que Podemos e Izquierda Unida vayan juntos con una lista única (a diferencia de lo que ocurrió en 2019) da alas a la formación morada. Con los casi 27.000 votos que obtuvieron en los pasados comicios ambas formaciones estarían cerca de esos dos procuradores. 

ebullición. Los electores vallisoletanos tienen en estos comicios menos opciones para marcar en su papeleta electoral que en los de 2019. De las 13 formaciones, dos menos que en las anteriores elecciones, siete son partidos políticos que presentan candidaturas en todas las provincias de Castilla y León. Entre los seis restantes hay novedades porque el mapa de las formaciones políticas está en ebullición y la provincia no es una excepción.  El debate sobre la despoblación será una de las grandes discusiones de esta campaña, marcada también por concurrencia de candidaturas de la 'España Vaciada' y la provincia es una de las cinco donde la Coordinadora de la 'España Vaciada' ha presentado finalmente candidatura.

Su cabeza de lista no es novel en este proceso. Cristina Blanco es exconcejala de Ciudadanos en Medina del Campo, donde mantiene su acta en el grupo de no adscritos. La candidata abandonó Ciudadanos por discrepancias con la responsable provincial y ya ha empezado a hacer campaña por la provincia con el lema 'Es el momento, Valladolid cuenta'.

Hugo García es el coordinador de Pacma en Valladolid y encabezará la lista del partido animalista por la provincia. El resto de formación ni siquiera llegaron a los mil votos. 

 

Patricia Gómez Urbán

PSOE

El reto es importante para la procuradora vallisoletana, que repite como cabeza de lista y con el objetivo de revalidar Valladolid como uno de los bastiones socialistas. Un empeño en el que el PSOE pondrá en juego a todos los pesos pesados. Está previsto que un buen número de ministros y del propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, arrope a Gómez Urban. Pero tal vez, el mayor esfuerzo, venga de la mano del nuevo secretario provincial y alcalde de Valladolid, Óscar Puente, que afronta la primera revalida de gestión orgánica. Desde que abandonara la Alcaldía de Esguevillas en 2019, Gómez se ha ganado la confianza tanto de Luis Tudanca como de Puente, y ahora pretende lanzar el partido, junto con todos los excompañeros socialistas en los ayuntamientos, para volver a conseguir la victoria.    

 

Jesús Julio Carnero

PP

Jesús Julio Carnero lleva tres años al frente de la Consejería de Agricultura después de su 'pelea' con la dirección nacional del partido, que le hizo salir de forma abrupta de la Diputación. Desde entonces, las aguas parecen haberse calmado con los dirigentes 'populares' y encabezará la lista por Valladolid. Las encuestas le son favorables, aunque la horquilla que maneja el partido oscila entre los cinco y los siete procuradores. La apuesta de Alfonso Fernández Mañueco y Conrado Íscar por Carnero viene motivada de forma fundamental por el tirón que tiene en el medio rural vallisoletano. Ya ha aprovechado la polémica con el ministro Garzón por la carne española. 

Habrá que esperar para ver si finalmente repite en el cargo en la cartera de Agricultura si el PP gana las elecciones.

 

Juan García-Gallardo

VOX

La candidatura de este burgalés ha sido una de las sorpresas de esta campaña electoral, donde las encuestas pronostican que Vox puede tener la llave del futuro Gobierno regional. De hecho, el partido recalca que este joven abogado «decidió quedarse en Burgos para construir su futuro» y que «ahora hace el esfuerzo de aparcar su proyecto profesional para defender su tierra y España».

Juan García-Gallardo Frings es novel en política, pero tiene claro el argumentario para sumar procuradores. El cabeza de lista asegura que la formación se presenta «con paso corto y mirada larga, aunque con ambición, para ofrecer un futuro, combatir la despoblación, fomentar la natalidad e impulsar la vuelta de los jóvenes». Además, ha reiterado en todos sus mítines que no va a permitir que se discrimine a esta región.

 

Pablo Fernández

Unidas Podemos

Pablo Fernández se presentará a las elecciones del 13-F por la provincia a pesar de ser natural de León, por donde optó a un escaño en las elecciones de 2019. Entonces, tuvo problemas para conseguir sentarse en el hemiciclo de las Cortes regionales y, en esta ocasión, ha decidido hacer por Valladolid, donde parece más probable que obtenga su puesto.  ?

La concejal de Toma la Palabra, María Sánchez, será un certero apoyo en la ciudad después de su labor en el Ayuntamiento. Hay que tener en cuenta que Podemos e Izquierda Unida se representan unidos al contrario de lo que sucedió en 2019. La unión de ambas formaciones parece asegurar al representación tras el 13-F, lo que puede haber motivado a Fernández a dar el 'salto' a Valladolid. 

 

Francisco Igea

Ciudadanos

Francisco Igea es el único de los tres candidatos a la Presidencia de la Junta que se presentan por Valladolid que es natural de la provincia. Esta será, sin duda, su campaña más difícil, porque el exvicepresidente lucha para evitar la desaparición de su partido que pronostican todas las encuestas, después de que en los anteriores comicios fueran la formación revelación y decisoria en la formación de gobierno.

Igea ha conseguido de cara a estas elecciones unir a su formación en torno a su figura a sabiendas de que resultará muy complicado obtener representación más allá de Valladolid. La campaña será complicada para el médico vallisoltano, ya que tendrá que defender sus políticas en el Ejecutivo regional durante los últimos años desvinculándose de Alfonso Fernández Mañueco, al que ya ha criticado en varias ocasiones.