El Salvador y VRAC: "El rugby no es un deporte de bestias jugado por caballeros"

Juan López/ ICAL
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Los presidentes de ambos clubes creen en el valor de que el rugby es un deporte "diferente, de honor", y que transmite "cosas buenas" a los más pequeños

El presidente del Valladolid Rugby Asociación Club (VRAC), José Antonio Garrote (I) y el presidente del Rugby El Salvador, Juan Carlos Martín (D), en la plaza Mayor de Valladolid - Foto: Miriam Chacon

Los valores del rugby alcanzan su máxima expresión en Valladolid. La agencia Ical reúne a los presidentes del Hermi Rugby El Salvador y el Valladolid Rugby Asociación Club (VRAC) Quesos Entrepinares, Juan Carlos Martín 'Hansen' y José Antonio Garrote, respectivamente, representantes del deporte del honor que ven reconocido el trabajo desarrollado con el Premio Castilla y León del Deporte 2013. Lo mejor para desmontar el tópico es que lo hagan sus protagonistas. “El rugby no es un deporte de bestias jugado por caballeros”, o al menos la primera parte de la frase no es cierta. Para resumirlo, “lo mejor es asistir a un derbi”. Pero la cantera es el principal valor. Niños de dos equipos de la misma ciudad, que “se pegan” en el campo, en Pepe Rojo, y que después salen juntos. Una “rivalidad sana” que ayuda a retroalimentarse a los dos clubes de la ciudad nacional del rugby.

Premio Castilla y León de los Deportes a los dos clubes de rugby de Valladolid, ciudad muy relacionada con el ovalado. Un reconocimiento que es un orgullo...

—Juan Carlos Martín 'Hansen': Es un premio a dos clubes. No a dos equipos. Es una trayectoria de muchos años que demuestra el trabajo a todos los niveles, miles de horas que al final tienen una justificación con este tipo de galardones. Además, nos viene en un momento bueno para apoyarnos en la búsqueda de patrocinadores. Para la familia chamiza es un orgullo y estamos encantados de recibir este premio.

—José Antonio Garrote: En Valladolid, el rugby tiene muchos seguidores y socios. Hay muchas empresas ya vinculadas a este deporte pero nunca está de más tener este apoyo institucional que no solo te da mayor visibilidad de cara a los que no te conocen, sino que de forma interna, para la gente que le dedicamos muchas horas por amor al rugby, realmente también recompensa. Fuera de Valladolid, este Premio servirá para que haya más densidad de rugby en otras provincias de la Comunidad, aunque lo reciban El Salvador y el VRAC, a todos los clubes les vendrá bien.

Aún estamos de resaca por el derbi de la semana pasada. Posiblemente la rivalidad entre dos clubes de una misma ciudad complicaría reunir a sus dos presidentes.

—J.C.M.: Se ha visto en los últimos años. Manteniendo la máxima rivalidad, la relación del rugby mejora día a día. A nivel de cantera, los dos equipos incluso estamos viajando juntos para ahorrar costes, organizamos campeonatos juntos, coordinándonos muy bien para que el rugby vallisoletano sea el centro, y es una cosa que se ha visto también. El Premio se da en conjunto porque hay una buena relación entre los clubes, pero es algo que está justificado por la máxima realidad.

—J.A.G.: Es la mejor forma de predicar entre los niños para fomentar ese juego limpio respecto al contrario. Sería muy incoherente si nosotros no lo practicamos. Es verdad lo que dicen 'Hansen', que ese respeto, que no evita que luego nos zurremos en el campo, hace que nos hayan dado el Premio y eso ha sido determinante.

El rugby siempre se ha vinculado al honor y a unos valores muy cercanos a la política de cantera. En un momento de crisis que dificulta los fichajes, ¿el Premio Castilla y León reconoce estos principios?

—J.A.G.: Es una de las cuestiones que caracteriza a los dos clubes. Tenemos una cantera tremenda. Tenemos en torno a 400 niños cada uno. Es una labor muy difícil, que exige esfuerzo coordinar todos los fines de semana con un autobús en Madrid, otro en otra ciudad, cuatro partidos en Valladolid, organización de torneos... Y todo esto lo lleva cabo a cabo gente por nada. El rugby cambia la vida de los niños y nosotros hacemos por que así sea. Los que están algo pasados de peso, que pueden tener problemas de integración, en el rugby se ven amparados, una pieza esencial del equipo, y ello les cambia su carácter. Le pasa lo mismo al canijo; y al que es grande le zurran y se da cuenta de que no es nada.

—J.C.M.: Además, creemos en esos valores de que este deporte es un poco diferente y que estamos transmitiendo cosas buenas a nuestros hijos. Yo tengo dos hijos jugando en el club y creo que el ambiente es bueno. Los mismos chicos salen juntos por la calle después del partido y de pegarse en el campo. Son colegas. Y cuando salimos a torneos fuera, las aficiones del VRAC apoyan a los chamizos y viceversa cuando jugamos contra otros clubes. Es el rugby de Valladolid, unos de azul y otros de negro.

En Valladolid siempre se habla de queseros y chamizos, ya desde la cantera. ¿Esos niños crecen con la mentalidad de que los de enfrente, con los que comparten aulas en sus colegios, son sus enemigos en el campo, pero amigos fuera?

—J.A.G.: Eso es. Precisamente la rivalidad en el campo es lo que nos ha hecho crecer. Nunca nos vamos a fusionar porque es esencial que haya dos clubes distintos y que compitan dese pequeños.

—J.C.M.: Es fundamental ese aprendizaje continuo para intentar que el vecino no te supere. Juntos sumamos más y tenemos mucha fuerza, pero si juntásemos los dos equipos perderíamos un potencial muy alto. No tendría sentido pensar en algún tipo de fusión. Al contrario, debería haber más clubes en la ciudad, que se lo puede permitir.

