Las principales ciudades españolas están trabajando duro desde hace años en la puesta en marcha de grandes centros logísticos que permita a las principales empresas ubicarse en su entorno y facilitarles todo tipo de servicios. El paso e intercambio de mercancías genera una actividad industrial a su alrededor que será intensiva en empleo y actividad económica en las próximas décadas. Casi todo el mundo es consciente ya de la trascendencia de este sector para el tejido industrial y económico de Valladolid e incluso de la comunidad autónoma. En Castilla y León hace años que se desarrolló el modelo Cylog, aunque realmente no se ha exprimido lo suficiente y nos estamos quedando a medias.
La capital inició su apuesta un pelín tarde, como ya escribí hace ocho o nueve meses, aunque hay que reconocer que las administraciones y las empresas privadas han pisado el acelerador y avanzan con paso firme hacia un liderazgo logístico en la Comunidad, donde tan solo Burgos se sitúa por delante de Valladolid, y con unas excelente expectativas para convertir a la provincia en un gran centro con proyección internacional. Su inclusión como uno de los siete nodos logísticos del Corredor Atlántico augura un crecimiento exponencial de las mercancías que pasarán o se intercambiarán por las infraestructuras de la provincia dentro de la conexión entre Portugal y el resto de Europa. La posición geoestratégica le lleva a convertirse también en paso obligado de todo el transporte proveniente desde el Noroeste e incluso los que llegan desde todo el cuadrante suroeste.
Estas oportunidades están ahí, pero hay que trabajar para aprovechar todo este potencial. Las obras en marcha de la variante este con la estación de mercancías y el parque logístico municipal, ése que empezó llamándose agroalimentario, son las bases para comenzar a recoger los frutos y facilitar suelo y servicios a las empresas del sector interesadas, que actualmente son muchas y van a ser más en los próximos años. El refuerzo del transporte por ferrocarril en detrimento de la carretera es un punto a favor de Valladolid, que contará con amplias y nuevas instalaciones, en estos momentos ya en obras, para servir de intercambiador o convertirse en un potente centro logístico.
Indudablemente en este sector hay competidores fuertes, que ya nos llevan muchos años de distancia, pero indudablemente el potencial de crecimiento de la capital, y también de la provincia, es muy alto. En el último año, la superficie destinada al transporte de mercancías por carretera ha crecido un 10 por ciento, algo que le ha aupado por encima de León y le ha acercado mucho a Burgos, la capital castellana y leonesa más avanzada en el sector logístico hasta ahora. No obstante, no hay que mirarse al ombligo y es momento de ser más ambicioso, por lo que hay que poner el listón lo más alto posible, intentando llegar en pocos años a cifras como las de La Rioja, Álava o Vizcaya, que cuentan con alrededor de medio millón de metros cuadrados.
El sector logístico y del transporte está experimentando una gran transformación en los últimos años, principalmente por la reducción del impacto ambiental y por el 'boom' de las compras 'online', que es cada vez más masivo y requiere mayor inmediatez. Sin embargo, el reto para un futuro cada vez más cercano es la última milla o la gestión del último trayecto de la paquetería para realizar la entrega final, un aspecto fundamental en el que se requiere una distribución mucho más precisa y eficaz para la entrega final al cliente. Hay que ir pensando ya en este reto.
El secreto del éxito, como siempre, es trabajar y para ello las administraciones deben vigilar y exigir el cumplimiento de los plazos en las infraestructuras previstas. La estación intermodal, el parque logístico, la ampliación de Centrolid y otras iniciativas privadas tienen que acometerse con la mayor diligencia. No hay tiempo que perder y cada ocasión que se escapa, no vuelve.