Sabor mediterráneo con toques exóticos

R.G.R
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Guillermo Moreno en los fogones del Pangea. - Foto: Jonathan Tajes

El proyecto gastronómico de dos amigos. De 29 y y 26 años. Guillermo Moreno y David García se aventuraron a abrir su propio restaurante en Valladolid después de trabajar juntos en Menorca. En el archipiélago balear descubrieron que formaban un buen tanden entre los fogones y a su vuelta a Valladolid  decidieron montar su negocio. No fue fácil. Más de un mes de búsqueda de locales hasta encontrar el idóneo en la calle Estadio, y el pasado 12 de mayo abrieron las puertas de Pangea. Un moderno y ambicioso restaurante que ofrece una cocina con sabor al Mediterráneo, de donde extrae su base, pero con toques exóticos de cocina internacional. 

El establecimiento tiene dos zonas claramente diferenciadas. La primera se divide entre la terraza y la barra, y tiene su propia carta. Está dirigida a los comensales que no quieren comer o cenar de forma tan copiosa, sino que más bien buscan un picoteo de tapas sabrosas, tradicionales o diferentes, españolas o internacionales, de exquisitos bocados. Desde una buenas patatas bravas hasta un Sam de costilla coreana. Ensaladas, gambones, callos, tablas de quesos, chipirones o torreznos son solo algunas de las delicias culinarias que David y Guillermo ofrecen en sus mesas, junto a la fachada del restaurante y en la barra. Cada amigo tiene su papel. David es el encargado del comedor, mientras que Guillermo está al frente de los fogones. «Aquí tengo la libertad de hacer la cocina que me gusta. He estado en varios lugares de España y en cada uno he aprendido diferentes aspectos y ahora lo estoy poniendo en práctica, pero a mi gusto», reconoce. 

Es un  restaurante de reducido tamaño, que trabaja de forma fundamental los fines de semana. «Son los viernes, sábados y domingos cuando más jaleo tenemos. Hemos conseguido atraer a clientes de todos los barrios, desde Covaresa a Las Delicias», resalta David. 

Los comensales podrán disfrutar de una cocina típicamente mediterránea, aunque con toques exóticos y con  platos típicos de otros países. «Es el gusto de Guillermo. Siempre cuando estábamos en Menorca tenía un montón de libros de diferentes cocinas y estudiaba platos diferentes», relata David sobre Guillermo. 

Los clientes que se arriman hasta las mesas de Pangea pagan un ticket medio de unos 18 euros en el caso de que se decanten por la barra o de unos 25 se deciden sentarse a la mesa en el restaurante. Entrantes como ensalada thai de cerdo crujiente y sepai o gazpacho verde con vieira y gambón para abrir boca ya denotan elaboraciones diferentes. 

Trabajan de igual forma la carne y el pescado. Presa ibérica, canelones de pollo de corral o bacalao a la brasa con pilpil de hongos y curry thailandés de pescado son solo alguno de los platos más demandados por los comensales. Pero el plato preferido de Guillermo ?es el ceviche de corvina, boniato y cancha. Un plato típico del Perú que a algún cliente le ha traslado al país andino. El truco está en la leche de tigre, que sirve para realizar una maceración cítrica con un sabor muy intenso. 

Aunque solo llevan medio año abiertos al público no se ponen límites y quisieron participar en el concurso de pinchos por barrios, donde obtuvieron el tercer precio con un rollito Nem con conejo al ajillo y tartar de gambón. «Nos pilló al poco de abrir y decidimos presentarnos», apuntan. 

Un proyecto nuevo que marina la cocina nacida en el Mediterráneo con algunas experiencias de otras partes del país y un toque exótico aprendido a base de prueba y error y de forma autodidacta. Una cocina que merece la pena probar en el centro de Valladolid.