El 'perrito piloto' se ahoga

R.G.R
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Las 150 familias de feriantes de Valladolid viven una situación «completamente límite» sin trabajar. Algunos ya han abandonado el sector

Coches de choque guardados en una nave ante la falta de ferias por el coronavirus. - Foto: Jonathan Tajes

El colectivo de los feriantes de Valladolid se está desintegrando. La situación que viven las 150 familias de la ciudad que se dedican a montar sus puestos en las ferias es «completamente límite» y algunos de ellos no han tenido más remedio que guardar sus atracciones en naves o dejarlas en la calle para empezar una nueva andadura en otros sectores económicos. «Cada uno está trabajando donde puede. Algunos se han colocado como conductores o limpiadores. Y muchas mujeres están trabajando de reponedoras o de cajeras en supermercados para poder comer». Así de contundente se muestra el presidente de la Asociación Provincial de Industriales Feriantes de Valladolid, Félix Galicia.   ?

Los feriantes tienen una ruta que realizan todos los años de pueblo en pueblo y de ciudad en ciudad donde instalan sus carruseles, pero este año no han podido trabajar desde el mes de febrero y las previsiones para los próximos meses no son buenas. Eso ha hecho que no puedan mantener más el parón ocasionado por el virus y hayan tenido que buscar nuevas vías de ingresos. 

La asociación está compuesta por un centenar de familias y en Valladolid trabajan otras 50, que no están asociadas. Todas ellas tienen pequeñas atracciones o carruseles, casetas de tiro, o similares. Los feriantes de Valladolid son pequeños y medianos empresarios. Nada más lejos de la imagen que puede dar la instalación del recinto ferial durante las fiestas de la ciudad. «En fiestas subimos a las ferias unos diez más o menos, todo lo demás llega de fuera», comenta Galicia. 

De esta forma, estos pequeños empresarios no han tenido más remedio que ponerse a trabajar en otros sectores. En un año sin pandemia, hubieran empalmado ferias desde febrero hasta noviembre. Comienzan todos los años con la llegada de los carnavales y no paran hasta pasadas las fiestas de Gerona. Pero en esta ocasión ya no pudieron instalar sus atracciones en Semana Santa. ?«Son unas 300 personas solo en Valladolid que viven directamente de ello».   

El presidente explica que cuando llega el mes de junio, algunos de los feriantes trabajan en los barrios y en los pueblos de la provincia durante todo el verano, mientras que otros recorren el país. Cuando llega el mes de noviembre, repliegan velas para trabajar en la puesta a punto de los carruseles con la vista puesta en el próximo año. Sin embargo, en este 2020 no han tenido ingresos, mientras que los gastos se han mantenido en muchas ocasiones para poder cobrar las ayudas de las administraciones. La Junta ha publicado la convocatoria de subvenciones destinadas a apoyar a feriantes y promotores de orquestas de la Comunidad. Estas ayudas pretenden paliar las dificultades económicas que están sufriendo los trabajadores por cuenta propia de estos sectores, seriamente afectados por las limitaciones establecidas raíz de la crisis sanitaria. 

Para el presidente de los feriantes vallisoletanos estas ayudas «no solucionan nada» , ya que obligan a mantener la actividad como autónomo. «Lo único que consigues es pagar la cuota de autónomo con el dinero que te dan. No sirven para mucho más». Así, la mayor parte de los feriantes no han tenido más remedio que reconvertirse laboralmente, mientras sus atracciones esperan su momento guardadas en naves.