El aeropuerto languidece sin impulso institucional

Óscar Fraile
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Villanubla es la terminal de más de 10.000 pasajeros que más tráfico ha perdido en diez años, al no recuperarse de la cancelación de las rutas internacionales en 2013

El aeropuerto languidece sin impulso institucional - Foto: Jonathan Tajes

Hace poco más de diez años que el consorcio del Aeropuerto de Valladolid se extinguió. Se trataba de una entidad en la que estaban integrados el Ayuntamiento, la Junta y la Cámara de Comercio, y que trabajaba para fomentar la actividad de la terminal vallisoletana. El detonante de esta decisión fue la salida de este consorcio del Gobierno regional y la retirada de su aportación económica, como hizo en el resto de consorcios de la Comunidad. Esa no fue la única determinación que tomó la Junta por entonces. También optó por no renovar los contratos de promoción que tenía firmados con Ryanair y, como consecuencia de ello, la compañía irlandesa canceló las dos rutas internacionales que tenía Valladolid: Londres y Bruselas. Esta pérdida hizo que los pasajeros de Villanubla se desplomaran por debajo de los 250.000 anuales en los siguientes ejercicios, pese a que el aeropuerto había llegado a tener el doble unos años antes.

Y lo cierto es que la terminal vallisoletana no se ha recuperado desde entonces. La ruta regular a Barcelona es la que ha sostenido la escasa actividad que registra. Es verdad que ha habido otros destinos en estos años, pero no han logrado mantenerse en el tiempo. Sin ir más lejos, ahora también tiene una ruta regular a Gran Canaria operada por Binter. 

El pasado año 2020 la pandemia volvió a asestar otro golpe, esta vez compartido con el resto de aeropuertos, y dejó la cifra de pasajeros en solo 71.848. Desde entonces ha recuperado un 70% de las cifras prepandemia, frente al 85% nacional.

De este modo, el aeropuerto languidece sin que exista un proyecto concreto a medio plazo para relanzarlo. Un proyecto que se pide, por ejemplo, desde el Ayuntamiento, para que lo lidere la Junta, mientras que la Cámara de Comercio reclama que se recupere el consorcio que se perdió hace una década y la CEOE demanda más ayudas de las administraciones para este enclave estratégico. La Diputación, por su parte, apuesta por volcar todos los esfuerzos regionales en un solo aeropuerto: el de Valladolid. Este polémico debate estuvo muy activo hace unos años, cuando el exalcalde León de la Riva criticaba que todos los aeropuertos de Castilla yLeón recibieran el mismo volumen de ayudas de la Junta, pese a la diferencias de pasajeros. Un discurso que apoyaba un Óscar Puente que por entonces lideraba la oposición municipal.

La comparación en la que sale peor parado el aeropuerto de Valladolid es la evolución de la última década, en la que ha perdido el 55,6% de sus pasajeros. Es el porcentaje más alto entre los aeropuertos españoles de más de 10.000 pasajeros. De hecho, casi todos los que están en comunidades limítrofes a Castilla yLeón han tenido una evolución muy diferente: Vigo (+15%), Santiago (+47%), La Coruña (+14%), Asturias (+11%), Vitoria (+86,4%) y Zaragoza (+13,8). Las dos excepciones son Santander, con una pérdida del 1,4% de pasajeros, mucho más moderada que la de Valladolid, y Logroño (-46,6%). Es decir, Villanubla no ha dejado de perder peso en la zona norte del país pese a su aspiración de ser un enclave logístico y turístico de relevancia. Si en 2012 ocupaba el puesto 29 entre los aeropuertos con más viajeros, hoy se ha visto relegado al 34, tras verse superado por Vitoria, Pamplona, Melilla, San Sebastián y El Hierro. Bien es cierto que mantiene un indiscutible liderazgo en la Comunidad. Los 172.006 pasajeros de 2022 son casi el triple que la suma de los aeropuertos de Burgos, Salamanca y León.

Otros aeropuertos

La actividad en Valladolid contrasta con la de otras ciudades de menor tamaño. Por ejemplo, Santander, cuyo aeropuerto superó el año pasado los 1,1 millones de pasajeros. Esta terminal ofrece vuelos a muchas ciudades de España y a otras del mundo, como Dublín, Bruselas, Marrakech, París, Londres y Edimburgo. O Vitoria, que ya tiene más pasajeros que Valladolid tras incrementar su cifra un 864% en diez años.