¿Cómo le explicaríais a una persona que no entiende de rugby las bondades de este deporte?

—J.A.G.: La gran diferencia del rugby con cualquier otro deporte de equipo, para los que no conocen nada de rugby, es que es como una batalla. Vas ganando y perdiendo terreno al equipo contrario, a diferencia del fútbol, donde una jugada de un fenómeno que dribla y mete gol. El rugby es entretenido desde el minuto uno al 80 porque es una guerra entre dos bandos, con solo la fuerza y un balón ovalado, y así es más fácil de ver. Esto realmente engancha. Cuando la gente ve rugby por primera vez se engancha. Ya no puede vivir sin vero.

—J.C.M.: Precisamente, una buena forma de empezar a vivir el rugby es vivir un derbi vallisoletano. Es un día bonito y de ambiente. No es el mejor día para ver buen rugby, pero como normalmente el primer día no entiendes mucho no es problema. Yo recomiendo ver más rugby internacional por televisión, que son eventos muy seguidos en el mundo y ayudan a entender las reglas. Y luego observar a los niños, que salen juntos después de jugar entre ellos, y se muestran los valores del trabajo en equipo, donde se intentan evitar las figuras y que prime el bloque, que no haya acoso a los niños, exceso de presión, malas palabras con el árbitro... Son detalles que probablemente en otros deportes se hayan perdido y se cambia la importancia relativa. Aquí el objetivo es desarrollar excelentes jugadores de rugby que sean excelentes personas. No permitimos que un chico que sea muy bueno tenga un comportamiento contrario. Para ser un buen 'rugbier' tienes que demostrarlo dentro y fuera del campo. Son valores que atraen y hacen interesante a este deporte.

Entonces, no es verdad el tópico de que es un deporte de bestias...

—J.C.M.: Es que realmente no hace falta agredir para jugar duro. Si te hacen un 'placaje' fuerte se le aplaude y en la próxima vez se intentará que sea al revés. Pero eso no es una agresión, ni dar un codazo o hacer daño. Jugar duro es valorar al contrario, es un respeto. Si ambos equipos en el campo dan el 100 por 100 es una muestra de respeto. Otra cosa es que se esté cometiendo juego desleal. En rugby no van por ahí las cosas. No hay gestos de fingir una lesión, que sería impensable. Aunque te duela, te levantas y parece que no ha pasado nada y sigues jugando. Esa es la diferencia.

—J.A.G.: Efectivamente, los que no conocen el rugby piensan lo mismo, que es un deporte de bestias jugado por caballeros. La realidad es que la salud de los jugadores de rugby está cada vez más protegida por la normativa y que es precisa para causar conductas que puedan hacer daño al contrario. Y eso se aprecia, porque hay más lesiones graves en el fútbol que en el rugby, donde hay muchos moratones, pero no son frecuentes lesiones de larga duración. Un traumatólogo vino con el VRAC a un torneo de niños que organizamos. Él es médico de un equipo de fútbol y no se creía lo que veía, porque decía que había atendido a un niño a las 10 de la mañana, por algo que en fútbol estaría una semana en la cama, y a las dos horas le volvió a atender. No se lo cree, pero la gente se recompone y disimula dolores para seguir jugando.

Ambos clubes son conocidos también por participar en numerosos actos sociales, como donaciones de sangre, recogida de juguetes, actos en beneficio de oenegés... ¿Forma también parte de todos esos valores de compromiso e implicación con la sociedad?

—J.C.M.: Nosotros hacemos campañas con Cruz Roja y otras oenegés y con la Fundación Sandra Ibarra luchamos contra la violencia de género, ya que pensamos que la educación del rugby puede ser una solución para luchar contra esta lacra social, que al final es falta de educación de muchos hombres y por la permisibilidad del resto de la gente y falta de responsabilidad. Estos valores del rugby queremos que se transmitan para luchar contra ello. La responsabilidad social corporativa de los clubes de Valladolid es un trabajo más de voluntariado que no está remunerado, pero que son miles de horas de trabajo por detrás que se queda la ciudad y el mundo.

—J.A.G.: Nosotros prácticamente desarrollamos similares iniciativas que El Salvador. De hecho desarrollamos muchas en colaboración gracias a la buena sintonía entre ambos clubes, con el fin de implantar y extender el rugby al resto de la sociedad.

Esta temporada, los derbis han sido para El Salvador, pero la primera plaza de la liga regular ya es del VRAC, que afrontará la lucha por el título como favorito, ¿Cómo afrontáis este final de temporada? ¿Os gustaría un nuevo derbi en la final de División de Honor?

—J.C.M.: El VRAC tiene todas las cartas para llegar a la final y ganar la Liga, porque es el primero de la liga regular y tienen una plantilla amplia y muy buena. Ahora, El Salvador tiene una plantilla más corta, pero puede ganar a cualquiera y estará ahí para luchar por el título. Es mirar muy a futuro, pero si El Salvador llega a la final, sería contra el VRAC y en su casa, otro derbi más, bonito para la ciudad y que podría ganar cualquiera. Lo firmo ahora mismo estar en la final.

—J.A.G.: Creo que el factor campo, que cuesta tanto ganar a lo largo del año por ser campeón de la liga regular, tiene un pequeño fallo, que hay dos clubes de la misma ciudad, y si ambos llegamos a la final, se anulará un poco ese factor que el VRAC ha obtenido merecidamente. Pero en todo caso sería un gran derbi en el que habría más emoción y se llenaría el campo. A estas alturas nos da igual pegarnos con cualquiera, pero el factor campo no funciona cuando es El Salvador porque Pepe Rojo también es su casa.