El consumo de gasóleo de calefacción se desploma un 19%

Óscar Fraile
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Entre enero y noviembre del año pasado se vendieron en Valladolid 18.042 toneladas, por las 22.165 del mismo periodo de 2018. El precio ha subido ligeramente en los últimos doce meses

El consumo de gasóleo de calefacción se desploma un 19% - Foto: Reyes MartÁ­nez

Ya sea por la pujanza de alternativas como la biomasa, por la coyuntura económica actual o por la evolución de su precio, lo cierto es que el consumo de gasóleo de calefacción se desplomó el año pasado en Valladolid casi un 20 por ciento. Según los datos de la Corporación de Reservas Estratégicas de Productos Petrolíferos (Cores), una entidad tutelada por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, entre enero y noviembre del año pasado se vendieron en Valladolid 18.042 toneladas de gasóleo C, un 18,7 por ciento menos que las 22.165 toneladas del mismo periodo de 2018. Es una evolución muy similar a la del consumo en Castilla yLeón, que también cayó un 17,7 por ciento para quedarse en 147.177 toneladas. Pero ambas están muy por encima de la bajada registrada en el conjunto nacional, que fue del 5,7 por ciento para quedarse en 1.514.348 toneladas.

Se da la circunstancia de que en 2019 entró en vigor la modificación del Impuesto de Hidrocarburos que eliminó el tramo autonómico que permitía a las comunidades gravar hasta con 4,8 céntimos el litro. El Gobierno unificó el tipo autonómico en el máximo permitido, esos 4,8 céntimos, y, como quiera que en Castilla y León no lo aplicaba, el precio de los combustible se encareció desde el 1 de enero de 2019.

Además, independientemente de este factor, el precio está actualmente más alto que a finales de enero de 2019, cuando ya estaba en vigor esta modificación fiscal. Según los datos del Boletín Europeo facilitados por la empresa  de distribución Discomtes, el litro se pagaba a 0,729 euros el 28 de enero de 2019, por los 0,763 actuales. Bien es cierto que estos importes están alejados del precio final que paga el consumidor, porque hay que aplicar factores como el margen comercial de las empresas y el coste del transporte, entre otras cosas. Pero ese importe sí que sirve para observar la tendencia alcista de un precio muy cambiante y que depende mucho de factores políticos y económicos a nivel mundial. Por ejemplo, el precio del barril de petróleo y el cambio dolar-euro. «Ahora, con lo del coronavirus, como se prevé que la actividad económica de China se resienta y habrá menos demanda, pues el precio del petróleo baja», explica Rafael Alonso, de la distribuidora Discomtes.

Según él, el descenso del consumo de gasóleo de calefacción también puede explicar con el «daño» que hizo «en su día» la penetración del gas. No tanto la biomasa, que, según él, va al alza, pero todavía sigue siendo «una anécdota» dentro del mercado. Desde esta empresa aseguran que el precio de este combustible mantuvo una tendencia alcista entre enero y mayo de 2019, cuando alcanzó su tope anual, y después continuó con subidas y bajadas irregulares hasta quedarse actualmente un poco por encima que hace doce meses. «Tiende a subir, pero está bastante tranquilo», señala Alonso.

cantidad y distancia. El precio final también depende del volumen de combustible comprado y la distancia a la que esté el cliente. Por ejemplo, en Discomtes venden a 0,633 euros los pedidos de entre 400 y 500 litros, y a 0,560 el pedido máximo: 32.000 litros. Bien es cierto que son precios sin IVA.

Ana Bláquez, responsable de contabilidad de Pinos del Raso, otra empresa de distribución situada en Aldeamayor, reconoce que «ha bajado un pelín la venta», pero lo atribuye a la situación económica. «La gente antes se podía permitir el lujo de llenar el depósito y ahora vienen con 200 euros al mes para llenar lo que pueden», señala. Esta empresa ofrece un precio de 0,770 euros a los compradores que se lleven entre 400 y 600 euros, un precio «parecido» al de hace un año. Los pedidos más habituales están entre 400 y mil litros «porque la gente suele tener depósitos de 700 litros».

María Alborada Trillo, gerente de Petromas, otra distribuidora situada en Medina del Campo, reconoce que se trata de un producto «muy delicado» que «fluctúa» a diario. Con todo, reconoce la caída del mercado. «Llevamos 27 años repartiendo gasóleo y es cierto que ha disminuido en algún sentido, pero se ha incrementado en otro, como el gasóleo de automoción, que ha subido mucho respecto a cuando empezamos la actividad», concluye.