Albergues y peregrinos, con fe en el Xacobeo

M. Palomino
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La llegada de extranjeros, motivada por el levantamiento de las restricciones y el Año Santo Compostelano, cuentan como una de las bazas mas importantes de los albergues

Antonio García y una peregrina recién llegada en el albergue de puente Duero. - Foto: Jonathan Tajes

El camino de cada uno se inicia en su propia casa, o eso era antaño, ahora los caminantes y peregrinos se confunden, en un movimiento que une y separa a la gente de albergue en albergue y con cada etapa de interminables caminatas, que en palabras de peregrino, supone un paréntesis en la vida de cada uno.
La provincia de Valladolid la cruzan dos variantes del Camino a Santiago, la Sureste, con su desvío del Camino de Levante, y el Camino de Madrid.

Estas rutas, alternativas y alejadas de las sobrepobladas vías convencionales para llegar a la catedral compostelana, son habitualmente desconocidas por el acerbo popular, según explica Arturo García, presidente de la Asociación Jacobea Vallisoletana (Ajova) y regente de la hospedería de Puente Duero: «Nos conocen más fuera de España que dentro, necesitamos darle visibilidad, los que ya han hecho el camino saben perfectamente de nosotros, pero los que no han iniciado esta experiencia desconocen estas rutas y a quienes las poblamos dando cobijo a peregrinos». 
Añadido al principal problema que han sufrido todos los albergues, el varapalo que ha infligido la pandemia dejó los caminos vacíos y a estos lugares de descanso al borde de los cierres.

«No ha llegado nadie esta semana, en esta temporada habremos tenido 20 o 30, antes de la pandemia venían muchos más, todavía hay muchos albergues que no han abierto», decía Francisco Puerto, del hospedaje de los padres Carmelitas de Medina del Campo.

La peregrina encuentra descanso en el albergue de puente Duero.La peregrina encuentra descanso en el albergue de puente Duero. - Foto: Jonathan Tajes

Con la paulatina recuperación de la normalidad y el ritmo de vacunación, la actividad está volviendo al Camino, tal como explica Alberto desde el albergue de Tordesillas: «No se alcanzan los numero precovid, pero estamos sorprendidos y contentos, hay bastante afluencia en la variante Sureste, en proporción a la situación que hemos vivido. No hay miedo ya, los hospedajes ya están abiertos. En los meses duros solo Astorga y el nuestro estaban en funcionamiento en el Camino Sureste, ha sido difícil durante esos meses».
La afluencia de estas vías, rutas alternativas, comienza a recuperar fuerza. «En un año normal acogemos no menos de 700 peregrinos al año, el pasado, con muchas restricciones no tuvimos más de 120, pero esta temporada, desde mayo, ya llevamos 88, se nota que vamos recuperando», detalla García, con los números en la mano de la hospedería de Puente Duero.

Este aumento del tránsito supone una buena noticia para los municipios que albergan un albergue, ya que el flujo de peregrinos sirve como motor de revitalización de las comarcas y una motivación más para mantener el patrimonio de estos lugares.

Estos hospedajes aportan un valor añadido, realizan su labor de forma solidaria, dando una cama y alimento a los cansados viajeros, además de una conversación y alguien con quien compartir sus experiencias, sin pedir nada a cambio, todo a la voluntad del peregrino, lo que pueda aportar a los hospitaleros. «Una forma de acogida y hospitalidad que se está perdiendo, y representa el sentimiento y una forma de vida dedicada a la fe en el Camino y al peregrinaje», explica A. García.
 

Las cocinas del albergue, precintadas, donde solo cocina lo necesario el hospitalero. Las cocinas del albergue, precintadas, donde solo cocina lo necesario el hospitalero. - Foto: Jonathan Tajes

Otro camino

El camino Sureste y el de Madrid son, para muchos, un descubrimiento, aun teniéndolos en su propia provincia.

Irónico es encontrarse con más extranjeros que propios, según explican desde las hospederías. Estos viajeros foráneos son los que más transitan estas calzadas y los que mejor se las conocen.

En el albergue de Puente Duero,  Elena, peregrina alemana recién llegada al albergue, recala exhausta tras una etapa de 35 kilómetros desde Castromonte: «Hay pocos peregrinos, yo lo estoy haciendo a la inversa, voy hacia Madrid desde Sahagún, y en la etapa de hoy solo me he cruzado con uno en bicicleta, que sí contaba haber visto a unos cuantos más. Este trayecto es más duro, la meseta y todo plano, no conseguía una sombra. Llevo 12 años haciendo el Camino, es una experiencia increíble, pero desde Alemania nos insisten en que España, además de otros países, todavía no son seguros para viajar». 
Para Garcia «lo que se espera en los próximos meses, sobre todo a partir de otoño, es una mejora progresiva de la situación, que empiece un flujo constante de peregrinos del extranjero, además de los de casa». «Esperamos expectantes la vuelta al ritmo normal de peregrinación de otros años o incluso se llegue a superar esas expectativas», apostilla.
 

Doble Xacobeo

Este año 2021, y el que sigue, el 22, acogen el nombre de Año Xacobeo o Año Santo,  lo que ‘premia’ a los peregrinos que alcancen Santiago con la indulgencia plenaria, es decir, el perdón de todos sus pecados.

El Xacobeo celebra la festividad del Apóstol Santiago, el 25 de julio, los años que coincide en domingo en los calendarios.

Este hito cae cada cinco o seis años e incluso en ocasiones cada 11 años. Este Jubileo durará dos años, debido a la decisión del Papa de mantener la Puerta Santa abierta este 2021 y el 2022, todo debido a la covid y sus efectos, viendo más sensato dar más tiempo para recibir los beneficios del Año Santo y de esta manera evitar grandes aglomeraciones, más peregrinos podrán llegar a Santiago de Compostela y recibir así el jubileo. 
En plena recuperación y recién vacunados, la situación es propicia para iniciar un ascenso en las peregrinaciones, que a raíz de la pandemia y la obligación de quedarse en casa, dejó caminos y albergues vacíos, lo que ha repercutido en las hospederías directamente.

Esta oportunidad, muy conveniente por la progresiva mejora de la situación, abre un nuevo oportunidad para regresar al Camino de Santiago. 
Para los regentes de los albergues, supone una oportunidad de recuperar la actividad y alejarse del olvido que dejaban los caminos vacíos, todo ello pese a los cierres de multitud de albergues, como relata la peregrina alemana Elena: «En el Camino francés están todos cerrados, antes había 500 albergues privados, ahora no más de 100».
En las hospederías de estas rutas alternativas que atraviesan la provincia de Valladolid han resistido ante la adversidad para poder seguir ofreciendo a los viajeros de Santiago un lugar en los que resguardarse, permitiendo seguir vivo al Camino y su espíritu.

A. García, que además de regentar su hospedería, ha completado el Camino en varias ocasiones, los retrata: «Para todo aquel que inicia el camino, se convierte en su primer Xacobeo, se trata de un paréntesis en la vida de cada uno que crea una nueva historia, el peregrinaje. El Camino es el que cuenta cada persona que ha completado el viaje de manera fiel».