Samba culé

Sergi Escudero (EFE)
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El Barcelona presume de 'cracks' brasileños de la talla de Ronaldinho o Neymar, aunque a algunos las salidas nocturnas les pasaron factura

Samba culé

En las últimas tres décadas, el Barça ha atraído a muchos futbolistas brasileños, el último de ellos Raphinha, gracias al atractivo estilo de juego del equipo, históricamente ofensivo como el de la 'canarinha', pero también al clima mediterráneo, la presencia del mar en la ciudad y su noche...

Romario fue el primero en llegar, en 1993, y conquistó el corazón culé. Como Rivaldo, Ronaldo, Ronaldinho, Alves y Neymar. Aunque hubo grandes fracasos. El mayor, el de Coutinho, el fichaje más caro de la historia del club catalán.

Raphinha, a sus 25 años, aterriza procedente de Leeds, una localidad inglesa fría y de interior. Lugar difícil para alguien que nació en Porto Alegre, una ciudad marítima de clima subtropical.

Uno de los peligros que temen los aficionados es que las condiciones agradables de la Ciudad Condal despisten a sus jugadores a la hora de cuidarse para lograr el máximo rendimiento en el césped. 

El caso más conocido fue el de Ronaldinho, que tras cambiarle el estado de ánimo a la entidad y maravillar durante cuatro años al Camp Nou, con Liga de Campeones incluida, tuvo un declive temprano a causa, entre otras cosas, de su indisciplina.

También jugueteó con la diversión Neymar, si bien fue una pieza clave del tridente formado con Messi y Suárez que conquistó los tres títulos en 2015. Pero el hecho de no poder ser la estrella del equipo -el argentino le hacía sombra- y el dinero influyó en su marcha al PSG hace un lustro.

Antes, dejó en la memoria una actuación espectacular ante el equipo francés en la histórica remontada por 6-1 en la Champions, en la que marcó dos goles.

Otros tres brasileños que enamoraron a los aficionados en la época contemporánea fueron Romario, Ronaldo y Rivaldo. «No bebo ni fumo, simplemente bailo», dijo el primero sobre sus salidas. «Si no salgo de noche, no meto goles, así de claro», añadió.

El autor de la denominada 'cola de vaca' a Alkorta en el 5-0 ante el Real Madrid del 8 de enero de 1994 tuvo un paso efímero por el Barça, pero suficiente para completar una temporada de ensueño, la 1993/94, en la que marcó 30 goles en 33 partidos de una Liga que ganó por cuarta vez consecutiva el equipo entrenado por Johan Cruyff. 

Un gol antológico

Su gran sucesor fue Ronaldo, también protagonista de una trayectoria corta e intensa. En 37 partidos del curso 1996/97 anotó 34 dianas, entre las que sobresalió la de Compostela. Se deshizo con maestría de todos los rivales que encontró entre el medio campo y la portería. En el verano de 1997 se fue al Inter de Milán.

Por su parte, Rivaldo, un tipo alejado de la fiesta, llevó al éxtasis al Camp Nou y al entonces presidente Joan Gaspart cuando ejecutó la chilena perfecta en el último minuto de un Barça-Valencia de la última jornada de la Liga 2000/01 para dar al conjunto catalán la clasificación para la Champions de la siguiente temporada. En sus cinco cursos como azulgrana se convirtió en el jugador más diferencial de un Barça que no pasaba por su mejor momento.

Un rendimiento mucho más discreto tuvo el último gran fichaje brasileño del Barça, Coutinho, que llegó en 2018 después de que el conjunto azulgrana acordara un traspaso de 120 millones más 40 en variables con el Liverpool, convirtiéndose así en la operación más cara. El de Río de Janeiro nunca se acercó a las expectativas generadas y fue traspasado al Aston Villa a cambio de 20 'kilos'.

Fue el fracaso más caro, pero no el único que ha habido de un brasileño. Malcom, Emerson Royal, Douglas y Matheus Fernandes son claros ejemplos de brasileños que no encontraron su lugar en el Barcelona. Y, si se apunta más lejos, también asoman otros nombres como los de Henrique y Keirrison.

Raphinha no llega desde luego al Barça con la categoría de estrella mundial, lo cual le quita mucha presión de encima. El tiempo dirá si su rendimiento se acerca más a los de los que enamoraron a los culés o a los que se fueron con más pena que gloria por la puerta de atrás.

De momento, su llegada sirve para asegurarse que el curso que empieza en la plantilla azulgrana seguirá habiendo, por lo menos, un 'verdeamarelho'. Dani Alves ya ha hecho las maletas y la continuidad de Neto en la portería parece complicada.