Santiago González

CARTA DEL DIRECTOR

Santiago González

Director de El Día de Valladolid


Hay que apretar el paso en infraestructuras logísticas

12/06/2022

Las principales ciudades españolas están trabajando duro desde hace años en la puesta en marcha de grandes centros logísticos que permitan a las principales empresas ubicarse en su entorno y facilitarles todo tipo de servicios. Los avances tecnológicos y la digitalización están transformando el sector, que con el auge del comercio electrónico, requiere de puestos menos técnicos y con mucha mayor cualificación, lo que necesita un impulso de la formación superior para puestos vinculados con esta actividad. Ya casi todo el mundo es consciente de la trascendencia que tiene este sector en el tejido industrial y económico de una provincia e incluso de una comunidad autónoma. En Castilla y León hace ya años que se desarrolló el modelo Cylog, aunque realmente no se ha exprimido lo suficiente y nos estamos quedando a medias.

Valladolid parece que quiere ponerse las pilas, aunque también va tarde. Centrolid parece que ya tiene encaminado su proyecto de ampliación de las instalaciones, que alcanzará los 260.000 metros cuadrados una vez que sume las cinco hectáreas previstas, lo que requerirá una inversión de 22,5 millones para poner a disposición de las empresas unos equipamientos de última generación. Muy esperanzador si no llega a ser porque este proyecto lleva más de una década a la espera de poderse concretar y aún le quedan algunos trámites. No podemos quedarnos atrás mientras los demás avanzan y los últimos datos del Observatorio del Transporte y la Logística reflejan que Valladolid (226.039 metros cuadrados) se está quedando cada vez más alejado de Burgos (364.475) e incluso le ha adelantado León (233.058), por comparar solo algunas provincias del entorno y de la Comunidad.

A esta ampliación de Centrolid se unirá en el futuro otro gran proyecto municipal, que con bastante lógica ha cambiado el planteamiento del deseado parque agroalimentario para centrarse en la proyección de un centro de actividades económicas con la intención de convertirlo en un gran nodo logístico dotado de estación intermodal y con la enorme ventaja de disponer de terminal ferroviaria. Desde luego, a esta iniciativa aún le queda mucho recorrido, pero es importante que comience ya a rodar y se cumplan esas expectativas anunciadas por el alcalde de que «en breve» se licitará la estación intermodal. Sería un primer paso para visualizar un proyecto de futuro para colocar a Valladolid en el lugar que le corresponde dentro del sector, dado que su situación geoestratégica es privilegiada dentro del corredor noroeste y en la conexión europea entre Portugal y Francia.

Ideas e iniciativas parece que hay, pero en muchas ocasiones la maraña administrativa, la excesiva burocracia o las dificultades financieras alargan tanto su puesta en marcha que otras provincias con menores atractivos logísticos nos comen la tostada. No podemos quedarnos atrás, el importante sector industrial ubicado en la capital y su alfoz necesita infraestructuras logísticas que permitan sacar con facilidad y costes competitivos sus productos, tanto por carretera como por ferrocarril, hacia el resto del país y al mercado internacional. Si nos dormimos en los laureles estaremos perdiendo oportunidades de actividad económica y empleo que lamentaremos a medio y largo plazo. El rumbo en el sector logístico no se cambia en un par de años, por lo que estos momentos son cruciales para iniciar un camino de éxito que nos haga dar un salto cualitativo entre las ciudades con mayor riqueza y calidad de vida.

A pesar de los efectos de la pandemia y de la guerra de Ucrania, la capital y provincia están en un momento dulce. Las buenas noticias se han multiplicado en los últimos meses con la llegada de Amazon, Santander Consumer o la nueva factoría de autobuses de Switch y parece que no serán las últimas, pues el alcalde, Óscar Puente, ya ha dicho en varias ocasiones que pronto anunciará "otro proyecto similar". Es el momento de aprovechar la ola y remar más fuerte para alcanzar la orilla.