Equinoccio se enfrenta al futuro más incierto en sus 18 años

Óscar Fraile
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Solo ocho negocios permanecen abiertos tras el cierre de los cines, que se produjo por la falta de acuerdo entre el Banco Santander, propietario del edificio, y Cinesa sobre el precio del alquiler

La mayoría de los locales del centro comercial están cerrados y ya resulta muy complicado ver a gente por sus pasillos. - Foto: Jonathan Tajes

El cierre de los cines Cinesa de Zaratán ha situado a Equinoccio en la situación más delicada desde que se inaugurara en octubre del año 2002. La decadencia de la oferta de este centro comercial ha sido constante durante los últimos años, con la pérdida de firmas importante como Leroy Merlin, Media Markt y Bricorama. Algunas de ellas para irse a la competencia. Además, en el interior están disponibles la mayor parte de los locales en unas instalaciones con un aspecto cuidado, pero muy desangelado.

No obstante, el cierre de estas 18 salas se antoja demasiado duro, toda vez que el cine era el motor de la poca actividad del centro. Sobre todo de los dos restaurantes, uno mexicano y otro italoargentino. Son dos de los ocho negocios que siguen funcionando, junto al supermercado DIA, la bolera, el circuito de karts, una óptica, una escuela de baile y un gimnasio. Entre los cierres más recientes están el de McDonalds y el lavadero de coches del aparcamiento, que dejó de funcionar hace un mes.

Cinesa decidió dejar Zaratán tras «meses de  dificultades coyunturales», tal y como reconoció en el comunicado de despedida. No en vano, el cine tuvo que estar cerrado medio año por la pandemia y después tuvo que afrontar la lógica caída de espectadores fruto de esta situación. Pero ha habido otro factor muy importante en esta decisión. El contrato de alquiler de Cinesa expiró el pasado 31 de diciembre y las negociaciones entre la empresa y el Banco Santander, propietario del edificio, no han llegado a buen puerto.

Cinesa contaba con 18 salas en este centro comercial.Cinesa contaba con 18 salas en este centro comercial. - Foto: Jonathan TajesLos que siguen trabajando no tienen otro remedio que resignarse a esta situación. «Esto es una incertidumbre, no nos dicen nada», señalan desde la óptica. Una inquietud que se ha agudizado esta semana con el endurecimiento de las restricciones por la pandemia por parte de la Junta y el cierre, de nuevo, de los centros comerciales.

Los silenciosos pasillos de Equinoccio están repletos de locales cerrados, con el acceso cubierto con lonas. Resulta complicado encontrar a alguien paseando por ellos. Bien es cierto que el cierre de algún negocio es temporal, fruto de la pandemia. En el acceso del minigolf Jurassic todavía hay un cartel que reza: «Se procede al cierre temporal de este establecimiento por recomendación de la Junta de Castilla y León en medidas de prevención sanitaria. Hoy, 13 de marzo».

Sobre el futuro, la propiedad todavía no tiene un plan definido. Después del cierre del cine se analizarán todas las posibilidades para definir la estrategia a seguir.

La parte exterior de Equinoccio se ha quedado sin actividad después del cierre o traslado de todas las empresas.La parte exterior de Equinoccio se ha quedado sin actividad después del cierre o traslado de todas las empresas. - Foto: Jonathan TajesLa propia alcaldesa de Zaratán, Alejandra Fernández, se enteró por los medios de comunicación de esta mala noticia. Ella ha visto crecer Equinoccio desde sus cimientos. No en vano, era trabajadora de Leroy Merlin cuando todavía no se había levantado el edificio principal del centro. «Es horroroso ver cómo ha caído y la verdad es que no veo una solución, pese a que la gerente hace todo lo posible para que la actividad se retome», señala. En los próximos días la Gerencia y el Ayuntamiento se reunirán para analizar la situación.

Pero lo cierto es que, según reconoce la propia Fernández, la capacidad de actuación del Ayuntamiento en este tema es muy limitada, ya que se trata de una negociación entre empresas privadas, aunque la alcaldesa, señala que, «en el caso de que se necesitara», estaría dispuesta a negociar «alguna ayuda». «Pero creo que el problema no reside aquí», añade.

