La pandemia deja ya 300 camiones de residuos en Valladolid

A. G. Mozo
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El aumento del uso de equipos de protección individual en estos dos años ha llevado a duplicar la producción de basura en los dos grandes hospitales de Valladolid a un ritmo de 49 toneladas mensuales, por las 20 de antes del coronavirus

Proceso de recogida de los contenedores de residuos covid en el Hospital Clínico, identificado cada uno con código de barras. - Foto: J. Tajes

Mascarillas, trajes EPI y guantes constituyen el grueso de una 'nueva' basura sanitaria que lleva la covid en el apellido y que exige un tratamiento tan especial como el virus en sí mismo. Unos residuos que se han incrementado enormemente durante estos más de dos años de pandemia hasta el punto de que, si se hubieran ido guardando en un almacén, ahora harían falta 53 tráileres para poder deshacerse de ellos. Mucho más, en realidad, dada las especificidades de esta basura covid, con mucho más volumen que peso, de modo que se estima que serían hasta 300 camiones necesarios para mover el millón de kilos generados desde marzo de 2020 solo entre el Clínico y el Río Hortega.

El salto ha sido de tal calibre que las toneladas de residuos sanitarios recogidas en los dos hospitales de Valladolid suponen más del doble de lo que era habitual hasta que el SARS-CoV-2 decidió capitalizarlo todo; hasta la basura. «Antes de la pandemia, había únicamente un equipo encargado de la recogida en los hospitales, pero a lo largo de la pandemia hemos llegado a tener tres equipos y hasta duplicando turnos, ya que iban por la mañana en el turno habitual y, en ocasiones, también por la tarde», tal como apunta Carlos Martínez, director territorial Norte de ONET, empresa responsable de la recogida de los residuos en estos centros de Sacyl.

Las cifras son contundentes. Si antes del coronavirus se recogía una media de 20 toneladas al mes en Valladolid (diez en el Clínico y otro tanto en el Río Hortega), en la pandemia se ha incrementado a un ritmo de 49 toneladas mensuales, con un pico de casi 111 en abril de 2020, un mes en el que solo en el Clínico se rozaron las 82, ocho veces más de lo normal. En el caso del Río Hortega, el pico no llegó hasta febrero de 2021, cuando se alcanzaron prácticamente las 51 toneladas (cinco veces más de lo que venía siendo habitual).

Proceso de recogida de los contenedores de residuos covid en el Hospital Clínico, identificado cada uno con código de barras.Proceso de recogida de los contenedores de residuos covid en el Hospital Clínico, identificado cada uno con código de barras. - Foto: J. TajesEn términos absolutos, al cierre de abril van ya 1.277 toneladas de residuos en los dos hospitales de la capital, una cantidad que cabría en 53 tráileres, si bien es cierto que, tal como recuerda Carlos Martínez, ese millón y pico de kilos de basura, al contener mucho residuos covid, sextuplican el espacio necesario para su transporte: «El problema que tiene lo covid es que pesa muy poquito, pero abulta mucho; más o menos se multiplica por seis con respecto al residuo sanitario normal» , explica el responsable de la empresa encargada de recoger y conducir los residuos, dentro de un proceso absolutamente tasado y para el que en realidad se han ido empleando muchos más de esos 53 tráileres. 

El proceso dentro del hospital lo lleva a cabo el equipo de limpieza, que lo agrupa en un almacén, en donde se da el traspaso de poderes: «Los cubos se van pesando antes de subirlos al camión, ya que cada cubo tiene un código de barras con el que se garantiza su trazabilidad, para poder saber exactamente de qué planta viene. En el caso de los residuos covid, la identificación también es a través de un código de barras concreto, lo que permite poder efectuar el tratamiento que requiere este tipo de residuos del grupo III», explica Martínez.

MERCANCÍA PELIGROSA

«Al ser una mercancía tóxica y peligrosa, la Ley de Transporte nos obliga a hacer siempre el mismo recorrido y a través de autovía. Primero vamos al Clínico, luego al Río Hortega y después, a Medina del Campo, que es donde está la planta de reciclaje a la que tenemos que llevar toda esta mercancía», detalla. Allí, la empresa pesa cada camión y se comprueba que todo coincide con lo que había en cada hospital en la recogida para, ya a continuación iniciar el proceso de tratamiento de los residuos del grupo III.

Proceso de recogida de los contenedores de residuos covid en el Hospital Clínico, identificado cada uno con código de barras.
Proceso de recogida de los contenedores de residuos covid en el Hospital Clínico, identificado cada uno con código de barras. - Foto: J. Tajes
«La planta lo introduce primero en un autoclave –como una olla de cocina, pero gigante– a 140 grados, para esterilizar todo y matar al virus –que muere entre 50 y 70 grados–, luego se le mete otros 45 minutos para que puedan ser considerados ya residuos grupo I y terminar con el proceso, triturándolos, y ya listo para enviarlo a un vertedero con el resto de residuos normales», según detalla Carlos Martínez a El Día de Valladolid. «Todo queda registrado y digitalizado diariamente en una plataforma que tiene la Junta de Castilla y León», concluye.