Ayuntamiento de Valladolid, Amigos de la Catedral y Arzobispado mantuvieron una reunión el jueves de esta semana para desbloquear los trabajos de reparación de las humedades que desde hace años presenta la capilla donde se ubica el sepulcro del Conde Ansúrez. El encuentro sirvió para acordar la puesta en marcha de un convenio mediante el cual se puedan destinar 60.000 euros, casi todos de fondos de Amigos de la Catedral, gestionados por el Ayuntamiento, a hacer los trabajos previos que determinen el origen del problema.

Esta intervención consiste en unas prospecciones en la parte exterior de la pared de esa capilla, que da a la plaza de Portugalete. Allí primero habrá que derribar unos edificios muy accesorios que albergaban la antigua caldera de carbón. Eso, como paso previo a unas excavaciones que permitirán saber el origen de la patología. Estos trabajos ya cuentan con la autorización de la Junta de Castilla y León y comenzarán poco después de la firma del convenio. Una vez que se conozca el origen de las humedades, se diseñará el proyecto para repararlas, que saldrá a concurso público con un presupuesto de licitación de unos 200.000 euros.

No es la primera vez que se inician los trámites para solucionar un problema que viene de lejos. En 2019 el Ayuntamiento y la Junta ya firmaron un convenio de restauración del sepulcro que después se amplió para acometer este problema. En principio, el Ayuntamiento se iba a encargar de la parte inmueble (las humedades) y la Junta de la parte mueble (el sepulcro), pero la llegada de la pandemia hizo que este acuerdo quedara en «agua de borrajas», señalan fuentes de la Catedral.

La capilla está presidida por la tabla ‘La Crucifixión’, también pendiente de restauración. - Foto: Jonathan TajesArreglar estas humedades también es un paso necesario para acometer la restauración de la tabla 'La Crucifixión', una obra de Michiel Coxie del siglo XVI que preside la capilla. Al menos eso es lo que respondió el Gobierno por escrito a una pregunta realizada por diputados del Grupo Popular sobre la demora en estos trabajos, que ya tienen presupuestados 140.000 euros. «Esta actuación está pendiente de la restauración de la capilla, cuyo problema de humedades es necesario resolver con anterioridad para poder garantizar la eficacia de la restauración de esta singular tabla y su conservación a largo plazo», señaló en la respuesta el pasado mes de octubre.

El responsable de estos trabajos es el Instituto de Patrimonio Cultural de España, que ya ha enviado en dos ocasiones a representantes para analizar el estado de la tabla.

No obstante, el deán de la Catedral, José Andrés Cabrerizo, considera que no es necesario esperar a arreglar las humedades porque en la misma Catedral hay espacio para hacer la restauración y para conservar la obra antes de colocarla de nuevo en su sitio, cuando acaben las obras del muro. El deán cree que los primeros trabajos se pueden hacer en un espacio que se utiliza de almacén del Museo Diocesano y Catedralicio, donde ya hay instalado un sensor de humedad. Cuando la restauración esté hecha, Cabrerizo ha ofrecido la capilla de San Miguel para conservar la obra hasta que se arreglen las humedades. «Hay un muro de piedra completamente liso y sano», finaliza.