Lactalis invertirá 1,2 millones en la fábrica de Peñafiel

Óscar Fraile
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El incremento de costes de suministros en la fábrica de quesos ralentizará proyectos de automatización de procesos, pero esos recursos se destinarán a otros relacionados con la sostenibilidad y la seguridad

Instalaciones de Grupo Lactalis en Peñafiel. - Foto: Grupo Lactalis

La multinacional francesa Lactalis invertirá el año que viene 1,2 millones en la planta de Peñafiel, donde fabrica la marca de queso Flor de Esgueva, que este año cumple su 75 aniversario. La crisis sanitaria no impedirá que la compañía siga con una línea de inversiones que ha mantenido durante el último lustro. De hecho, esos 1,2 millones previstos para el año que viene elevarán hasta los 4,65 millones las inversiones hechas desde el año 2018. Una hoja de ruta que la pandemia no ha cambiado porque esta fábrica prácticamente no se ha visto afectada, al vender la mayor parte de su producción al sector de la gran distribución.

En cambio, el incremento de costes energéticos y de materia prima sí que modificará los planes de la compañía. Lactalis tendrá que retrasar proyectos relacionados con la automatización de procesos, aunque destinará esos recursos a otros relacionados con la I+D. Concretamente, los que tienen que ver con la calidad, la seguridad alimentaria, la sostenibilidad y el respeto al medio ambiente.

Este aumento de costes, que se ha notado en suministros como la luz y el gas, y en materias primas como el cartón y la leche de oveja, ha obligado a la compañía a reducir sus márgenes, toda vez que no tiene posibilidad de repercutirlo en los clientes. «El coste de la energía está disparado y el de la leche de oveja, que es de Castilla y León, es el más alto de la serie histórica, con un precio más que razonable para los ganaderos, y nosotros tenemos mucha dificultad para trasladar esos incrementos a la gran distribución, que entiende que hay que controlar la inflación», señala el consejero delegado de Grupo Lactalis, Ignacio Elola.

Primera fábrica del queso Flor de Esgueva.Primera fábrica del queso Flor de Esgueva. - Foto: Grupo LactalisEl hecho de tener que asumir esos incrementos con una reducción de márgenes no cancelará inversiones que son «innegociables», porque forman parte de la política del Grupo para todas sus fábricas. Por ejemplo, los dos millones que en el último lustro se han destinado a calidad y seguridad, los 350.000 euros para prevención de riesgos y los 350.000 para sostenibilidad, un área al que Lactalis ha dado mucha importancia en los últimos ejercicios. De hecho, desde el 1 de enero de este año el 50 por ciento de la electricidad que se utiliza para producir este queso es de origen renovable, es decir, eólica o solar, gracias a un acuerdo con la empresa Engie España. «Gracias a esta energía renovable, las fábricas del Grupo Lactalis reducirán un diez por ciento sus emisiones de CO2 y ahorrarán a la atmósfera 26.950 toneladas de dióxido de carbono, lo que equivale a retirar más de 11.000 vehículos de la circulación durante un año», aseguran fuentes de la empresa.

Lactalis también ha hecho una apuesta por la economía circular con el aprovechamiento de las materias secundarias de su proceso productivo. Por cada kilo de queso se generan nueve litros de suero de leche que se transforman, mediante un proceso de ósmosis, y se recupera como ingrediente para una amplia gama de productos destinados a la alimentación humana y animal. Estos litros de suero representan el 93 por ciento de los residuos. El 7 por ciento restante son subproductos no aptos para el consumo y que, en su mayoría, son transformados en compost.

La fábrica de Peñafiel. La planta de Peñafiel se ha quedado un poco al margen de los procesos de automatización que se han acometido en otras fábricas de Grupo Lactalis. Una estrategia que tiene que ver con la voluntad de conservar un proceso de elaboración muy artesanal. «Es algo icónico que nos representa y, si queremos mantenerlo, hay que reducir la automatización», dice Elola, quien también señala que las inversiones que se hagan en el futuro en este área seguirán respetando esta filosofía. De hecho, la receta, a base de leche de oveja de 86 ganaderos de la Comunidad, se ha mantenido intacta desde el año 1946.

Interior de la fábrica en los años 70.Interior de la fábrica en los años 70. - Foto: Grupo LactalisEn esta fábrica trabajan 73 personas, la mayoría de ellas residentes en la zona. Es un volumen de empleados que se ha mantenido estable en los últimos años. Esta plantilla elabora unas 4.500 toneladas de queso al año en más de 20 formatos de ruedas, cuñas o precortados, aunque el más vendido es la rueda de tres kilos, seguido de las cuñas de distintos gramajes.

La mayor parte de este queso se destina al consumo nacional, porque, al estar elaborado con leche no pausterizada, «no viaja muy bien», reconoce el consejero delegado de Grupo Lactalis, si bien es cierto que hay algunas exportaciones «residuales» a México y Estados Unidos.

Esta multinacional francesa está plenamente consolidada en Peñafiel, del mismo modo que lo estuvo en la capital con la fábrica de leche Lauki, hasta que cerró en 2016. Una decisión que dejó una importante herida en la ciudad. Los sindicatos se manifestaron y denunciaron que la planta daba beneficios en el momento de su cierre y el alcalde, Óscar Puente, llegó a proponer declarar a Lactalis empresa non grata. En esos momento la compañía gala optó por el silencio ante los medios, una estrategia que, según Elola, no fue la más acertada. «Comunicamos muy mal el proceso de cierre», señala. Cinco años después, el consejero delegado explica que hubo dos razones para tomar esta decisión. La primera, el descenso de consumo de leche, que se viene produciendo «desde hace muchos años». El segundo, la situación de la fábrica, en pleno entorno urbano, en la avenida de Santander. «La posibilidad de crecimiento estaba muy limitada por ello», explica Elola, quien también recuerda que la empresa puso en marcha un plan de recolocaciones y jubilaciones del que se beneficiaron casi 60 trabajadores de los cerca de 80 que tenía la plantilla. «Desde el punto de vista social se hizo un trabajo correcto», finaliza.

En los últimos meses Lactalis ha vendido esos terrenos a la empresa Viding, que construirá un complejo deportivo de más de 20.000 metros cuadrados. De todas las ofertas que recibió en los últimos años, la multinacional gala ha dado prioridad a la que consideraba que contemplaba un proyecto más social.

El queso que conquistó  a un empresario catalán

El origen del queso Flor de Esgueva se remonta a hace siete décadas, cuando los ganaderos de Esguevillas de Esgueva comenzaron a elaborar este producto. Las pastores trashumantes de la zona fueron los encargados de hacer correr la voz sobre la calidad de este queso, elaborado con leche cruda de las ovejas de la zona. En 1946 estas noticias llegaron a oídos del empresario lácteo catalán Domingo Massanes, quien no dudó en viajar hasta Esguevillas de Esgueva para probarlo y comprobar su forma de elaboración. Poco después inició los trámites para empezar a comercializarlo en toda España e inició así la saga de cinco generaciones que desde entonces han mantenido invariable el proceso de producción de este lácteo. Aunque no fue hasta la década de los 80 cuando la familia Massanes decidió construir en Peñafiel la fábrica que hoy se ha convertido en uno de los grandes activos económicos de este municipio. Grupo Lactalis la compró en 2006 y durante estos quince años ha mantenido la receta original y se ha centrado en mejorar el proceso para hacerlo más sostenible.