Editorial

Era un día para el protagonismo de las Fuerzas Armadas

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El día 12 de octubre se celebra en nuestro país el Día de la Hispanidad, la Fiesta Nacional de España, en la que tiene lugar, entre otros fastos, el desfile de las Fuerzas Armadas porque así se consideró en el Real Decreto 862/1997, de 6 de junio, ya que se determinó que es la manera en la que se «resalta la identificación de las Fuerzas Armadas con la sociedad a la que sirven, uniendo el más brillante acto anual de las mismas a los demás de celebración de este día», tal y como se expone en el documento.

Siendo este, por lo tanto, un evento en el que las Fuerzas Armadas lucen sus mejores galas, es justo otorgarles un protagonismo significativo que, una vez más, ha quedado deslucido por los tejemanejes políticos. En esta ocasión por la tardía llegada del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, con la intención de esquivar los abucheos de la población. Un hecho que alteró el protocolo ligeramente, y que se ha convertido en el asunto de cabecera en las agendas informativas de todo el país, más allá incluso de la importante y necesaria renovación del poder judicial, asunto de muchos de los corrillos que tuvieron lugar este miércoles en Madrid. 

Dejando estas cuestiones al margen, las Fuerzas Armadas deberían adquirir una mayor preeminencia, más si cabe, este año, en plena ofensiva bélica de Rusia contra Ucrania que tanto efecto está teniendo en nuestra economía, y que nos está haciendo comprender que no vivimos al margen de las guerras, ya que nuestro país está aportando material armamentístico y apoyo logístico en favor de Ucrania.

Pero no es este el único foco de conflicto mundial en el que participa España. Tres mil militares de las Fuerzas Armadas españolas están actualmente destinados en cerca de una veintena de misiones en el exterior, como Letonia, Mali, Somalia o Líbano, tratando de construir la paz en lugares en los que se respira tanta inseguridad, violencia y belicismo.

En este sentido, hay que seguir estrechando lazos entre el ejército español y la paz porque, además de que son una realidad, es la manera de hacer comprender a la opinión pública la necesidad de disponer de un elevado presupuesto en Defensa, más allá de los compromisos internacionales aceptados. 

Así, el incremento de un 25% en el proyecto de Presupuestos Generales del Estado para 2023 -tachado de esperpéntico por algunas voces de la extrema izquierda- es la confirmación del aumento de gasto para cumplir con el 2% del PIB comprometido en la cumbre de la OTAN del pasado mes de junio en Madrid junto al resto de países de la Alianza Atlántica. No hay otra opción razonable en estos tiempos convulsos, y así que asumirlo.

España dispone de un ejército ejemplar, y no hay que dejar pasar la oportunidad de una festividad como la que tuvo ayer lugar para ponerlo en valor y reconocer su labor.