¿Por qué esa diferencia? El mantenimiento de la actividad en muchos aeropuertos está ligado a los ingresos que obtienen las compañías de los gobiernos regionales. No son subvenciones directas, porque no están permitidas por la ley, sino que la fórmula más habitual es firmar contratos de promoción turística. Una 'subvención indirecta' que permite que las compañías mantengan vuelos que, por sí mismos, no serían rentables.

Es lo que sucedía hace más de diez años en Castilla y León y lo que pasa actualmente en otros aeropuertos, aunque la transparencia en este sentido es limitada. Al menos eso es lo que denuncia la organización ecologista Greenpeace, que el pasado mes de septiembre publicó un informe en el que denunciaba la «locura climática» que supone «subvencionar vuelos y aeropuertos sin sentido». En el citado estudio la organización criticó las ayudas públicas que reciben las aerolíneas para mantener vuelos deficitarios. Greenpeace destaca que los «casos más flagrantes» son los 22 millones concedidos por la Sociedad Pública de Gestión y Promoción Turística y Cultural del Principado de Asturias, los ocho millones de la sociedad VIA – Promoción del Aeropuerto de Vitoria, los 10,4 millones de la sociedad pública Aeropuerto de Castellón (Aerocas) y los diez millones del Consorcio de Turismo y Congresos de A Coruña». Todo entre 2015 y 2022.

Instituciones locales

La concejala de Turismo del Ayuntamiento, Ana Redondo, se muestra crítica por la falta de «visión de conjunto» que debería tener la política aeroportuaria de Castilla y León. Una política que, a su juicio, debería estar planificada por la Junta. «Hay que ver en qué medida pueden complementarse los cuatro aeropuertos de la Comunidad y encontrar su nicho de negocio, porque ahora mismo todos se dedican a lo mismo, con rutas similares, y eso es lo que no nos hace competitivos», señala. Redondo va un paso más allá y pide que se valore la posibilidad de que cada una de estas terminales se especialice en algo. «El de Valladolid debería ser un segundo aeropuerto de Barajas, el de León podría especializarse en mercancías, el de Salamanca, en vuelos relacionados con la universidad... aquí el problema es que no se ha hecho un trabajo de planificación, lógicamente con Aena», opina.

La concejala de Turismo añade que el aeropuerto, tal y como está ahora, «no aporta gran cosa a Valladolid» desde el punto de vista turístico. De hecho, son los vallisoletanos los que suelen utilizar esta terminal para ir a algún destino de playa en verano, con vuelos estacionales, y Redondo rechaza subvencionar ese tipo de rutas. «Lo interesante es la planificación, por eso siempre he defendido un consorcio en el que cada uno de los aeropuertos pueda defender una vía de trabajo de especialización», señala. Redondo también cree que las agencias de viajes deberían hacer un mayor esfuerzo por 'vender' Valladolid como destino. «Pero es la pescadilla que se muerde la cola, porque si no hay muchas rutas, tampoco se va a poner en valor a la ciudad», concluye.

El vicepresidente tercero de la Diputación de Valladolid, Agapito Hernández, considera que «quien tiene que coger el toro por los cuernos es la Junta de Castilla y León y el Ministerio de Movilidad, a través de Aena». ¿Para qué? Según él, «para tomar medidas que hagan del aeropuerto de Valladolid el de referencia en Castilla yLeón», ya que «es la única solución para que haya uno que sea viable». Eso sí, Hernández rechaza volver a la fórmula de hace más de diez años, es decir, destinar dinero público a contratos con aerolíneas que faciliten la llegada de nuevas rutas.

Por su parte, el presidente de la Cámara, Víctor Caramanzana, opina que Villanubla debería ser «estratégico», no solo para Valladolid, sino para la Comunidad. «No podemos aspirar a competir con Barajas o El Prat, pero la ubicación de Valladolid, en el centro de la península, lo convierte en un lugar con potencial para nuevas rutas», señala. Caramanzana también pide más inversiones en servicios y cree que «sería interesante» retomar el consorcio que se perdió hace una década.

La presidenta de CEOE Valladolid, Ángela de Miguel, también hace referencia a la situación estratégica de la provincia para pedir que se potencie el tráfico de mercancías, como complemento al futuro parque logístico de proveedores. Desde el punto de vista turístico, la patronal apuesta por estimular los vuelos chárter y buscar una ruta internacional que genere turismo de negocios. En cualquier caso, CEOE Valladolid reclama «un mayor apoyo por parte de las administraciones públicas».