Emprender en tiempos de pandemia

R. Travesí / ICAL
-

Andrea, Susana y Emilio plantan cara a la crisis que se avecina por el COVID-19 y abren sus negocios en la provincia de Valladolid

Susana San José - Foto: Rubén Cacho (Ical)

Andrea abrió la clínica de fisioterapia Fénix en Valladolid a los pocos días del fin del estado de alarma por la pandemia del COVID-19. El nombre, surgido de la mitología griega, no fue elegido con un símbolo de fuerza y mortalidad del ave que resurge de las cenizas a raíz de la crisis sanitaria del coronavirus si no que lo decidió unos meses antes cuando el socio con el que iba a poner en marcha el centro de fisioterapia la dejó "tirada" al echarse para atrás en el proyecto. "De un día para otro, la inversión prevista se duplica al recaer todo en mí pero decidí que, como el ave fénix, había que continuar adelante y no me quedaba otra que resurgir el proyecto", explica. 

Su caso se suma al de otros emprendedores de la provincia de Valladolid que han decidido emprender en plena pandemia con negocios que pasan de la cuarentena como Susana que el pasado 14 de mayo levantó la persiana de su pescadería en Simancas o Emilio quien, desde Mojados, ha echado a andar la tienda 'on line' de productos de alimentación y bebidas de la zona de Tierra de Pinares. Mientras numerosos negocios cierran por la crisis económica y otras personas optan por aparcar su idea de negocio ante las incertidumbres tras la pandemia, ellos demuestran su valentía para hacer frente a los desafíos que avecinan.

Con solo 27 años, Andrea Caminero decidió seguir adelante con la apertura de la clínica de fisioterapia, pese al estado de alarma, después de que en octubre del año pasado comenzara con la búsqueda de un local para alquilar que, al final, encontró en el Paseo Hospital Militar, y tras firmar en febrero con el contratista para proceder a su reforma. A principios de marzo, unos días antes del confinamiento decretado por el Gobierno por la pandemia del coronavirus recibió el permiso de obra del Ayuntamiento de Valladolid. "Menos mal que lo cerré todo antes por que hubiera tenido muchos problemas con la tramitación administrativa, que estuvo paralizada estos meses", apunta a la Agencia Ical. 

Emilio EncinasEmilio Encinas - Foto: Miriam Chacón (Ical)

Confiesa que durante el confinamiento le ha dado muchas vueltas a la cabeza y ha pensado dónde se metía, con la que estaba "cayendo". "Si antes, ya me lo planteaba, los meses del estado de alarma, mucho más porque es arriesgado invertir una cantidad muy grande -100.000 euros- pero es lo que tiene emprender", añade convencida de que todo va salir bien. "Es mi proyecto y tengo que creer en él, sin olvidar que la familia y los amigos me dicen que va ir fenomenal", asevera. 

Andrea muestra orgullosa su clínica de 150 metros cuadrados donde todo está nuevo y reluciente, con sus tres salas individuales y el gimnasio, al que aún le falta algún equipamiento, para dar clases en un futuro. Solo está a falta del permiso de Sanidad para poder recibir a los pacientes, aunque continúa con la atención en domicilio de su cartera de clientes, su labor en una residencia en Viana de Cega y su colaboración con la Asociación de Linfedema. En todo caso, manifiesta que todos los inicios son complicados que se han agravado con la pandemia. No en vano, apunta que muchas personas mayores que requieren de tratamientos de fisioterapia aún tienen miedo a salir de sus casas y acudir a una clínica. 

La inversión es lo que más pesa a la hora de dar el paso, tal y como reconoce Susana San José que abrió la pescadería de Simancas a mediados de mayo. "La declaración del estado de alarma me cogió a punto de levantar la persiana del negocio el 23 de marzo, con el contrato de arrendamiento, la obra hecha y a falta de recibir la cámara, procedente de Asturias. Así que, una vez hecha la inversión, no podía renunciar y había que ir hacia adelante", significa. 

