Fue un partido amistoso en Las Vegas, en plena pretemporada y sin jugarse título alguno. Sin embargo, un clásico siempre deja un lado del puente aéreo más tocado que otro, según sea el resultado final. El Barcelona se regaló un gran duelo, pudiendo ampliar su renta en varias ocasiones. En el Real Madrid, a pesar del marcador, también se pueden sacar conclusiones alentadoras.

Positivo debut

Robert Lewandowski tuvo un debut con el conjunto azulgrana ilusionante. El polaco jugó el primer período y, aunque no marcó, dejó vislumbrar todo lo que puede aportar al ataque del conjunto culé. Muy activo en todo momento, fue un peligro constante para la zaga del Real Madrid.
Solo la gran actuación de Thibaut Courtois y de David Alaba, excompañero en el campeón bávaro, con el que dialogó amigablemente camino de los vestuarios, le impidieron estrenar su cuenta en su nuevo club.

Raphinha en racha

El tanto que definió el choque llegó en la primera mitad. Fue obra de Raphinha. Un auténtico golazo. El brasileño, que ya había anotado ante el Inter de Miami (6-0), ya acumula dos dianas y dos asistencias en lo que va de pretemporada. Su aportación al bloque blaugrana está siendo determinante y no solo por su acierto de cara a puerta.
Su desequilibrio por las bandas es un recurso que dejará muchos días de gloria a la entidad catalana. El extremo disputó la primera parte en la zona derecha del ataque, donde se tuvo que fajar con el poderoso Antonio Rüdiger, que se estrenaba como lateral izquierdo.

Primer golpe blaugrana

Al toque de Pedri

El centrocampista canario fue el encargado de ordenar a su equipo en materia ofensiva y también cuando perdía el balón en la zona defensiva del oponente. La presión tras ceder la posesión del balón al contricante se convirtió en un factor clave, tanto por su ejecución como por el resultado que le dio al cuadro entrenado por Xavi Hernández.
En esa labor sobresalió Pedri, un jugador que la pasada campaña faltó demasiado y el equipo siempre notó esa ausencia. El mediapunta es la piedra angular del llamado 'estilo Barça'.

Infranqueable

El zafarrancho del Barcelona en ataque permitió comprobar que Courtois sigue siendo el del pasado curso futbolístico. El belga realizó dos o tres intervenciones de mucho mérito que salvaron al Real Madrid de recibir un correctivo mayor.
Dos de las paradas fueron a Ousmane Dembélé. La primera abajo, reaccionando rápido y moviendo de forma explosiva todo su espigado cuerpo. La segunda fue de aguantar en el sitio hasta el último momento y sacar esa mano milagrosa, totalmente intuitiva, que salvó los muebles de los suyos en más de una ocasión.

Atados a la 'CMK'

El conjunto merengue sigue dependiendo demasiado del centro del campo titular en los últimos años. Tchouaméni, Valverde y Camavinga ocuparon la medular de los de Chamartín de inicio y pronto se pudo comprobar que no están preparados para llevar el peso del duelo.
En la segunda parte saltó al campo la vieja guardia, esa 'CMK' compuesta por Casemiro, Modric y Kroos que tantos éxitos le han dado al Real Madrid. Y, con ellos, el curso del encuentro cambió. Recuperó la posesión y se ordenó mejor, aunque, sin Benzema, demostró de nuevo que le falta gol.

Experimentos

«No estoy loco, sé que no es su posición, pero es muy inteligente», añadió Carlo Ancelotti sobre la posición que ocupó Rüdiger en el partido. El preparador italiano experimentó con el germano en el lateral izquierdo, posición desde la cual se mostró como uno de los efectivos que más intensidad imprimió al juego de los de Chamartín. 
El aficionado madridista vio en el zaguero un líder férreo, que no rehúye del choque y la brega y que, en el centro de la defensa, puede ser realmente útil por su imponente físico a la hora de ganar duelos aéreos.

Sin puntería

El técnico transalpino dejó también una reflexión clave, que resumen a la perfección el resultado del enfrentamiento en clave merengue. «Benzema es el mejor jugador del mundo, está claro que cuando no puede jugar  nos falta algo sobre el campo», señaló Ancelotti.
El equipo de la capital de España merodeó el área del Barcelona, pero ni Mariano, ni Asensio, ni Valverde encontraron el gol. La 'llave' para ganar partidos sigue en manos del galo.