El resurgir de la belleza

E.M.G. (SPC)
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'La Sirenita', el clásico de Hans Christian Andersen, vuelve a salir de las aguas con el ilustrador Benjamin Lacombe con dibujos que invitan a sumergirse en su lectura

El resurgir de la belleza

El ilustrador francés Benjamin Lacombe no ha nadado contracorriente, sino que se ha dejado llevar por las olas  y los movimientos de los seres vivos de las profundidades del mar y ha afrontado un desafío que ha solventado con victoria: ilustrar este clásico de Hans Christian Andersen. Lacombe ha huido de los prototipos conocidos y ha  hecho  un guiño al autor. En 96 páginas,  propone una nueva experiencia para redescubrir este símbolo de la literatura infantil.

La cuidada edición lanzada por Edelvives en tapa dura, se ha realizado con el texto completo y original que ha sido traducido del danés por Alejandro Tobar.

La Sirenita es uno de los cuentos de hadas más conocidos de Andersen. Fue publicado por primera vez en Copenhague, el 7 de abril de 1837. La obra fue escrita originalmente como un ballet. Posteriormente, ha sido adaptada en varias ocasiones, desde un musical a una película de anime japonés o la conocida película animada de Walt Disney.

Esta edición ilustrada abre con un prólogo escrito por el autor galo Jean Baptiste Coursaud que incluye detalles sobre el cuento. Como curiosidad, el primer título que tuvo fue Las hijas del mar, pasó después a La Sirena y finalmente La Sirenita. Baptiste contextualiza la obra y la vida del autor. 

 El ejemplar incluye algunas cartas reales escritas por Andersen «Tenga presente que con la persona a la que en verdad aprecio, mido sus palabras, sobre todo las que están tachadas, pues suelen ser las que van del corazón a la pluma», reza una misiva fechada el 9 de agosto de 1830 a su amigo Edvard Collin. Tras la propia narración con atractivas y bellas ilustraciones con algunos tonos fluorescentes, llega un epílogo donde se explica la teoría de una posible interpretación de La Sirenita. Entre las hipótesis planteadas, figura que la historia podría querer reflejar el amor platónico e imposible que el escritor danés sintió por su amigo Eduard Collin, que nunca fue correspondido. Esta creencia suscita un repaso a la crítica literaria y a su falta de atención hacia todo aquello que tiene que ver con la homosexualidad reflejada en la historia de las letras.

Este libro pertenece a la colección Clásicos Ilustrados, cuya dirección artística también dirige Lacombe. En ella se reúne una biblioteca compuesta por las obras más queridas por los lectores, renovadas por la mirada de ilustradores.

Benjamin Lacombe (París, 1982) ha publicado numerosas obras en Edelvives, como Historias de fantasmas de Japón, Carmen, las adaptaciones gráficas de Nuestra Señora de París, de Víctor Hugo, El mago de Oz o las aventuras de Alicia

Con esta versión dibujada con mucho mimo y gusto se recuerda que en el medio del mar, en las más grandes profundidades, se extendía un reino mágico, era el pueblo del mar. Un lugar de extraordinaria belleza rodeado por flores y plantas únicas y en el que se encontraba el castillo donde habitaba La Sirenita. Un día, se dirige a la superficie y ve a un joven príncipe, del que se enamora. A partir de entonces, su única obsesión es convertirse en un ser humano para unirse a este joven, por lo que decide beber una poción mágica que le proporciona una bruja. ¿Qué la pasó?... Hay que leerse el libro.

Andersen ya avisó de que es un cuento «cuyo significado profundo solo puede comprender el lector adulto» a lo que añadió «me atrevo a aventurar que a los niños les gustará, y el desenlace como tal, francamente les sorprenderá». Como se observa, el relato está dirigido a todos los públicos ya desde su origen. El paso de sus casi dos siglos, 186 años exactamente, le ha reportado a La Sirenita el espíritu de promover valores como el amor, la amistad, la familia, la convivencia, la resolución de conflictos, la empatía y la generosidad.