Ese murmullo que es un rugido

Diego Izco
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El gesto de Asensio tras marcar, encarándose a la grada exigiendo que remitiesen los pitos, prueba de la desconexión jugador-aficionado. El Barça carbura, empieza a volar... y si marca Frenkie ya ha ganado

Ese murmullo que es un rugido - Foto: AFP7 vía Europa Press

Pedir silencio a la masa suele causar el efecto contrario en algo tan pasional como el fútbol. Gestos legendarios como los de Raúl en el Camp Nou no funcionaron por un motivo obvio (jugaba en casa del enemigo), pero hacérselo a tu afición, dolida por el mal juego, y pretender que perdone todo gracias a un maravilloso zapatazo, no funciona. Ahí se entiende esa desconexión cada vez mayor entre el jugador y el aficionado, esa distancia sideral que los sueldos y el endiosamiento del protagonista (todos culpables) han engordado. El público para por ver 'algo', y si ese 'algo' no llega, muestra su disconformidad. Además, el público suele ser ecuánime con los suyos: no pedirá imposibles, pero sí se enfadará cuando lo posible (que el Real Madrid juegue bien ante el Alavés) no se produce. Y en ese caso, más en estadios enormes, cualquier murmullo se convierte en un rugido casi insoportable para el jugador local. 

 

El ritmo

El proceso de regeneración azulgrana (lo leyó Koeman, aunque no pudo explicarlo) era que los jóvenes dejasen de fijarse en la 'vacas sagradas' y que fuesen estas quienes se fijasen en los jóvenes. El Barça hoy tiene más ritmo que nadie en la Liga: se ha enganchado a futbolistas con el hambre que los 'viejos' habían perdido (o eso parecía). En la feliz resaca azulgrana se escriben los nombres del goleador Aubameyang, del incansable Gavi, del genial Pedri, del escándalo de central que han encontrado en Araújo, del toque de Alba... pero el 'talismán estadístico' es Frenkie de Jong. Como profesional ha marcado en 18 partidos (sumando Barça y selección) y ganó los 18. Habrá que 'buscarle'...

 

¡Goles!

Con el empate a uno en el Celta de Vigo-Levante de cierre, la 25 jornada registró 32 tantos en 10 partidos: un 3,2 de promedio goles/partido que supera en casi un punto el rácano porcentaje de este curso:2,5. Con más o menos minutos de juego efectivo, LaLiga debe preocuparse de mantenerse como un producto atractivo por su propio bien. El gol es un buen camino.