Juegos infantiles en pueblos sin niños

R.G.R.
-

Columpios, juegos infantiles y campos de fútbol languidecen por falta de mantenimiento de los ayuntamientos ante la ausencia de grupos de niños que los usen por la despoblación

Los columpios de algunos municipios están viejos y deteriorados por falta de niños. - Foto: J. Tajes

Una imagen desoladora. En algunos municipios de la provincia languidecen las instalaciones infantiles y se deterioran con el paso de los años por falta de menores. No hay niños y los parques infantiles están caídos, rotos o deteriorados en muchos casos. Llama la atención el hecho de que durante las últimas convocatorias fueron muchos los pueblos que se decantaron por realizar una inversión para la construcción de parques infantiles ubicados dentro del casco urbano para que pudieran jugar los más pequeños, en especial en época estival.  

Sin embargo, los años han ido pasando y el efecto de la despoblación está ocasionando que en muchos municipios ya no residan niños. La ausencia de menores que puedan usar estos juegos ha llevado a muchos consistorios a dejar atrás el mantenimiento necesario para estas infraestructuras.

Así, en algunos pueblos se pueden ver columpios con el metal oxidado, la madera carcomida o incluso el suelo lleno de hojas o de hierba? y maleza, completamente descuidados. Durante los meses de invierno nadie juega y los ayuntamientos no cuentan con los recursos necesarios para mantenerlos en perfectas condiciones. Este verano no han podido contratar a personas que pudieran hacer esta labor y los alguaciles no tienen tiempo suficiente para hacerlo. Permanecen semiabandonados. Ejemplos hay muchos. Ocurre en pueblos como Villavellid, Cuenca de Campos o Berceruelo, sin ir más lejos. 

Columpios abandonados en Cuenca de Campos.Columpios abandonados en Cuenca de Campos. - Foto: Jonathan TajesEl alcalde de Villavellid, Pablo Alonso, destacó que hace más de una década que no  se registra ningún nacimiento en el municipio. «Ahora, estamos mejor porque acaba de llegar una pareja con tres hijos para trabajar en el campo y tenemos cinco menores, pero mayores de diez años», matiza el regidor. De esta forma, durante los meses de invierno no es necesario que los columpios estén en buenas condiciones de mantenimiento, ya que «no los usa nadie». 

No obstante, esta situación que se produce en muchos municipios con poblaciones muy pequeñas, cambia «de forma radical» con la llegada del verano, ya que llegan las familias de veraneantes. «Entonces sí los necesitamos».

 El número de nacimientos ha ido en claro descenso en la provincia durante los últimos años, lo que se nota en las actividades infantiles de los municipios, así como en las deportivas. Llama la atención el continuo deterioro que sufren muchos campos de fútbol, donde ya no juega nadie. Decenas de campos donde se jugaron partidos por los clubes de los distintos municipios y ahora ya no se usan. 

Campos de fútbol abandonados de Cabezón de Pisuerga.Campos de fútbol abandonados de Cabezón de Pisuerga. - Foto: Jonathan TajesLa hierba ha ido creciendo y las porterías se han ido oxidando año a año. Incluso en algún caso, ya se han caído y están cubiertas por los hierbajos sin que los campos se parezcan en nada a un campo. 

Es el caso por ejemplo de Mucientes. Su alcaldesa, Emiliana Centeno, comenta que el campo está cerrado y que ya no juega nadie. Por eso, la hierba está tan alta que el campo realmente parece una era. Al menos, las instalaciones permanecen cerradas y valladas y no puede entrar nadie, lo que ayuda a la conservación de las porterías. Sin embargo, justo al lado del campo pasa un arroyo a unos cien metros de la carretera que une el municipio con Cigales. Se puede observar suciedad y basura e incluso algunos cartuchos disparados a tan solo unos pocos metros del campo. 

 En Villalba de los Alcores la situación es incluso peor. Hace décadas que ya no se juega al fútbol en el antiguo campo situado junto a la carretera de Matallana. Los escombros, maleza y ramas cortadas de poda han formado una pequeña escombrera al lado de una de las porterías. El campo no está vallado y las porterías están completamente oxidadas desde los postes hasta los largueros. No se puede ver nada más que el color negro. La hierba de fuera del campo se mezcla con la de dentro y todo parece uno. Por supuesto, ya no hay redes. Ni rastro de las desaparecidas cuerdas. 

Campos de fútbol abandonados en Mucientes.Campos de fútbol abandonados en Mucientes. - Foto: Jonathan TajesEl campo de fútbol de Cabezón de Pisuerga se ha abandonado también a su suerte. Se levantó en un terreno claramente inundable y cada vez que el Pisuerga llega crecido a la localidad, lo que ha hecho que haya acabado en desuso. La redes, en una localidad más, están viejas, rotas y no tapan las porterías. Es habitual ver a algunos vecinos paseando con  sus mascotas por el césped a modo de parque. 

Al no tener uso, los habitantes de la localidad ya se han acostumbrado a que este espacio ubicado junto al río a usarlo a modo de parque. En este caso, también llama la atención del frontón de pelota, que está junto al campo de fútbol. Todo lleno de pintadas y grafitis y completamente abandonado. Un ejemplo más del deterioro que sufren las instalaciones deportivas ante la caída de la natalidad. 

Campos de fútbol de Villalba de los Alcores.
Campos de fútbol de Villalba de los Alcores. - Foto: Jonathan Tajes
Apariencia DE era. En Quintilla de Trigueros, el antiguo campo de fútbol está en la entrada del municipio siguiente la carretera de Trigueros del Valle. Los postes y los largueros de ambas porterías representan las únicas señales que reflejan la existencia de un campo. La hierba se mimetiza con el resto de eras de la zona y no hay ni una sola distinción. Ya nadie juega al fútbol y todo el terreno parece el mismo. Tan solo un árbol unos metros más allá del campo pone el toque diferenciador en la planicie. Son juegos infantiles para jóvenes y niños, en pueblos donde ya no los hay.