Alfonso González Gaisán

No perder ripio

Alfonso González Gaisán


Contra_indicaciones

16/10/2022

Cuando nos recetan un analgésico tenemos dos opciones,  tomarlo con toda la fe y confianza en que recuperaremos nuestra salud,  o leer el prospecto y a partir de aquí mirar para otro lado y encomendarnos  a la buena fortuna de que toda la lista de contra_indicaciones a nosotros no nos va a afectar. Algo parecido sucede con parte de las bondades prometidas por algunas de las invitaciones  de nuestro mercado de consumo e incluso de nuestras administraciones.
Ahora las exhortaciones permanentes a la compra del vehículo eléctrico con un ínfimo número de puestos de recarga. Pero donde están las nuevas  gasolineras, los surtidores de electricidad capaces de  dar de comer a los caballos en un tiempo razonable para que mi coche continúe en su marcha, o el hotel  donde refugiarme mientras sus pilas adquieren el rendimiento necesario. Todo son bondades del progreso.
Parece que lo primero que debo regular son mis desplazamientos  respecto a las capacidades de mi vehículo, es decir el hombre al servicio de la máquina y no al revés. La nueva esclavitud ahora generalizada y al servicio de la tecnología, que bienvenida sea, eso siempre, no es una duda. Ahora bien, la brecha que el progreso crea en una sociedad tan madura en años como la nuestra produce peldaños, que hacen inaccesible buena parte de la actividad diaria, aunque el principal empeño sea rebajar bordillos y construir rampas aunque sus pendientes sean impracticables.
Ya desde nuestras autoridades y legisladores en permanente contradicción,  así pierden lo que debería ser su seña de identidad, de todas las administraciones públicas, su carácter ejemplarizante para el resto de la ciudadanía.
Utilicen el transporte público urbano, nuestros autobuses gasoil 15 años de intensa vida. Mientras tanto buena parte de los vehículos oficiales con el mismo combustible  atienden a las necesidades de desplazamiento de nuestros funcionarios.
Entretanto el pueblo soberano continuamos nuestro periplo diario a lomos de nuestros vetustos vehículos  de la misma quinta, y lo que les resta, pues su sustitución exige una fuerte inversión, harto complicada en los tiempos que corren. A la vez que exigen un máster para decidir entre las múltiples posibilidades  de impulsión. Algo parecido ocurre con la sustitución de las fuentes de iluminación y sus tipos de casquillo
Las aeronaves que sobrevuelan nuestras cabezas y territorios en su mayoría continúan con el queroseno el combustible más pesado y por ende el más contaminante, pero como paraíso del turismo y dado que solventa nuestras cuentas pues sin afección. El euro turístico solo para donde aterriza, que es donde consume, por donde sobrevuela su contaminación es inerte.
Otra forma de mejora medioambiental es la recurrencia a la madera como combustible de emisiones cero porque ya había retenido el CO2 en su fase como vegetal, ahora cuando arde ¿también es inerte?. Las cifras de liberación de CO2 en los fuegos estivales son espeluznantes, pero como ya lo habían retenido pues nada, continuemos con nuestras hogueras; en algún punto necesarias porque es imperiosa la necesidad de mantenimiento de nuestros bosques, y parece que  astillas y pellets son un reclamo para hacerlo posible, pero entiendo que no debemos hacernos trampas al solitario. La combustión de la madera libera CO2, y por lo tanto se deben controlar el número de centrales de biomasa a establecer en nuestras ciudades para mantener la calidad del aire. Y no hablemos de las montañas de papel en publicidad que se amontonan en nuestros portales.
Parece que todos los caminos nos conducen al astro rey el SOL fuente inagotable de energía y reclamo de millones de turistas. Quizás perderemos algo de  belleza en nuestros paisajes pero ganaremos en la solicitada solvencia.
Nuestros tejados deben formar parte de esa  necesidad imperiosa de energía con un plan tutelado de forma eficaz desde su gestión, aquí empieza su eficiencia no en los complicados trámites para entrar en la tómbola de las subvenciones. Estas deben empezar por ser ágiles, sencillas, trasparentes, y  eficaces.
Nos calentamos todos o pasaremos un duro invierno. El SOL es un bien común vamos a disfrutarlo con la misma generosidad que el nos ilumina.