Santiago González

CARTA DEL DIRECTOR

Santiago González

Director de El Día de Valladolid


El aeropuerto languidece ante el olvido institucional

12/02/2023

Hace justamente diez años (y un mes) que el Ayuntamiento y la Cámara de Comercio disolvieron el consorcio que promocionaba e impulsaba el aeropuerto de Valladolid. Desde entonces, los pasajeros han caído a la mitad y las mercancias que mueve esta instalación son una tercera parte de las que se registraron en 2012. Y todo esto se está produciendo entre el desinterés y el olvido institucional en el que ha caído un aeropuerto que, aunque sean pocos, mueve el triple de viajeros que la suma de los otros tres castellanos y leoneses (Burgos, León y Salamanca).
Hoy en día es difícil entender el desarrollo económico y social de un país, región o ciudad, si no dispone del adecuado nivel de infraestructuras y de un eficaz funcionamiento de los servicios de transporte. Este hecho, unido a la necesidad de unas comunicaciones cada vez más rápidas, convierten al transporte aéreo y, por tanto, a los aeropuertos, en elementos estratégicos del desarrollo de cualquier sociedad. Algo tan elemental para cualquier economista con cierta perspectiva de futuro cae en saco roto en la provincia vallisoletana. Quizás centrados demasiado en la importancia de las comunicaciones terrestres, especialmente el tren de alta velocidad, llevamos años en que el aeropuerto ni siquiera es motivo de un análisis o debate sobre su futuro o vinculación con el crecimiento de la ciudad y provincia.
Ayuntamiento y Diputación se han lavado las manos durante la última década, como si no existiera aeropuerto en Valladolid. La falta de apoyo de la Junta no impide que las administraciones locales pusieran su granito de arena para impulsar más conexiones nacionales e internacionales y un mayor flujo de viajeros. Es evidente que sus presupuestos no dan para soportar financieramente un consorcio que saque a la instalación vallisoletana del pozo, pero deberían de hacer un análisis serio y marcar una hoja de ruta para la próxima década. Y a partir de ahí, habría que llamar a las puertas de la Junta, quien también debe asumir responsabilidades, y apostar de una vez por todas por un plan de desarrollo de los aeropuertos en la Comunidad. Abandonarlos a su suerte, como ha hecho desde enero de 2013, no es una opción; debe 'mojarse' y apoyar a cada uno en función de sus potencialidades o especialidades para buscar una viabilidad y rentabilidad social y económica para su entorno.
Esta realidad es la que impera desde hace años y, mientras tanto, el aeropuerto pierde vuelos, viajeros y mercancías. Es la hora de mirar hacia el futuro de Valladolid aparcando los argumentarios partidistas o los sesgos ideológicos. Y para esto juega a favor la próxima convocatoria electoral, ya que los nuevos equipos de gobierno deberían comenzar a trabajar inmediatamente en un plan estratégico para la ciudad, en el que sin duda la logística y las comunicaciones, casi tan importantes como las infraestructuras, tienen que tener un papel preponderante. Incluso, me atrevo a proponer que no sea solo un acuerdo político, sino que se abra a la participación de representantes empresariales y colectivos sindicales, sociales y económicos de la provincia.
Los últimos diez años han dejado muy tocado al aeropuerto de Valladolid, pero aún estamos a tiempo de buscar salidas para convertirlo en una alternativa al de Madrid o, al menos, en uno de los más importantes del cuadrante norte-noroeste. Para ello hay que ponerse a trabajar y reivindicar ante la Junta de Castilla y León, que debe ser valiente y dejar de medir los costes políticos a la hora de poner en marcha iniciativas que persigan el mayor desarrollo del territorio. La ineficacia de tener cuatro aeropuertos casi pegados es clamorosa, y lo reconocen casi todos los dirigentes autonómicos cuando se apaga el micrófono, por lo que deberían elaborar un plan y apostar fuerte por que cada uno de ellos pueda generar empleo y actividad económica y turística en su entorno.