La regidora también asegura tener constancia de que en los últimos años hay empresas a las que les ha sucedido lo mismo que a Cinesa, es decir, que han intentado renegociar su contrato de alquiler cuando expiraba y, al no llegar a un acuerdo, abandonaron el centro comercial, pese a que tenían intención de seguir su hubieran conseguido un alquiler más económico.

El centro comercial Equinoccio se inauguró en octubre del año 2002 con grandes expectativas que se han ido diluyendo con el paso de los años. Fueron las promotoras inmobiliarias Riofisa y Bami las que lo impulsaron, aunque apenas dos meses después de su puesta en marcha lo vendieron por 97,5 millones a SCH Activos Inmobiliarios Banif, perteneciente al Banco Santander, quien todavía tiene la propiedad.

Con las previsiones iniciales, SCH tenía previsto ingresar 7,8 millones al año en concepto de rentas, un objetivo que no ha sido posible debido a la escasa ocupación de los locales del centro comercial.

En el momento de su inauguración, Equinoccio disponía de espacio para 120 tiendas distribuidas en una superficie de 17.000 metros cuadrados, a los que hay que añadir otros 20.000 del complejo de ocio que incluye la bolera y los cines, que ni siquiera pudieron ofrecer su última sesión el pasado fin de semana y despedirse, ya que tuvieron que cerrar por el temporal de nieve.

Una década de estampida de negocios

Pocos podían imaginar en mayo de 2011, cuando se confirmó el cierre de PC City en Equinoccio, que este sería el inicio de una decadencia de la zona que ha dejado a este centro comercial sin actividad en su zona exterior. Sobre todo porque se trataba de una decisión que afectaba a las 34 tiendas que la cadena de informática tenía en España y no a la situación de este enclave comercial de Valladolid.

Pero antes de que acabara ese año Equinoccio recibió un golpe mucho más duro. Poco antes de la Navidad de 2011 Leroy Merlin anunció que también se iba y, lo que es peor, que lo hacía a un Río Shopping recién nacido y competencia directa de Equinoccio. El cierre se hizo realidad a finales de 2012. Afortunadamente para el centro comercial de Zaratán, ese espacio lo ocupó un año después Bricorama. Pero, después de cinco años de cierta estabilidad, fue esta misma empresa la que protagonizó la siguiente salida. En mayo de 2017 se empezaron a desmantelar unas instalaciones que hasta la fecha no han retomado su actividad.

Fue en ese momento cuando se aceleró la ‘estampida’. En mayo de 2018 llegó otro duro golpe, que parecía ser la puntilla para Equinoccio. Media Markt siguió la estrategia de Leroy Merlín y también anunció su traslado a Río Shopping. Concretamente, a las instalaciones que en ese momento ocupaba el outlet de El Corte Inglés.

los dos últimos en irse. Por entonces este centro comercial ya parecía condenado al cese de actividad. En la parte exterior solo sobrevivían Sprinter y el gimnasio G8 y fue cuestión de tiempo que también cerraran. La empresa deportiva lo hizo en enero de 2019 casi por sorpresa, y dejó sin actividad la zona que años atrás ocupaban negocios de restauración, como bares. A diferencia de lo que ha sucedido con el resto de locales, este espacio sí que ha tenido ‘heredero’, puesto que desde septiembre de 2019 está en funcionamiento Set One, una escuela de pádel y club de  fitness.

La última de las grandes salidas fue la de Sprinter. En marzo de 2019 Equinoccio se quedó completamente sin actividad en la parte exterior, que hoy tiene la apariencia de un polígono abandonado, y con una situación más que complicada en el interior.

El cierre de los cines ha sido la gota que ha colmado el vaso, pues era la única actividad que antes de la pandemia congregaba, al menos los fines de semana, a un buen número de clientes.

Ahora queda por delante un mar de incertidumbres. Equinoccio agoniza y no parece que los propietarios tengan entre manos un proyecto para relanzarlo. Al menos no que hayan hecho público.