Joachim Trier sorprende con 'La peor persona del mundo'

D.V.
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Renate Reisve cautiva como una impulsiva joven a las puertas de la treintena que intenta desesperadamente encontrar su lugar en el mundo en esta arrebatadora comedia romántica

Fotograma de ‘La peor persona del mundo’. - Foto: ICAL

Como una exhalación de aire fresco irrumpió hoy en la Sección Oficial de la 66 Semana Internacional de Cine de Valladolid 'La peor persona del mundo', una deliciosa y arrebatadora comedia romántica del noruego Joachim Trier, que se aleja de sus habituales dramas para conquistar al público con una 'coming-of-age' perfecta, donde brilla con luz propia e intensísima su protagonista, Renate Reinsve, galardonada como mejor actriz en la última edición de Cannes por este papel.

Reinsve encarna a Julie, una impulsiva joven a las puertas de la treintena, que intenta con tanto ahínco como desacierto tomar las riendas de su propia vida. Carismática pero naíf, de apariencia frágil pero espíritu forjado en hierro, Julie deambula por la vida sin saber muy bien qué dirección tomar, con el miedo propio de los veinte años ante la irreversibilidad de las opciones vitales.

Las notas de jazz con las que se abre la película, así como la precisa definición que cineasta y actriz trazan del personaje en el vibrante prólogo, remiten a una obra maestra del género (y del cine en general) como 'Annie Hall' (Woody Allen, 1977). Con el personaje que encarnó Diane Keaton Julie comparte indecisiones, inestabilidad, volatilidad, inteligencia y capacidad de seducción, es todo un espíritu libre en un mundo encorsetado, que necesita apaciguar y devolver al redil a quien se sale de la norma. Como dicen en el metraje, ella es "un lince salvaje en un mundo lleno de gatos".

Julie no sabe qué quiere estudiar. Es una estudiante brillante, pero ni la medicina, ni la psicología ni siquiera la fotografía la llenan como para dedicarse a ellas en cuerpo y alma. Lo mismo le pasa con el amor, no sabe lo que quiere y se dedica a explorar diversas vías sin desfallecer y sin decidirse a entregarse del todo, hasta que apuesta por buscar la estabilidad con Aksel, un dibujante de cómics underground de éxito, quine años mayor que ella, informa Ical. 

En doce capítulos y un epílogo, Joachim Trier conduce al espectador por el marasmo de emociones, inseguridades y enamoramientos que envuelven a la protagonista, con momentos auténticamente mágicos y poéticos como la secuencia de la que se ha extraído el cartel del film, o el momento en que prueba por primera vez los psicotrópicos. 

Un viaje cargado de humor, amor y ternura, con algo de drama (ahí está la relación paterno filial de la protagonista) y un regusto melancólico de tristeza por los errores irreparables cometidos, que se enjuga enseguida gracias al espíritu libre y vitalista de Julie, toda una fuerza de la naturaleza.