La oda a la imperfección de Clara Prados

Óscar Fraile
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La cantante vallisoletana estrenó en diciembre 'Tregua', su primer EP, que contiene cuatro temas que abordan aspectos como la soledad, la autoexigencia y la obsesión

Clara Prados posa en un piano, instrumento que empezó a estudiar a los siete años. - Foto: Jonathan Tajes

Mucho se hubiera tenido que torcer el destino para que Clara Prados no viviera entregada en cuerpo y alma a la música. Esta vallisoletana de 25 años vino al mundo con una semicorchea bajo el brazo, que es lo mismo que decir que es la pequeña de una familia formada por dos padres que fueron cantantes en su juventud, el dúo Hilario y Marián, y otros tres hermanos músicos.

En su casa siempre había un piano y parte de su tiempo de ocio familiar estaba reservado para ir a los karaokes a cantar. Por eso no es de extrañar que a los siete años entrara en el Conservatorio para estudiar piano, una formación que completó después con el grado de Musicología. También se maneja bien con la guitarra, aunque su principal instrumento es la voz. No es vano, Prados es profesora de Canto en la Escuela Municipal de Música.

Desde pequeña soñó con ser cantante y el pasado mes de diciembre pudo ver cumplido su sueño de lanzar su primer trabajo: Tregua. Se trata de un EP con cuatro canciones que ponen letra a un momento vital muy concreto, en el que Prados decidió levantar el pie del acelerador de la autoexigencia y abrazar la imperfección. «Quería mostrar esa parte de tregua con una misma que yo creo que todas vivimos en la juventud, porque siempre he sido muy de quedar bien con los demás e intentar caer bien a todo el mundo, y llega un momento en el que dices... 'hasta aquí'», señala. Las cuatro canciones tienen pinceladas de esta liberación. Floating es un canto a la aceptación de esas situaciones en las que uno ni avanza ni se hunde. Simplemente flota sin más pretensión que seguir flotando. El tema Naufragio es una loa a la imperfección en las relaciones. «Habla de aceptar cómo han sido las cosas y ser feliz pensando que se pueden solucionar y tirar hacia adelante», explica. El tercer tema, The lonely people, pretende desdramatizar la soledad y asumirla como una fase que, quien más y quien menos, atraviesa alguna vez en su vida. Por último, Obsesión, compuesta durante la cuarentena, es un tratado para gestionar momentos en los que alguien tiene «demasiadas cosas en la cabeza». Una canción que ahonda en la importancia de no aspirar a que todo sea perfecto.

La música de Clara Prados tiene su base en las baladas pop y su primer EP está producido por Cascabel Estudios, con arreglos del argentino Pablo Cammi. En su primer trabajo está reflejada la fuerte influencia de su padre, un «referente», al igual que su madre. 

dos temas en inglés. El hecho de cantar en inglés tiene que ver con el gusto desarrollado al escuchar a intérpretes en ese idioma, como Adele, una de sus referentes, junto a otros nacionales, como Malú, Vanesa Martín y Andrés Suárez.

Con la llegada del verano esta cantautora vallisoletana intentará seguir ofreciendo conciertos como los que ya ha dado en algunos espacios de la capital y provincia. Aunque es consciente de que no es fácil hacerse un hueco en un sector con tanta competencia, Prados confía en su mejor arma: su voz.