Valladolid fue capital del reino, pero cuatro siglos después sigue sin exprimir todo lo que se podría el 'capital' que supone para la ciudad ese pasado glorioso. Se intentó en 2018 cuando se presentó  su candidatura al reconocimiento como Patrimonio de la Humanidad de Unesco con la base de haber sido la «cuna del Estado Moderno», pero finalmente el proyecto decayó.
A veces parece que se ha asumido que es imposible ocupar el lugar que le corresponde por su historia y por su trayectoria artística, política, social, económica y cultural Algo que otras ciudades del entorno capitalizan sin pudor, tanto en materia turística como cultura y económica. El vallisoletanismo del que se presume tantas veces ante visitantes en la plaza de San Pablo o frente al Colegio de San Gregorio, o cuando se reclama que aquí se habla el mejor castellano se difumina cuando hay que oficializarlo.
Un déficit que no parece fácil de atajar porque una y otra vez se tropieza en la misma piedra. Tras el intento fallido de la candidatura de la Unesco, llegaron las excavaciones en la calle Constitución para localizar los restos de una de las capillas del desaparecido convento de San Francisco, la de las Maravillas. En este espacio diversas investigaciones han concluido que estuvieron enterrados, entre otras figuras históricas Cristóbal Colón y el héroe irlandés Red Hugh O'donell. 
De hecho, durante los trabajos que permitieron localizar uno de los muros de la capilla y diversos restos humanos, Valladolid fue protagonista del foco mediático de los grandes medios anglosajones por la figura del líder irlandés. Una promoción impagable de la ciudad, su historia y cultura, que se fue diluyendo con el paso de los meses. Pero ese 'capital' sigue intacto y con un gran potencial por explotar, como ha venido a recordar el  historiador y escritor John McCavitt, que se ha desplazado a Valladolid para recalcar la importancia de que esos restos se localicen  aquí «Será un lugar de peregrinación para los irlandeses», recalca. Pero también apunta que hace falta tener una referencia, como la placa y la estatua prevista, que podrían instalarse en septiembre. 
Valladolid debe aprovechar el rédito de tener un gran pasado para garantizar un gran futuro.