Nava del Rey prepara la bajada de la Virgen de los Pegotes

D. V.
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El municipio vallisoletano celebrará su cita anual más importante el 30 de noviembre

Alfonso Romo y Blanca Martín presentan en el Palacio de Pimentel la festividad en honor de la Virgen de los Pegotes en Nava del Rey. - Foto: Europa Press

La localidad vallisoletana de Nava del Rey encara el próximo miércoles 30 de noviembre su cita grande del año con la tradicional bajada de la Virgen de los Pegotes, declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional, en honor de Nuestra Señora de la Concepción.

Esta nueva edición de la celebración, que se prolongará hasta el 8 de diciembre con el clásico novenario en honor de la Virgen, se ha presentado este martes en el Palacio de Pimentel, sede de la Diputación de Valladolid.

La alcaldesa de Nava del Rey, Blanca Martín, ha sido la encargada de desvelar los principales detalles de esta festividad, que arrancará el mismo día 30 en la Cámara Agraria de la localidad con los preparativos de la procesión y el reparto de los pegotes.

 Desde ahí, los muleros recogerán a las autoridades para acudir hasta la ermita de la Concepción en el Pico Zarcero, donde mora habitualmente la imagen mariana, punto del que partirá, ya de noche, la procesión hacia la iglesia de los Santos Juanes.

Como es habitual, el recorrido procesional estará iluminado por cerca de 100 hogueras de pino y numerosos pegotes --una especie de antorcha que portan los más jóvenes y que da nombre a la advocación popular--.

La Virgen permanecerá en la iglesia del municipio hasta el próximo 8 de diciembre, lo que dará pie a un novenario durante el cual se celebrarán, además de los actos religiosos, distintas actividades, incluidos talleres para divulgar esta tradición entre los más pequeños.

Tampoco faltarán jornadas gastronómicas en las que la comida con esencia de vino rancio y las castañas serán protagonistas. Concluido el novenario, la Virgen regresará, el 8 de diciembre, festividad de la Inmaculada Concepción, a su ermita, donde permanecerá hasta la próxima fiesta de los Pegotes el año siguiente.

Alma de los pueblos

Tras la invitación de la alcaldesa para que la gente se acerque a Nava del Rey en estas fechas, ha intervenido en la presentación el diputado de Nuevas Tecnologías, Alfonso Romo, quien ha reivindicado la "repercusión" que esta fiesta en toda la comarca y ha defendido el empeño de la Diputación Provincial por "mantener todas esas tradiciones" que constituyen "el alma de los pueblos".

Las primeras referencias a Nuestra Señora de la Concepción llevan a mediados del siglo XVI, fecha en la que se construyó la homónima ermita en el Pico Zarcero y donde poco después se asentó el convento de San Agustín.

Posteriormente, tras abandonar la ermita los agustinos, el templo retomó el culto público a la Virgen bajo la advocación de Nuestra Señora de la Cuesta o del Pico Zarcero, aumentando su devoción durante el siglo XVII con numerosas rogativas para encomendar las cosechas a la voluntad mariana; devoción que culmina en el año 1745 cuando el Ayuntamiento la votó como patrona y acordó celebrar perpetuamente un novenario en su honor del 30 de noviembre al 8 de diciembre, descendiendo a la imagen hasta la parroquia en solemne procesión.

La leyenda cuenta que momentos antes de esta primera celebración se declaró una tormenta que obligó a retrasar la procesión e iluminar artificialmente el trayecto con hogueras y antorchas o pegotes, de donde surge el apelativo de Virgen de los Pegotes. El resultado fue tan vistoso que el fuego perdura en las calles de Nava del Rey a lo largo de los siglos.

Inicialmente, la Virgen descendía en andas o carruajes cedidos por los vecinos, hasta que en 1893 se fabricó el actual coche de caballos --costeado por la familia Pino Rodríguez-- que es tirado por mulas, animal habitual en los quehaceres agrícolas de Nava del Rey.

El ganado es conducido por un grupo de muleros que retan a la gélida noche con ponche y vino añejo ofrecido por los vecinos. Además, es habitual que fumen puros --obsequio del Ayuntamiento desde el siglo XIX-- y que luzcan un pañuelo en la cabeza para protegerse de las morceñas.

Dentro del coche, igual que en centurias pasadas, la Patrona es escoltada por el párroco, el alcalde y un descendiente del donante.