Arroces, guisos y bacalaos en Covaresa

M.B
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Alberto García nos descubre los secretos de El Aderezo, un restaurante de cocina tradicional con «un toque moderno»

Alberto García, en la cocina de El Aderezo. - Foto: Jonathan Tajes

El Aderezo abrió sus puertas en 2009 en un barrio en el que, por entonces e incluso ahora, no había mucha oferta de restaurantes, Covaresa. Había locales de restauración, pero no de mesa y mantel, de primero y segundo, y de sobremesa. Así que Alberto García no se lo pensó cuando le ofrecieron la oportunidad de hacerse con el establecimiento en el que había estado El Otro Pinchín (continuación de El Pinchín de Parquesol). «Teníamos un restaurante en el centro, nos llegó esta oportunidad y como conocía la zona porque mi madre vive cerca, me lancé», añade Alberto.

De aquello han pasado 13 años y El Aderezo, en la calle Ortega y Gasset, 10, ya está plenamente asentado en el barrio y en la ciudad. Gracias a sus arroces, a sus guisos, a sus bacalaos y a la cocina tradicional con «un toque moderno».

Alberto García es hijo de Alfonso, restaurador de toda la vida en Medina de Rioseco, donde llegó a tener tres locales, y conocido por dirigir el restaurante Ágora, en la calle Pedro Niño de Valladolid capital durante casi dos décadas. «Desde pequeño siempre he estado vinculado a la hostelería», reconoce, aprendiendo en el propio Ágora el oficio y la parte de la cocina, que ahora lleva en El Aderezo, con la ayuda de Verónica en los fogones. Estudió un par de años en San Sebastián, con prácticas en restaurantes, y en Valladolid, rematando con cursos de cocina renacentista, pescados, ensaladas, postres... y ese día a día en el Ágora junto a su padre.

Eso le permitió, tras una reforma del local, abrir en 2009 con un amplio bagaje. Quería un nombre corto y que la gente recordase con facilidad, y eligió uno sencillo y relacionado con la gastronomía. Y desde el primer momento apostó por la misma línea, ofertar lo que no había en ese momento en el barrio: «Picoteo, que era lo que más existía, y sentarse a comer, que había poco».

Cuenta con un menú del día, de lunes a viernes, por 12 euros, en el que oferta, a elegir, seis primeros, seis segundos, bebida, postre y pan. Y, a veces, tiene menú de fin de semana, aunque lo normal es que trabaje con carta sábados y domingos. Abre de martes a domingos (en verano cerrando domingo tarde y lunes); mientras que en invierno abre todos los días, pero para cenar solo viernes y sábados. Aunque muchos de sus clientes son de la zona, a ElAderezo acuden de todos los barrios de Valladolid, por su ubicación, en una calle peatonal: «es de las mejores de Valladolid», que en verano siempre tiene cierta brisa... y por sus viandas.

Entre ellas destacan los arroces –«de todo tipo»–, aunque resaltan por el de bogavante: «Hasta hace poco teníamos de carabineros, pero los precios han hecho que de momento no lo ofertemos»; por sus guisos: pollo de corral, carrillera ibérica y rabo de buey estofado; y su bacalao: con salsa de morcilla, con salsa de queso Idiazábal o con salsa de boletus, además de a la vizcaína. «Vamos cambiando la carta en función de los platos, manteniendo los que más demanda tienen. Y luego trabajamos con recomendaciones, con fueras de carta», apunta Alberto.Su ubicación le permite trabajar mejor en verano por las noches y en invierno al mediodía.

Trabaja también con encargos, con comida para llevar y con mucho éxito en los arroces. «A mí me gusta que quede meloso, que se pueda comer con el tenedor pero esté suelto desde el principio hasta el final. Ni caldoso ni seco, al punto», responde Alberto cuando se pregunta por ese éxito. Como dice, «cocina creativa y tradicional con la máxima calidad y al mejor precio».