Andrea CamineroAndrea Caminero - Foto: Miriam Chacón (Ical)

En el mes y medio que lleva abierta la pescadería, se muestra satisfecha con las ventas y la buena acogida que ha tenido entre los vecinos de Simancas, que es el pueblo donde reside. Tal vez, explica, haya influido el hecho de que la localidad llevaba años sin este tipo de establecimiento y que, desde el primer momento, ofrecen el servicio a domicilio a las numeras urbanizaciones del municipio del alfoz de Valladolid. Su caso es el de una emprendedora y valiente. No en vano, a sus 39 años no sabía nada de pescado hasta el punto que bromea que desconocía lo que era un rodaballo. 

Así que hizo unos cursos de pescadería para conocer lo básico del oficio pero, sobre todo, contrató a un profesional experimentado, con 18 años como pescadero. Esa persona se encarga de manipular todo el pescado y le enseña a Susana el oficio, detrás del mostrador. 

La trayectoria profesional de Susana había estado ligada a los Recursos Humanos, un sector en el que trabajó 14 años y siempre por cuenta ajena. "En agosto del año pasado, le dije a mi jefe que me iba por que no estaba contenta", declara a Ical. La joven asegura que siempre había querido montar un negocio, aunque no tenía claro cuál.

Lleva poco tiempo de emprendedora pero ya se ha topado con los mismos problemas como el cambio de local, por problemas con la casera que vive encima de la pescadería. "Otra zancadilla pero ganaremos en tranquilidad", expone, además de apuntar que no será un problema para su clientela por que abrirá en la misma plaza en un mes. 

Susana manda un mensaje de ánimo a todos los indecisos que tenían pensado convertirse en autónomos y que ahora por el COVID-19 tienen dudas. "Si tienen un sueño, que lo lleven adelante y no lo aparquen por la pandemia", subraya convencida. 

 

Comercio 'on line'

Emilio Encinas es otro de los emprendedores que habla de anhelo al asegurar que la tienda 'on line' (de proximidad.com) es el "sueño hecho realidad". No en vano, explica que llevaba mucho tiempo "masticando" el proyecto, como buen amante de los productos de alta calidad de su entorno, la Tierra de Pinares que engloba al sur de la provincia de Valladolid, el norte de Segovia y el este de Ávila. Y eso, al final, se ha traducido en poner a disposición de los "maravillosos" productores de alimentos y bebidas de la zona un canal para comercializar sus artículos. "Soy de Mojados y conozco de primera mano lo que se hace en los pueblos de aquí y cómo se hace, por lo que quiero ayudar a esas personas de la zona a vender sus productos en una economía circular, además de dar un servicio directo al cliente", declara. 

Convencido de su idea, a finales de febrero -un mes de declararse la pandemia en España- decidió dejar su empleo y aprovechar su experiencia en departamentos de compras en empresas de suministros industriales, maquinaria e incluso implantes dentales. "Mi pasión por la alimentación es personal, por lo que no me arrepiento de nada por que es algo que llevaba tiempo pensando", reitera. 

Ademas, su relación estrecha con diferentes proveedores y el conocimiento del mercado durante los últimos años le servirán para ayudar a los productores y ponerles en contacto con compañías especializadas de cara a mejorar el embalaje y la presentación de sus alimentos. "No obtengo un beneficio con ello pero colaboro, en la medida de lo posible, para mejorar el producto", sentencia. 

A falta de iniciar la venta como tal de los productos, ya cuenta con un catálogo de un centenar de productos de una veintena de productores. Reconoce que, al final, es el "filtro" y la "garantía" de los alimentos y bebidas que vende. "La mayor parte de lo que hay en la web ya lo conocía de primera mano, otros productos los he probado estos meses y he visitado el lugar donde se elaboran", expone. Este emprendedor valora la buena acogida que ha tenido entre los productores de la zona, al verle como un "aliado" con su sociedad cooperativa. "No les discuto el precio por que ellos son los que saben lo que cuesta su producto", precisa. 

Emilio, quien se considera un "chavalín" de 51 años, muestra su satisfacción por haber cumplido un sueño, acompañado de su mujer Celia, al montar su primera experiencia de emprendimiento. "Con eso me conformo pero estoy convencido que el proyecto saldrá adelante por que cuento con el aval de productos de calidad, sin olvidar que todo lo que se hace bien y con pasión llega a buen puerto", afirma. Además, el comercio digital apunta a posicionarse aún más en el mercado del futuro, con el cambio de hábitos de los ciudadanos, a nivel de consumo y de necesidades.