El bar de la Dolores y Félix en Arrabal

M.B.
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Los hermanos Toral, Félix y Luis, nos abren las puertas del Felu, donde manda la comida casera, la rapidez y la calidad-precio

Luis Toral, en el restaurante Felu. - Foto: Jonathan Tajes

Se llamó el bar Toral, aunque realmente era donde la Dolores y Félix. Porque allí, en un local de toda la vida de Arrabal de Portillo, Félix y Dolores abrieron un bar de pueblo hace 60 años, o quizá más. Allí daban los vinos hechos en la zona. Y allí, en esa casa de meriendas, ofrecían 'lo de antes': morro, callos, riñones, champiñones... «Mi abuela era la que mejor hacía la casquería. El morro era espectacular y no hay nadie que lo haya igualado», afirma rotundo Luis Toral de la Fuente que, junto a su hermano Félix, son ya la tercera generación al frente de este negocio hostelero. 

Después de Félix y Dolores, llegó su hijo, también llamado Félix, que se hizo con el bar hace 42 años. Lo reformó y lo convirtió en cafetería-restaurante, empezando a dar comida casera y menús del día, por lo que hoy se conoce al Felu, nombre que decidió uniendo el de sus hijos, Félix y Luis. A su lado, en la cocina estaba María Jesús, que sigue siendo la jefa en los fogones. Mientras que sus dos hijos comenzaron muy pronto a aprender el oficio: «Lo hemos mamado». Así hasta que hace una docena de años, con el fallecimiento de su padre, pasaron a llevarlo ellos: «Le hicimos otra pequeña reforma y hasta ahora».

El restaurante Felu, en la calle principal de Arrabal de Portillo, en la avenida de Segovia, 46, es conocido por su menú del día, por 12 euros más café. Por la variedad en el mismo, la rapidez y por ser «comida casera». Ofrecen de lunes a viernes al mediodía cinco primeros y ocho segundos a elegir. Siempre diferentes, es decir, no repiten de semana a semana. Deciden el menú casi el día anterior y en función del mercado, con lo que los comensales ya saben que un lunes pueden comer unos garbanzos con boletus y al siguiente lunes, que no haya. «Siempre tenemos un plato de cuchara, una ensalada y una verdura, más dos platos un poco más modernos, de primeros; y entre los segundos siempre hay guisos, carnes a la plancha o pescado», explica Luis Toral, que cree que el secreto de su éxito –pueden rondar el centenar de servicios diarios– es la calidad-precio, la rapidez y esa comida casera que sale de los fogones de María Jesús: «Además de que el sitio es bonito».

Crepe relleno de pollo y verduras en el Felu.Crepe relleno de pollo y verduras en el Felu.Su clientela es fija, en muchos casos, gracias a las empresas y fábricas de la zona, aunque también hay mucha gente de paso y de la capital, desde donde llegan no solo del cercano Polígono de San Cristóbal: «Viene mucha gente de Valladolid ex profeso a comer».

Con una capacidad para unos 120 comensales entre las dos plantas del local, abren todos los días de la semana a las ocho de la mañana: «Cerramos algún fin de semana para que la plantilla y los extra puedan descansar». Ofrecen ese menú diario de lunes a viernes y cuentan con un menú especial los sábados, por 20 euros. No dan cenas entre semana, solo los viernes y sábados, cuando funcionan con carta, igual que los domingos.

Entre sus básicos, no faltan los de cuchara, como garbanzos, lentejas, fabadas o arroz caldoso; los pescados, como la merluza rellena de gambas o el bacalao con salsa de puerros; carnes, como la carrillera al horno o el rabo estofado; pero también cuentan con raciones, grandes, de cecina, chipirones, alcachofas con jamón o sus croquetas. «Intentamos que sea todo lo que se pueda de productos de la zona», aseguran. 

Naturales de Arrabal de Portillo, salvo María Jesús, que es de Íscar, saben que su sitio es y será el mismo donde Dolores y Félix abrieron el bar del pueblo. Así que los hermanos Toral, Félix y Luis, junto a su madre seguirán tirando de sus guisos y su horno en un restaurante cien por cien familiar y con la tercera generación ya al frente.